El mejor hotel del mundo por arquitectura e interiorismo es mexicano
El hotel Chablé, ubicado en Yucatán, y diseñado por Jorge Borja y Paulina Morán, ganó el Premio Prix Versailles 2017, que lo ubica como el mejor hotel del mundo por su arquitectura e interiorismo.
El Premio Prix Versailles, que llega a su tercera edición anual, es promovido por la UNESCO y la Unión Internacional de Arquitectos, y se ha convertido en el premio mundial que celebra la arquitectura y el interiorismo de tiendas, hoteles y restaurantes. Su objetivo es fomentar la interacción entre la economía y la cultura.
A finales de abril, los organizadores del laurel anunciaron a los 70 participantes que pasaron a la gran final, llevada a cabo el 12 de mayo pasado en los cuarteles generales de la UNESCO. Las categorías se dividieron en interior/exterior y regiones.
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En ese momento, Chablé fue revelado como ganador del Premio Prix Versailles categoría Norteamérica. No obstante, en mayo resultó máximo vencedor a nivel global como el hotel que logra la mejor integración exterior-interior.
Chablé es una villa-resort de 30 habitaciones o 'casitas' y dos villas sobre un área de 750 acres de jungla, en Chocholá, Yucatán. El spa se construyó alrededor de un cenote, que sirve como una extensión del servicio.
Chablé cuenta con la hospitalidad de una hacienda típica meridiana y amenidades de estilo playero, como "la glamorosa pisicina de palmeras que podría haber sido arrancada de Tulum", de acuerdo con la revista Travel+Leisure.
El jurado del Prix Versailles 2017 deliberó y decidió 12 premios mundiales en cuatro categorías: Hoteles, Restaurantes, Tiendas y Centros comerciales.
Entre sus integrantes están dos premis Pritzker: Toyo Ito (2013) y Wang Shu (2012).
Y el mejor hotel por sus exteriores también es mexicano
Sin embargo, no fue el único hotel mexicano que llegó al final del certamen y venció, pues el complejo Mar Adentro, localizado en San José del Cabo, Baja California Sur, obtuvo el Premio Especial por su Exterior.
Fue diseñado por Miguel Ángel Aragonés y en su construcción participaron artesanos locales, de acuerdo con su sitio web.
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El complejo se integra al desierto de Baja California Sur, donde el agua es el recurso natural más preciado no sólo a nivel físico, sino psicológico.
Su arquitectura es definida como "de austeridad suntuosa" y "con características que coexisten armoniosamente con la naturaleza. Diseñado a escala humana, este resort privilegia dos elementos por encima de todo: el horizonte y el océano".
