5 huracanes que quisiéramos olvidar
En México, pocos recursos técnicos y económicos son destinados al diseño por viento para estructuras, y es limitado lo que se prevé en términos de inundaciones derivadas de ciclones y huracanes en zonas bajas cercanas a ríos y océanos. Históricamente, entre mediados de mayo y hasta noviembre, la vulnerabilidad general ante este fenómeno es alta, especialmente en las costas.
Edificios altos y puentes son en teoría los que poseen un análisis por viento, aunque la mayoría de las ocasiones los estudios se realizan en el extranjero, dada la carencia de túneles instrumentados para realizar las pruebas y ensayos a escala que ayudan a modificar y adaptar diseños arquitectónicos e ingenieriles.
La comprensión de los vórtices que se generan por las geometrías expuestas a la velocidad del viento y los registros de presión y succión obtenidos con antelación, son datos preciosos para enfrentarse a este poderoso elemento y evitar o, al menos, minimizar la destrucción eventual de una obra.
Un túnel de viento donde se probó el diseño de la torre Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. Tomada de: skyscraper.org / RWDI Consulting Engineers
Por su parte, en materia de protección civil, aunque se ha avanzado significativamente en las últimas dos décadas, muchas ocasiones la ayuda para los afectados no resulta oportuna ni efectiva, por lo que tras un evento de magnitud la recuperación es francamente lenta y deja entre las poblaciones huellas y temores de nuevos sucesos, así como un daño económico grave.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en consenso con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y otras organizaciones meteorológicas, para este 2015 se esperan 11 huracanes en las costas del Pacífico —cuatro intensos que superarán el promedio histórico— y tres en las costas del Atlántico.
Hoy reunimos cinco nombres inolvidables que por sí mismos no son amenazantes, pero que no se repetirán en la historia puesto que cada gran huracán bautizado es luego retirado para siempre de la lista por su terrible impacto en la memoria colectiva.
Azote del sureste
"Gilberto" (Gilbert en los registros estadounidenses), originado en la costa oeste africana y convertido en tormenta al este de la caribeña Barbados, alcanzó la categoría 5, la más alta de la escala Saffir-Simpson, parámetro para medir intensidades, basado en la velocidad que alcanzan los vientos en Km/h.
El 12 de septiembre de 1988, golpeaba inmisericorde a la isla de Jamaica como categoría 3 —lo que no había ocurrido en 37 años—, afectando la infraestructura y llegaba a la máxima los días 13 y 14 cuando impactó a la Península de Yucatán.
En ese año, el Centro Turístico Integralmente Planeado de Cancún, en el estado de Quintana Roo, no alcanzaba aún 15 años de vida y contaba con tan solo 39 hoteles aunque al momento gozaba de la tasa de mayor crecimiento urbano en México, como refiere B. E. Aguirre, de la Universidad de Texas A&M en su documento de 1991 Evacuación en Cancún durante el Huracán Gilberto.
El meteoro fue especialmente severo con este sitio y su prestigio. Monstruoso, presentó rachas de hasta 298 Km/h, que en la escala refiere a daños catastróficos, y llegó a abarcar un diámetro de 800 km.
En la isla de Cozumel, Quintana Roo, Gilberto tocó tierra a las 14 horas del 14 de septiembre. Tomada de: nhc.noaa.gov
De acuerdo con el sitio hurricanescience.org de la Universidad de Rhode Island, se estima que sólo en México hundió más de 80 embarcaciones y que destruyó 60,000 viviendas, además de defoliar un tercio de la selva yucateca.
Luego de su paso terrible por Tamaulipas y Nuevo León, llegó disminuido a los estados de Oklahoma y Texas y concluyó su recorrido en Missouri hacia el día 19.
Desde 1969, cuando "Camila" hizo estragos, ningún huracán en el hemisferio occidental había golpeado con categoría 5. Sumado el daño que Gilberto provocó a Jamaica, México y Estados Unidos (desde cosechas y carreteras hasta edificios y otros bienes materiales) se calcula en 5.5 billones de dólares, valores de hace 25 años.
El agua iracunda
Del 6 al 10 de octubre de 1997, "Paulina", que llegó hasta categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, al acercarse a Salina Cruz, Oaxaca, devastó la costa del Pacífico. Prosiguiendo hacia el norte, golpeó a la ciudad y puerto de Acapulco con especial ferocidad.
Según la investigación de Lucía Guadalupe Matías para el Instituto de Geografía de la UNAM, Algunos efectos de la precipitación del huracán Paulina en Acapulco, Guerrero, el fenómeno sostuvo vientos de 210 km/h y rachas que alcanzaron los 240 km/h, produciendo "una precipitación mayor de 400 mm, durante cinco horas, lo que originó importantes escurrimientos que provocaron derrumbes, inundaciones y la muerte de más de 120 personas".
La población se organizó para comenzar la limpieza de las calles. Imagen del cruce de la avenida Cuauhtémoc y la Vía Rápida en Acapulco. Tomada de: lajornadaguerrero.com.mx
El conteo de la investigación de Matías arroja que el Río de la Sabana se desbordó, los aeropuertos de Acapulco y Zihuatanejo fueron dañados, al menos tres puentes vehiculares fueron destruidos y diversas carreteras fueron cortadas como secciones de la México-Acapulco, el tramo Chilpancingo-Acapulco, la Escénica Vía Diamante y otras más.
La población más afectada es la que habita las zonas populares, quedando inundadas totalmente diferentes colonias e incomunicadas varias comunidades como El Jilguerón y Puerto Hondo. Casi 900 centros educativos suspendieron clases y la pesca y la agricultura fueron muy afectadas.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), creado en 1988, censó la destrucción de 5,000 casas (la mayoría en asentamientos irregulares), recibieron un daño menor cinco veces esa cantidad de viviendas y un escalofriante número de 10,000 familias quedaron damnificadas. El daño a mobiliario urbano fue intenso y las playas acapulqueñas se llenan de árboles destruidos y basura.
La potencia de "Paulina" finalmente descendió a tormenta tropical y luego a depresión tropical para desaparecer cerca de Apatzingán, Michoacán.
Pausado pero peligroso
El primer huracán mayor de la temporada 2002, "Isidoro" o Isidore, se inició hacia el día 14 de septiembre (en el 14 aniversario de Gilberto en México) como una depresión tropical cercana a Venezuela y Trinidad y Tobago que fue debilitándose pero recuperó su fuerza al reingresar al Mar Caribe.
El día 18 se desarrolló como tormenta y tras su paso por las Islas Caimán se declaró como huracán el 19 y para el siguiente día golpeó a Cuba seriamente. El 21 se dirigió ya como categoría 3 (daños devastadores) a Yucatán y ahí el 22 tocaría tierra en Puerto Telchac, a 65 km de Mérida. Se estacionó casi 36 horas en la zona, ya sea como huracán o como tormenta tropical, perdiendo velocidad antes de seguir su trayectoria rumbo al Golfo de México.
Como reseña el Sistema Meteorológico Nacional, Isidoro (con vientos de 202 km/h) fue el primero de gran intensidad en golpear México de lleno desde Paulina y, de 1980 hasta 2002, sólo quedó abajo de Gilberto.
Rescate de civiles en una comunidad rural de Yucatán constituida por viviendas tradicionales mayas, tras el paso de Isidoro. Tomada de: unionyucatan.mx
En Yucatán y Campeche ocasionó múltiples estragos destruyendo viviendas, comunicaciones, líneas eléctricas y barriendo campos de cultivo. Según los datos de Miguel Güemez y Ella Fanny Quintanal, de la Universidad Autónoma de Yucatán, unas 2,300 localidades sufrieron afectación y el sistema agropecuario "colapsó" al perderse el 63% de los principales cultivos de esta región. Por su parte, el sector salud, indican, sufrió daños por 37 millones de pesos (mdp) de la época.
Hacia el 26 de septiembre, Isidoro se degradó a tormenta tropical y finalmente se disipó en Estados Unidos, sobre el estado de Louisiana.
Tanto en nuestro país como en el vecino del norte cobró vidas (en Mérida, capital de Yucatán, se reportaron dos decesos), pero pudo reducirse muy considerablemente respecto a anteriores eventos, debido a la efectividad de avisos y alertas, así como por la preparación de las poblaciones.
El sitio informativo unionyucatan.mx recuerda que "El nombre de 'Isidore' fue retirado de la lista de nombres de huracanes por la Organización Meteorológica Mundial en primavera del 2003, siendo sustituido por "Ike" para la temporada de huracanes en el Atlántico de 2008".
La marca de un año
La temporada 2005 no esperaba un huracán tan temprano. Para el 10 de julio, la quinta depresión tropical aparecía en el Atlántico central y al día siguiente ya se configuraba como tormenta a la que se denominó "Emily".
Después de producir fuertes lluvias en Jamaica, el 17 de julio, comenzó a castigar Isla Mujeres y Cozumel e ingresó horas después a Playa del Carmen y a la zona de Tulum, donde se encuentra el importante sitio arqueológico homónimo al borde de la playa. Ahí, como categoría 4, puso a prueba la capacidad constructiva de los antiguos mayas y aunque recibió castigo permaneció en su sitio con una prolongada inundación a su alrededor.
Uno de los albergues en Cancún donde se alojaron a cientos de turistas durante el paso de Emily en 2005. Tomada de: losandes.com.ar
De acuerdo al resumen oficial de Conagua y el SMN, Emily "barrió la parte Noreste de la Península de Yucatán, situación que lo empezó a debilitar". Se desplazó por Yucatán y luego enfiló hacia el Golfo de México y Veracruz.
Veloz, ya se encontraba el día 19 en las poblaciones del Mezquite y Las Carboneras en San Fernando, Tamaulipas. Ahí se mantuvo como categoría 3 y luego se debilitó al dirigirse a Nuevo León, Coahuila y Texas (EU), estados a los que también afectó ya como tormenta tropical.
El fenómeno alcanzó muchas audiencias alrededor del mundo por ser Cancún para ese entonces un sitio vacacional de gran renombre internacional. En una nota del 18 de julio de 2005, la cadena Fox News reportaba que: "fueron arrancados los tejados de hoteles de lujo a lo largo de la Riviera Maya, quedaron varados miles de turistas y cientos de residentes se encuentran sin hogar, siendo muchos forzados a permanecer hacinados en refugios con goteras".
También resaltaba que Pemex evacuó a miles de trabajadores en Tamaulipas ante la inminencia del fenómeno y la visita del presidente Vicente Fox a Cozumel donde validó la mitigación de la vulnerabilidad dada la prevención del desastre, muy superior a la que 17 años antes sucedió con Gilberto.
Por su parte, en una nota del mismo día, el diario Los Andes de Argentina daba un estatus: "La secretaría de Salud informó que se instalaron 1,092 refugios temporales (en gimnasios, escuelas, hoteles y centros culturales) con capacidad de 181,000 personas en los municipios de Benito Juárez, Lázaro Cárdenas, Solidaridad, Cozumel e Isla Mujeres".
Un recuerdo que estremece
Como la mayor parte de los huracanes, "Wilma" comenzó su vida como depresión tropical, aunque nadie imaginaba el riesgo mayúsculo que presentaría horas más tarde.
La Conagua y el SMN resumen que el día 15 de octubre de 2005, a 930 kilómetros al Este-Sureste de Cancún, la depresión tropical número 24 del Océano Atlántico era detectada.
Para el día 17 ya era tormenta tropical y le fue asignado el ahora fatídico nombre Wilma. Al día siguiente, ya como huracán, se estableció la zona de alerta con un aviso de peligrosidad fuerte y el 19 estaba ya en la temible categoría 5 aún sin ingresar al territorio nacional, que apenas meses atrás había padecido a Emily.
Para asombro de muchos, fue "la intensificación más rápida de un huracán en el Atlántico, superando a Gilbert de septiembre de 1988; Wilma pasó de tormenta tropical con vientos de 110 km/h a huracán con vientos máximos sostenidos de 280 km/h en tan sólo 24 horas", refiere el documento de Conagua y el SMN.
Las huellas de Wilma en Cancún, Quintana Roo, incluyeron la erosión de sus playas. Tomada de: lgilbertson.wordpress.com
El día 21 por fin llegó a Quintana Roo y sopló sobre Puerto Morelos con velocidades de 230 km/h disminuido a categoría 4. Hasta 78 horas, contabilizan los organismos, tuvo efectos sobre la Península de Yucatán para luego proseguir hacia Florida, EU, y Nueva Escocia, en Canadá donde se disipó.
Este meteoro registró diferente récords en la historia moderna del fenómeno. Entre otros, "la lluvia más intensa en México en toda la historia: en 12 horas, 1,082 mm en la Estación Isla Mujeres" y "El huracán con la presión más baja registrada en la historia del Atlántico, 882 hPa", siendo que a menor presión barométrica (en hectopascales o hPa), mayor es la velocidad de los vientos.
La marca de Wilma en un Cancún ya lastimado fue impactante, ya que socavó cimentaciones de hoteles, deslavó playas enteras (se importó arena para renovarlas) y destrozó gran cantidad de construcciones, incluidas varias de la zona turística. En cuanto a los reportes de las aseguradoras, el monto de las pérdidas totales por Wilma también alcanzó cifras impensadas, estimándose 50,000 mdp por daños.