David Chipperfield revela los secretos del Museo Jumex
La composición de las galerías fue una de las líneas que guiaron el diseño del Museo Jumex de la Ciudad de México, que se asemeja a un "gran bloque de piedra" a base de concreto, "protegido, abstracto y conectado", explicó el diseñador de este recinto, el arquitecto David Chipperfield.
De origen inglés, el curador de la pasada Bienal Internacional de Arquitectura, presentó imágenes de algunos bocetos que antecedieron el diseño final del edficio que albergará la colección de arte de la Fundación Jumex.
El arquitecto comentó que la obra, actualmente en construcción, "no debería ser un lugar cerrado y debería ofrecer un espacio público a la ciudad"; por ello, se pensaron espacios abiertos.
Explicó que el Museo Jumex cuenta ya con dos pisos de galerías y espacios de interacción social, así como espacios abiertos, con grandes ventanas en el primer piso, que propician la relación con el exterior y buscan aprovechar el clima de México.
El museo, que se prevé sea inagurado a finales de 2013, se caracteriza por un techo escalonado que busca aprovechar la luz natural, y que estuvo inspirado en la arquitectura mexicana.
Destacó que la localización de la construcción es "conveniente" en medio de Plaza Carso y la avenida Ferrocarril de Cuernavaca.
Así se hacen los museos
Chipperfield, quien dictó una conferencia en el 'Congreso Arquine' en la Ciudad de México, mencionó que hay muchos retos arquitectónicos en los museos, porque al tiempo que deben contar con ciertas estrategias de protección para las colecciones, como tener pocas puertas, es necesario que tengan un fuerte sentido del exterior.
El arquitecto también planteó el cuestionamiento sobre la habilidad de la sociedad (incluyendo la occidental) de construir espacio público, y admitió que las posibilidades de crearlo "son muy limitadas".
Presentó algunos edificios en los que buscó la idea del espacio en la arquitectura contemporánea y su relación con el exterior y con el entorno, como el Veles e Vents, en Valencia, España, donde el desafío fue que las personas que estuvieran dentro se relacionarán con el mar y la ciudad. Chipperfield lo consiguió a través del diseño de pisos abiertos, a manera de terrazas.
También se refirió al Museo de Literatura Moderna, en Alemania, en el que buscó dar potencialidad a la idea de expansión del edificio para disfrute del paisaje. Además, este proyecto se hizo merecedor del premio Stirling.
Chipperfield reflexionó que la arquitectura debe preguntarse si "tiene la posibilidad de dar forma a las aspiraciones sociales y colectivas". Esto, a pesar de admitir que "los edificios son consecuencia de una inversión comercial" y "los arquitectos en cierto modo son operadores".
El arquitecto hizo referencia a la exigencia por parte de los desarrolladores de incluir tecnología en los proyectos, pero alertó: "Debe ser manejada con responsabilidad y no ser la prioridad".