Megaestructuras: dudas sobre la verticalidad
Nota del editor: Esta nota se publicó en la edición 544 de la revista Obras '45 temas que definirán tu futuro', correspondiente a mayo de 2018, con la cual celebra su 45 aniversario.
(CIUDAD DE MÉXICO) – A la creciente sobrepoblación del planeta se suma la huella urbana, que según Euan Mills, líder de Urbes Futures de Future Cities Catapult, crece a un ritmo que duplica el impacto de la primera. "La solución para ambas pasa por incrementar la densidad de las ciudades, pero existen desacuerdos a nivel global sobre cuál debería ser el modelo a seguir", explica.
Ciudades como Londres reciben 300 habitantes al día y faltan viviendas para acomodarlos, la estrategia, según Mills, pasa por incrementar la altura de los edificios hasta 30, 40 o 50 pisos porque nadie quiere vivir en los suburbios.
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Según informa el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), en 2017 se completaron 144 torres de una altura superior a los 200 metros, un 66% más que hace cuatro años y la cifra más elevada jamás registrada.
Quince de los completados el año pasado son súper torres que superan los 300 metros. Entre 2018 y 2021 se completarán aproximadamente 364 rascacielos más y otros 110 se encuentran en fase de propuesta. El 72% de los que se encuentran en construcción tendrá una altitud entre los 200 y 299 metros.
De forma similar se expresa Carlo Ratti, director del Senseable City Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts y cofundador del despacho CRA Design and Innovation Office, para quien el modelo de la ciudad futura debe basarse en una densidad que reduzca la expansión más allá de los límites de la propia ciudad.
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"Aunque la solución no pasa necesariamente por edificar más alto. Barcelona es una de las ciudades más densas del mundo, a pesar de no ser de las más verticales, gracias a un concepto basado en los patios interiores", ejemplifica.
El enfoque del presente y del futuro debe reforzar la presencia de la naturaleza en las urbes con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ratti explica que actualmente se encuentra desarrollando un proyecto de una torre de oficinas en Singapur, juntamente con BIG, que integra de una forma sin precedentes este concepto, ya que el edificio se abre en diferentes pisos para incorporar oasis verdes que permiten a los trabajadores realizar sus tareas en el exterior.
La mayoría de los nuevos rascacielos incorpora usos mixtos como solución a la densidad, aunque Mills argumenta que sería un desacierto reproducir los errores de la década de 1960, cuando se enfatizó el desarrollo de ciudades verticales incorpo- rando diferentes programas en un solo edificio.
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"Las ciudades funcionan al nivel de la calle, así que tenemos que seguir creando calles que incorporen accesos, espacios públicos y oportunidades para todos", opina el experto.
Sobre la necesidad de anticipar futuras infraestructuras en urbes cada vez más digitales, Antoine Picon, profesor y director de investigación de la Escuela de Diseño de Harvard, dice que los mayores problemas siguen siendo las infraestructuras físicas. "El agua es más importante que los terabytes y lo seguirá siendo. Los mayores problemas están vinculados con la falta de estructuras físicas", argumenta.
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Sobre la posibilidad de empezar a construir en parajes por ahora inexplorados, Picon no lo descarta. "La tendencia empezó con las estaciones de ski, cuando en la década de 1960 se empezaron a edificar en parajes nunca antes habitados por el ser humano", afirma.
Sin embargo, esa postura no es compartida por Ratti, para quien la colonización de terrenos bajo el agua o los desiertos implica "cantidades ingentes de energía".