Las ciudades del futuro producirán sus propios insumos
El cambio demográfico, el cambio climático, la política global de eficiencia energética y los nuevos conceptos de urbanización marcarán el rumbo de la sostenibilidad en la construcción de los siguientes años, explicó Mirko Arend, director ejecutivo de la expo BAU 2013.
Por tal motivo, dijo que edificaciones individuales, barrios y ciudades enteras tendrán que ser planificadas y ejecutadas de manera sostenible.
En este sentido, la BAU 2013, la expo europea más grande de arquitectura, tecnología y sistemas constructivos, decidió organizar a sus más de 2,060 expositores en cuatro áreas, cada una de ellas correspondiente a una megatendencia: el salón de Energía 2.0, Desarrollo Urbano en el Siglo XXI, Tecnología y Construcción amigable con el ambiente.
El Dr. Reinhard Pfeiffer, director ejecutivo del recinto ferial Messe Munchen, explica que en esta última área hay empresas que proponen sistemas para la estandarización del consumo energético de las viviendas, previstos por la Unión Europea para el año 2020. Por ejemplo, en cada casa deberá haber una miniplanta de energía.
Y no se trata de nuevas construcciones, sino de adecuaciones arquitectónicas, como ya sucede en algunos edificios de la vecina ciudad de Stuttgart, en Alemania, que han cubierto sus techos de dos aguas con celdas solares.
Los desafíos no sólo son técnicos, sino también sociales. En la extensa feria BAU 2013 (más de 180,000 m2 de exhibición), que se realiza durante esta semana en la capital de Baviera, Munich, hay un cartel de varios metros de altura que proyecta un video con los edificios futuristas.
La ciudad del hombre prosumidor
Este trabajo está a cargo del profesor Klaus Sedlbauer, director del Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción, quien afirma que el futuro de las ciudades estará marcado por un nuevo modelo de ciudadano que ya no sólo será consumidor, sino productor de sus propios insumos, como la energía. Así, el hombre pasara de consumidor a prosumidor.
Al igual que las actuales, son construcciones cúbicas, pero el entorno es diferente, con autos que se mueven por sí mismos por las calles, que ya tampoco tienen esquinas; las casas están dotadas de pequeñas plantas de energía y sus fachadas son totalmente aislantes de ruido y capaces de purificar el aire.
"Las estructuras específicas están diseñadas para absorber el ruido de las carreteras y absorber los contaminantes al mismo tiempo", argumenta Sedlbauer.
Añade que el "prosumer" del futuro producirá más energía de la que consume, habitará edificios que tengan una emisión de carbón neutral al ambiente, y será capaz de construir una sociedad resiliente. La mala noticia es que "este plan no está listo para el mercado", dice.