HKS, décimo lugar de los #10Despachos + disruptivos 2017
Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en la edición 531 de la revista Obras , 10 Despachos + Disruptivos, correspondiente a marzo de 2017.
Cuando la empresa estadounidense Sohnen, dedicada a reparar productos electrónicos, se acercó al despacho HKS para anunciarle su intención de contar con una planta industrial nueva, el equipo arquitectónico decidió aprovechar la oportunidad en un nicho de mercado novedoso para ellos: los proyectos industriales, y le ofreció una solución única que incorpora tecnología y sustentabilidad.
En 2015, la firma global de arquitectura, especializada en los sectores de hotelería y salud, comenzó a trabajar con la compañía extranjera para convencerla de mantener sus instalaciones en Tijuana, a seis kilómetros de la frontera con Estados Unidos, y atraer inversión extranjera a territorio mexicano.
"Existía el riesgo de que este proyecto se fuera a China, por los incentivos fiscales y la mano de obra barata -admite Ricardo Rondón, director general de la oficina de HKS en México-. La ventaja fue que la empresa no tiene muchos empleados y está muy automatizada. Además, el cliente vive en San Diego y ama a sus trabajadores en México, sí había oportunidad de que se quedara aquí".
El proyecto que generó lo convirtió en el décimo lugar de los #10Despachos + disruptivos 2017 de Obras.
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Los esfuerzos de HKS se enfocaron en ofrecer una solución de diseño centrada en aumentar la eficiencia energética y la calidad del aire, aspectos fundamentales para las actividades de compra, venta y reparación de equipo electrónico a las que se dedica la compañía.
La propuesta consistió en un programa arquitectónico que incluía la construcción de una nave industrial de 14,000 m² -con dos pisos de producción y uno para almacén- y la remodelación de la planta existente de 10,000 m². Además, las oficinas de los empleados se reformarían para hacerlas cómodas y agregarles criterios sustentables.
"El cliente quería hacer un proyecto diferente, por eso estaba en busca de un buen arquitecto, no de una empresa que hiciera una simple nave industrial", dice Rondón.
El proyecto fue aceptado y en 2016 comenzó la construcción de la primera fase.
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Una chimenea solar
En la primera etapa de la construcción se reemplazaron los paneles en la fachada y la cubierta con el objetivo de reducir la ganancia térmica y aumentar la iluminación natural. También se incrementó la altura de la nave de 12 a 16 metros. Pero las innovaciones fueron más allá.
Las condiciones del aire deben ser óptimas para las actividades que realiza Sohnen. A fin de atender esa necesidad, el despacho HKS construyó una chimenea solar, la cual permite que el aire caliente que atraviesa la planta salga del lugar a través de un tiro físico. La herramienta no interrumpe el diseño de la nave industrial de manera visual, solo sale unos metros del techo.
"Es una de las innovaciones tecnológicas, hicimos mucho trabajo de laboratorio para poder desarrollarla — explica Rondón, quien afirma que la tecnología se ha utilizado en Estados Unidos y Alemania, pero no en México—. Es como una chimenea en una casa, se abre el tiro, el aire caliente sube y atrae mecánicamente sin necesidad de manejadoras".
El arquitecto afirma que de no utilizarse la chimenea, la planta hubiera requerido sistemas de aire acondicionado que ocuparían espacio y energía. Optar por esta innovación mecánica les permitió ahorrar en la construcción y en el consumo de electricidad.
Otra condición del aire que la firma cuidó fue la purificación, pues 97% del aire tiene que estar limpio, porque en caso de haber partículas sólidas, existe la posibilidad de que se conduzca electricidad y se provoque un cortocircuito en los aparatos. Para solucionarlo instalaron áreas contenidas con diferentes niveles y filtros.
"Hicimos pruebas de cómo podemos purificar el aire sin necesidad de manejadoras ni filtros. Principalmente son aislamientos y barreras físicas [puertas selladas] para poder llegar a la zona en la que se trabajan los electrónicos", explica el arquitecto.
Imágenes: Cortesía HKS
La construcción, que está en proceso de obtener la certificación LEED Platino, cuenta además con bajo consumo de agua y 13,000 m² de celdas fotovoltaicas. Por el uso de la tecnología ecológica, el costo se elevó 15% más que la construcción de una planta tradicional.
Sin embargo, el responsable de las operaciones de la firma en territorio mexicano asegura que por la reducción del gasto en energía, esa inversión se recuperará en los siguientes dos años de operaciones.
En 2016 terminó de edificarse la primera fase de la planta industrial. La segunda etapa concluirá a finales de 2017 y la edificación completa estará en pleno funcionamiento el próximo año.
Para Rondón, este proyecto es un parteaguas para la oferta industrial en México. "Es el primer proyecto industrial que hacemos en México, entonces abre un sector — destaca el arquitecto—. Hemos tenido acercamientos ya con dos empresas más, una en San Luis Potosí y otra en Tijuana. Son otros clientes de manufactura".
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