Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Continuidad y nostalgia: hasta siempre Agustín Landa Vértiz

La Torre Dataflux es un icono de Monterrey y el parteaguas de la práctica profesional del arquitecto mexicano, pues con ella logró acceder a otro nivel de escala y encomiendas profesionales.
sáb 21 febrero 2015 12:41 PM
Agustín Landa Vértiz
Agustín Landa Vértiz - (Foto: Marcos Betanzos)

Segunda generación de arquitectos en su familia, Agustín Landa Vértiz, fallecido el pasado 6 de febrero , fue un ferviente admirador de la arquitectura de Louis I. Kahn, Le Corbusier, Affonso Eduardo Reidy, Frank Lloyd Wright, entre otros.

Un viajero constante, un fiel admirador de John Lennon, un hombre apasionado por la arquitectura que dejó como principal legado muchas generaciones de alumnos del Tecnológico de Monterrey, comprometidos por el rigor de la práctica reflejado en un lenguaje muy particular que es plenamente reconocible por su orden, su escala y su fuerza tectónica.

Nacido y educado en la Ciudad de México, Landa estudió arquitectura en la Universidad Iberoamericana y años más tarde estudió en Oxford Polytechnic su maestría; se relacionó desde muy joven con arquitectos como Carlos Mijares Bracho, Francisco Serrano, José Creixel, Augusto Álvarez y Félix Sánchez.

De este último sería colaborador algunos años en el despacho Sánchez Arquitectos, donde adquirió la metodología y la pasión por dibujar a mano alzada “ladrillo por ladrillo”. Conoció ahí a quienes serían posteriormente sus socios en etapas distintas, primero a Isaac Broid y después a Roberto García Degollado.

FOTO: Marcos Betanzos

Publicidad

Su llegada a la ciudad de Monterrey supuso grandes retos pero también trajo consigo grandes oportunidades. La Torre Dataflux es un icono de la ciudad y el parteaguas de su práctica profesional, pues con ella logró acceder a otro nivel de escala y encomiendas profesionales.

De ahí se desprenden obras que hasta la fecha siguen siendo referencia: los corporativos de Cemex, Martel, Cx Networks, y las sedes académicas y de investigación del Tec de Monterrey, así como obras comerciales, residenciales, culturales, deportivas y hoteleras.

Su obra alcanzó casi todas las tipologías y logró compartir eso desde las aulas, pues estableció un compromiso personal a nivel académico que difícilmente es replicado. Comenzó su carrera docente en 1980 y no la interrumpió.

A lo largo de su trayectoria recibió al menos tres medallas de plata en Bienales de Arquitectura de México, el premio de diseño 2010 de la revista Wallpaper* por el Hotel Habita Monterrey y la selección oficial de la Bienal Iberoamericana de 2012 por el UIAC en la Universidad Iberoamericana de León.

{galeria0}

Especialistas y personas cercanas al arquitecto describieron a Obras la relación que mantenían.

“Agustín Landa produjo una arquitectura muy ordenada, posee una escala muy clara, fue muy prudente. No le conocí personalmente, sin embargo de forma muy curiosa nos conocimos a través de las redes sociales, me caía muy bien lo que compartía, lo que indicaba que le gustaba. Era un fenómeno.

Conocí a otro Agustín Landa por medio de un egresado de escuela, Jaime Arriaga, un muy buen amigo con el que comparto un vínculo musical. Luego supe que era sobrino de Agustín porque publicó un texto donde recordaba a su tío con gratitud al acercarlo a la música de The Beatles y su White Album, era un beatlemaniaco total pero mucho más admirador de Lennon, su muerte es una gran pérdida”.

Jorge Vázquez del Mercado, Director de la Carrera de Arquitectura de la Universidad Anáhuac del Sur

 

"Fuimos compañeros de escuela, él llegó muy bien preparado a la universidad porque toda la vida mamó desde su casa la arquitectura, era un tipo que había nacido y crecido visitando las obras de su padre y representó para mí un estímulo para ponerme al nivel que tenía.

Así nos fuimos conociendo, la cercanía de nuestras casas propició que comenzamos a convivir y ese fue el inicio de una amistad que se transformó en algo más que una sociedad y en la cristalización de nuestros sueños: fuimos socios cinco años, comenzamos a trabajar con obras donde era evidente el rigor de la estructura, el tabique aparente, la transparencia, el orden, la expresión de los materiales.

Él siguió por ahí en su práctica y después lo llevó a otra escala, quizá lo que todos más conocemos de su trabajo. Su obra mayor quizá la hizo en el Tec de Monterrey: logró meterle mucha pasión a las nuevas generaciones.

Su gusto musical lo retrata: era un cabrón, admirador de Lennon, a Paul lo odiaba y a los otros dos ni los pelaba. Detrás de su coraza que ponía siempre en el inicio de una relación había un corazón enorme, una entrega total. Yo soy lo que soy en gran medida gracias a él".

Isaac Broid, ex socio (1982-1987) y amigo cercano

 

"Me dejó como legado que todo trabajo es geométrico: que menos es más como decía Mies; el hacer arquitectura seria, elegante y sobria: aprender sobre lo aprendido y la responsabilidad dar siempre más de lo que el cliente espera. Entender que todo trabajo es geométrico y lo más importante son la estructura y la luz. El concepto es el corazón del proyecto, decía él".

Agustín Landa Ruiloba, hijo

 

“Fue un tipo que nos demostró que la arquitectura siempre debería ganar, a pesar de los clientes, de las situaciones económicas, de todo. Él tuvo eso y el arrojo suficiente para irse a Monterrey y darle un rostro a la arquitectura contemporánea de esa ciudad a la par de su vínculo con la academia, ambas cosas muy loables porque con ellas tocó el corazón de muchas personas: supo qué batallas dar y cómo domar el caballo de la iniciativa privada.

Arquitecto moderno en el mejor sentido de la palabra, un tipo de una sola pieza, sin concesiones, su legado es enorme pero si lo resumimos es muy simple: fue un maestro del oficio. 

Lo van a extrañar, lo van a extrañar muchísimo”.

Félix Sánchez, amigo cercano

Tags

Arquitectura

Publicidad
Publicidad