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La zona arqueológica del más grande espacio para espectáculos de la antigüedad, el Circo Máximo de Roma, fue abierta al público la semana pasada tras siete años de restauración. 

Con 2,800 años de antigüedad y con una historia relacionada con los orígenes de la propia Roma, fue sometido a partir de 2009 a labores de reestructuración.

En el Circo Máximo, de 600 metros de largo y 140 de ancho, se celebraban carreras de cuadrigas que encantaban a los romanos en la antigüedad.

Era el lugar por excelencia del "consenso" político y los emperadores invirtieron mucho en el sitio, indicó la arqueóloga responsable de su restauración, Marialetizia Buonfiglio.

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Máximo centro de entretenimiento

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Fue ahí de donde -en el año 64 de nuestra era- partió el gran incendio de la ciudad atribuido al emperador Nerón, que después del desastre se apropió de una vasta área en la que construyó la Domus Aurea, su villa personal.

En época antigua, el Circo Máximo podía dar cabida hasta 250,000 espectadores y fue escenario de todo tipo de eventos públicos, desde competencias hípicas, partidas de caza con animales exóticos, representaciones teatrales, ejecuciones, pero también procesiones religiosas y triunfales.

Posteriormente se convirtió en zona de cultivos agrícolas y de molinos; en el Medioevo pasó a ser propiedad privada de la familia Frangipane, sucesivamente cementerio de los judíos, para hospedar a partir del siglo XIX las bodegas de almacenamiento de gas, tiendas, manufacturas, empresas artesanales y casas.

Actualmente, usado como sede de conciertos, como el de Bruce Springsteen, realizado apenas en julio pasado.

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Secretos al descubierto

Solo la extremidad noroeste fue restaurada, pero toda la parte baja del monumento se encuentra intacta, según Buonfiglio, quien espera revelarla un día al público y a los turistas.

Dijo que fueron realizadas obras de restauración de las estructuras, de contención del terreno y se realizaron nuevos recorridos de visita con sus respectivas plantas de iluminación.

Asimismo, fue edificada una terraza panorámica sobre la parte sur del área para restituir visibilidad a las estructuras arqueológicas. También fue hecha una rampa que permitirá superar gradualmente el desnivel entre la zona verde y la arqueológica, entre otros trabajos.

De esa manera los visitantes podrán acceder por primera vez a las galerías que en el pasado llevaban a las gradas en las que se colocaba el público: las de abajo estaban reservadas a los senadores y las de arriba a la plebe.

En las mismas galerías podrán observarse igualmente los restos de las letrinas antiguas, para después pasar a algunas habitaciones que eran usadas como tabernas, tiendas de alimentos, bodegas, lupanares, lavanderías, pero también oficinas de cambio del dinero apostado en las carreras de caballos.

En la zona central son todavía visibles los fundamentos de un arco, ahora desaparecido, dedicado al emperador Tito (que ya tiene otro al inicio de la colina del Palatino) recientemente descubiertos.

Los trabajos de restauración incluyeron la Torre de la Moletta (realizada en el siglo XII), sometida a una operación de consolidación estática y de reforzamiento de sus muros.

Asimismo, numerosos fragmentos en mármol de columnas y estatuas, entre ellos los que pertenecían al Arco de Tito, fueron colocados en el espacio abierto.

El boleto de acceso costará entre tres y cinco euros.

Con información de Notimex y AFP

 

 

 

 

 

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Arquitectura

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