El legado de Barragán está en riesgo de demolición, alertan
CIUDAD DE MÉXICO. El patrimonio heredado por el arquitecto Luis Barragán, el único Premio Pritzker mexicano, "hoy se sigue demoliendo"; hay diversos edificios residenciales en la colonia Cuauhtémoc de tres o cuatro niveles, o casas que no se conocen, no están inventariadas, y se encuentran "desprotegidas", alertó la arquitecta María Bustamante, al recordar al arquitecto en su trigésimo aniversario luctuoso.
Durante la conferencia que dictó la tarde del miércoles en la Casa del Arquitecto, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, Bustamante despejó algunas inquietudes en torno a Barragán, quien falleció el 22 de noviembre de 1988: ¿Era o no arquitecto? ¿Se enemistó con Mathias Goeritz por la autoría de las Torres de Satélite? Incluso se refirió a mitos tan absurdos como aquel que afirma que solo comía alimentos rosas. Y no, no es cierto.
La también directora de FundarqMx confirmó que el título de Barragán sí es como egresado de la Escuela Libre de Ingeniería de Guadalajara, pero también aclaró que cuando así ocurrió era común estudiar bien arquitectura o ingeniería, y dedicarse a ambas profesiones.
También se refirió a una postal en el archivo personal de Barragán -resguardado en su casa de Tacubaya- la cual confirma que hubo desacuerdos con Goeritz. Desde la visión del jalisciense, Goeritz quiso adjudicarse la idea de la torres, pero Barragán se había inspirado para este monumento en una villa italiana que visitó durante uno de sus numerosos viajes a Europa.
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Para María Bustamante, una estudiosa de la obra de Barragán, la importancia del arquitecto mexicano se debe a su capacidad "para ver algo que los demás no ven, y hacer que eso trascienda". Además de que su obra concentra las bases a las que aspira toda arquitectura: escala, luz, color, proporción, espacialidad, dobles alturas, generación de esclusas para transitar de un espacio a otro y belleza.
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En su ponencia, la presidenta de FundarqMx destacó el desconocimiento que entre los mexicanos aún existe de la obra de Barragán, quien solo comenzó a ser tomado en cuenta en México luego de recibir el Pritzker y exponer en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Solo después de eso consiguió llevar al Museo Tamayo su exposición Luis Barragán. La revolución callada.
El desconocimiento ha sido tal, que aún en vida, Barragán quiso vender su archivo profesional al gobierno mexicano y éste lo rechazó. El Pritzker, entonces, decidió subastarlo en Nueva York, donde fue adquirido por una institución Suiza -la Fundación Barragán en Basilea-, donde se halla hasta la fecha.
Su archivo personal, en cambio, es resguardado en su casa gracias a la Fundación de la Arquitectura Tapatía Luis Barragán, creada una año después de su muerte.
Para Bustamante, Barragán comienza a trascender cuando comienza a ejercer su profesión "con total libertad", y luego de plantearse, a los 41 años, su intención de querer dejar la arquitectura como la venía haciendo hasta entonces: con una visión de desarrollador inmobiliario y respondiendo a los intereses de un cliente.
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En 1940, relata la arquitecta, Barragán adquiere el terreno de lo que hoy es su casa, que era "algo para poder ser libre", y eso fue lo que "le permitió generar una arquitectura tan única" que lo condujo a ser el segundo arquitecto en ser condecorado con el Premio Pritzker a pesar de tener una obra no vasta, pero sí "con una fuerza en todos los ámbitos".
La arquitecta destaca la influencia, sobre todo artística, más que arquitectónica, en la obra de Barragán, y su capacidad para traducir en la arquitectura un lenguaje muy local y personal con influencia de tradición mexicana: colores, volumetría, materialidad, e incluso el factor sorpresa "de los espacios que no esperas encontrarte detrás de una puerta".
Bustamante menciona que hasta la fecha Barragán sigue siendo más reconocido en el exterior. Menciona como ejemplo el récord de visitas a la casa Luis Barragán -patrimonio del a Humanidad ante la Unesco desde 2004- donde los japoneses y asiáticos ocupan el primer sitio.
También adelantó que ya trabajan en una memoria de los gustos musicales del creador, pues era un gran melómano con gustos muy diversos, que pasaban de la música ranchera a la clásica.