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Fábrica de Chocolates Larín, un dulce pasado

La fábrica, que ocupaba una manzana de más de 8,000 m2 en lo que hoy es Ejército Nacional, tenía como vecino al Hospital Español. La zona apenas iniciaba su construcción.
jue 23 octubre 2014 12:18 PM
F�brica de Chocolates Lar�n
F�brica de Chocolates Lar�n - (Foto: Tomado de industriamexicana.com/elangeldeolavide )

La fundación de la Fábrica Modelo de Chocolates y Dulces Larín y Compañía se remonta a 1892. Sus instalaciones se ubicaron en el número 27 de la 1ª calle de los Arquitectos, más tarde renombrada Miguel E. Schulz, en la colonia San Rafael, DF.

Para 1940 la empresa decidió mudarse y compró la mitad de una manzana de más de 8,000 m2 sobre Avenida de los Morales, hoy Ejército Nacional. En esa época, uno de sus pocos vecinos era el Sanatorio de la Beneficencia Española -Hospital Español-, dos cuadras al oeste.

El nuevo complejo, ahora con el nombre de Chocolates Larín, fue edificado por la constructora Técnicos Asociados SA (TASA), creada con el fin de realizar esta obra, de acuerdo con el arquitecto Juan Ignacio del Cueto, investigador de la UNAM. 

TASA erigió luego muchas más en los sectores salud, industrial y deportivo. Fue dirigida por el arquitecto exiliado español Ovidio Botella Pastor en sociedad con su compatriota, el ingeniero Vicente Serrano, quienes comisionaron el proyecto de esta factoría al destacado arquitecto y pintor madrileño Roberto Fernández Balbuena.

Fernández se decidió por la sobriedad racionalista, pero con cierto aire de art decó. El frente, hacia Ejército Nacional, mostraba dos cuerpos simétricos con uno intermedio coronado por las inconfundi-bles letras y el ‘chinito’, figura emblemática de Larín que se conservó por décadas. Por encima de estos elementos sobresalían la chimenea principal y el tanque elevado de agua. La marca mexicana, entonces segunda chocolatera del país, fue comprada en 1988 por Chocolates La Azteca y más tarde absor-bida por Nestlé. 

La fábrica cerró y sus edificios frontales fueron demolidos. A la fecha prevalecen sólo tres en forma de ‘C’ al fondo del terreno, aunque con sus ventanas tapiadas hacia las calles que lo delimitan. Ahí, en el número 559 de Ejército Nacional, se alzó una nave que ocupó el Club Aurrerá Polanco, en 1991, que poco después reabrió como el primer Sam’s Club del país. El supermercado se levanta prácticamente donde estuvo la chimenea de la fábrica Larín y el estacionamiento para sus clientes se extiende ahora en el área que ocuparon las insignes fachadas de la chocolatera.  

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El arquitecto español Roberto Fernández Balbuena fue el responsable del sobrio edificio, que contaba con dos cuerpos simétricos, de los que sobresalía una chimenea.


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