En cuanto a vivienda o calles, se ha debatido la configuración y lugar que se da a la mujer. En el primer entorno, el debate ha girado, principalmente, en torno a los lugares a los que se le ha confinado por las labores domésticas que se les atribuía. Uno de estos espacios es la cocina.
Vivienda jerarquizada
Los diseños de décadas anteriores colocaban a este cuarto de manera casi aislada de la vivienda. Se encontraba al final de los recorridos y, en muchas ocasiones, con puertas independientes de servicio que le daban el sentido de aislamiento. Se logró identificar que antes y aún ahora, sucede lo contrario cuando se construye vivienda pensada para hombres exclusivamente.
Este fue el caso del apartamento que diseñó el arquitecto Vehap Shei, para un hombre soltero. En él incorporó la indumentaria de la cocina en el recorrido natural de la casa, incluyéndola con la sala de estar y comunicándola con el dormitorio a través de una pared de cristal. El papel que toma en la construcción es mínimo, sin embargo, no está aislado.
Las estudiosas y arquitectas se percataron de esta “jerarquización del espacio”, por lo que propusieron proyectos que hicieran a un lado esta planificación. La arquitecta Anna Puigjaner ha sugerido, incluso, que se construyan viviendas sin cocina. En la decoración incluye electrodomésticos, sin embargo, no le otorga un cuarto propio ni excluido.
También, el gobierno Vasco ha propuesto edificar vivienda sin “puntos negros”. Planea ampliar la cocina e incluirla en la dinámica del resto de los inmuebles, para que se conviertan en un espacio de uso de cualquier miembro de una familia y no un lugar de confinamiento de la mujer.
Para algunas arquitectas, como Alexandra Camal, es positivo que estos espacios se hayan transformado. La manera de estructurar las casas o departamentos han cambiado la posición de este espacio: “Esta idea me parece que ya se ha diluido bastante, en específico en la mayoría de los departamentos nuevos que se construyen, ya no tienen tanto esta carga y el espacio de cocina es mínimo porque aparte esto responde a dinámicas nuevas de vida”, dice la también catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, aún falta transformación en otro tipo de sitios. Diseñar sin perspectiva de género, no se limita al espacio privado. Según teorías feministas, las ciudades tampoco son planeadas considerando las necesidades y modo de vida de las mujeres.