Los diputados ratifican la Estrategia Nacional de Energía
La Cámara de Diputados ratificó con 237 votos a favor, 125 en contra y 99 abstenciones la Estrategia Nacional de Energía 2013-2027, cuyo propósito es atender la demanda de forma eficiente, segura y sustentable, así como proveer energía a precios accesibles que coincidan con el crecimiento económico y la sostenibilidad.
Con este documento se busca propiciar el ahorro de energía; expandir los servicios energéticos hacia poblaciones y regiones de menores recursos y disminuir al mínimo los impactos negativos sobre la salud y el medio ambiente regional y global, que pueden derivar de la producción y el consumo de la energía.
Además, establecer medidas para acelerar la transición energética hacia fuentes no fósiles, particularmente renovables y fomentar la participación ciudadana en las decisiones relativas a la energía nuclear.
De igual modo, el dictamen a la minuta remitida al Ejecutivo federal y aprobado previamente por la Comisión de Energía, propone coordinar inversiones para llevar gas natural a aquellos estados del país que no cuentan con gasoductos o que tienen acceso limitado al energético.
La Estrategia ( Descargar documento ) incorpora acciones para romper con las tendencias que llevarían al país a ser estructuralmente deficitario en términos energéticos.
Para ello, destaca las medidas para llevar a cabo una transición energética, aprovechando las bondades que brinda el uso del gas natural para diversificar la matriz y llegar a una creciente participación de tecnologías limpias, que reduzcan la huella de carbono a través de una generación menor al 35 por ciento con fuentes fósiles.
Considera ampliar la red de gasoductos de transporte y distribución, así como la infraestructura de almacenamiento de gas natural considerando no sólo las demandas actuales sino aquellas que podrían detonar e impulsar el desarrollo en los estados que aún no cuentan con el suministro de gas.
También, implementar una política que identifique el asentamiento de la demanda para ubicar la infraestructura de producción de combustibles y generación de electricidad, así como de transporte y transmisión que amplíen la cobertura de la oferta, calibren los precios y tarifas de menor costo, y que calculen los márgenes que permitan la inversión para lograr una expansión de los servicios.
Otro propósito es promocionar la eficiencia energética, tanto en el consumo como en los diversos procesos de producción de energía, haciendo uso de las mejores prácticas y tecnologías, y disminuir las emisiones de carbono con el uso eficiente del sector eléctrico.
Se destaca que las políticas públicas deben estar encaminadas a la adecuación de las regulaciones, inversiones, capacidades, conocimientos, tecnologías, y demás elementos que balanceen una mejor sincronización entre los requerimientos energéticos eficientes del país y el óptimo aprovechamiento de los recursos energéticos de los que se dispone.
Al fundamentar el dictamen, el secretario de la Comisión de Energía, diputado Williams Oswaldo Ochoa Gallegos (PRI) expresó que la Estrategia, presentada por el titular del Ejecutivo federal, busca generar acciones precisas y específicas para modernizar a esta industria.
La Estrategia, dijo, no solamente cumple con el mandato establecido en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal sino que es consistente con otras disposiciones, como la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, que cumplirá con la meta estratégica de reducir, en un 30 por ciento, las emisiones del carbono para el año 2020.
Mencionó que como país se debe impulsar el aprovechamiento de fuentes renovables y tecnologías limpias para generar electricidad, de manera que se reduzca la dependencia de los hidrocarburos como fuente primaria.
Si no se revierten las tendencias actuales de producción y consumo de energía, en las cuales México ya resulta un importador neto de gasolinas, diesel, turbosina, gas natural, gas licuado y petroquímicos para el 2020, abundó, el país será estructuralmente deficitario de energía y los ingresos presupuestales del sector público, provenientes del petróleo, que ahora representan un tercio de los ingresos totales, podrían disminuir de manera significativa.
Ochoa Gallegos detalló que con esta Estrategia se busca diversificar de manera prioritaria la actual dependencia de una sola fuente de energía, como el petróleo, para blindar al país de impactos derivados de la volatilidad en los precios de los combustibles o riesgos en el suministro de la escasez.
Puntualizó que esta Estrategia tiene una visión de largo plazo con una perspectiva moderna y responsable. “La transformación y modernidad deben anidar en las políticas públicas de este sector fundamental de la economía nacional”.
Del grupo parlamentario del PRI, la diputada Blanca María Villaseñor Gudiño consideró indispensable la aprobación de la Estrategia para que el Estado cuente con un instrumento de planeación integral y de largo plazo del sector energético, el cual sirva como palanca del desarrollo y mecanismo de inclusión social a partir de los beneficios de su consumo a precios competitivos, con calidad y sustentabilidad ambiental.
Con este dictamen, puntualizó, las instituciones políticas, los sectores productivos y sociales, la academia y los institutos de investigación, habrán de contar con un marco de referencia estratégica para la planeación, el diseño, la ejecución y la evaluación de las políticas públicas del sector energía.
La estrategia, argumentó, plantea medidas de política en materia de transporte, almacenamiento y distribución, que buscan resolver las alertas críticas que recientemente han afectado al sector productivo debido a las restricciones en el abasto de gas natural.
El diputado Juan Bueno Torio (PAN) resaltó que el sector energético es fundamental para lograr un mejor y mayor desarrollo nacional, pero la Estrategia 2013-2027, enviada por el Ejecutivo, no responde ni es acorde con las necesidades del sector para satisfacer las necesidades de la población y para dar mayor eficiencia y competitividad a la energía en el país.
Puntualizó que la Estrategia no se considera como un instrumento que defina con suficiencia el eje rector de la política energética para mediano y largo plazo. “No está bien sustentada y no contiene objetivos parciales ni mecanismos de medición en el tiempo y, sobre todo, no define las acciones para que los mexicanos tengamos energía con oportunidad, calidad, buen servicio y mejor precio, accesible y justo”.
Hizo votos para que la Estrategia aborde el tema de la política de subsidios a seguir, ya que es de vital importancia para los ciudadanos conocer específicamente qué plantea hacer el Ejecutivo federal en lo que se refiere a los precios de gasolina y tarifas eléctricas.
Por el PRD, el diputado Luis Ángel Xariel Espinosa Cházaro relató que la Estrategia está compuesta de temas energéticos generales e imprecisos, enfocados en una visión de política energética inercial, sin lograr fijar una visión nacional en la materia a 15 años. “Se desaprovecha la oportunidad de darle un rumbo al sector para las próximas décadas”, dijo.
Manifestó que se plantea una participación mínima del Estado en el desarrollo del sector; crea vacíos en la acción pública e invoca el concurso de la inversión privada para que el más fuerte en el mercado se establezca en ambientes de regulados y sus líneas de acción son genéricas, imprecisas y ambiguas.
La Estrategia, abundó, presenta un análisis parcial del sector energético y carece de estrategias y acciones claras sobre la extracción del petróleo crudo; no desarrolla el potencial de energías alternativas, ni elabora proyecciones de crecimiento; no considera revisar la corrupción en empresas paraestatales como Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
La diputada Laura Ximena Martel Cantú (PVEM) se pronunció a favor de la Estrategia, ya que el país requiere realizar una profunda transformación en materia energética, que le permita estar a la vanguardia, elevar su competitividad y afrontar con éxito los retos que este siglo plantea.
El tema, dijo, va mucho más allá de la electricidad y los hidrocarburos, ya que la Estrategia sienta las bases para conformar la transformación del sector en condiciones de modernidad, eficiencia, transparencia y con una rendición de cuentas absoluta, pero sobre todo, con una profunda orientación social.
Detalló que en México, 1.6 millones de personas carecen de acceso a la electricidad; de ahí la prioridad de que todas las regiones del país puedan satisfacer sus necesidades energéticas básicas y posibilitar su desarrollo. “Se requiere un suministro energético moderno, confiable y seguro”.
El diputado Ricardo Mejía Berdeja (Movimiento Ciudadano) resaltó que la Estrategia resulta insuficiente ante los retos estructurales del sector, y que de ninguna manera se está a favor de un plan que representa la avanzada privatizadora del sector energético.
Subrayó que la Estrategia plantea también el aumento gradual de tarifas y combustibles, “como ya se viene haciendo con los cruentos gasolinazos, esto con el pretexto de disminuir subsidios indiscriminados”.
En la Estrategia, resaltó, no se toman en cuenta las circunstancias extremas climatológicas que enfrentan millones de mexicanos en entidades del sur y del norte del país. “Éstas son sólo algunas de las razones por las cuales no estamos de acuerdo en ratificarla”, señaló.
A su vez, el diputado José Alberto Benavides Castañeda (PT) argumentó que la Estrategia no contiene un diagnóstico profundo del sector; no define claramente una política para lograr independencia energética, y no se especifica las ineficiencias existentes.
Lo que más destaca de toda la Estrategia, resaltó, es la clara intención de incorporar la inversión privada suplantando a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad para transferir la renta energética de la nación.
“El PT votará en contra porque no respeta la soberanía del país, pretendiendo ofrecer a los ricos y poderosos los recursos naturales de la nación, sustituyendo inversión pública con privada, justificando que la eficiencia se garantiza sólo por el hecho de las incursiones de privados en el sector, cosa que es una rotunda falacia”, afirmó.
La diputada Dora María Guadalupe Talamante Lemas (Nueva Alianza) señaló que esta Estrategia ofrece una visión acertada del sector, reconociendo que un escenario inercial convertirá a México en un importador neto de energía para 2020 y que más allá de definir políticas públicas obsoletas, la atención deberá abordarse de manera integral bajo criterios de sustentabilidad, eficiencia energética y ambiental, así como de seguridad.
Mencionó que en este documento se reconoce un déficit en la atención de este derecho social, pues aun cuando la cobertura es cercana al 98 por ciento, existen algunas localidades rezagadas en el acceso a la electricidad, principalmente como consecuencia de su dispersión y requieren de este servicio para mejorar su calidad de vida.
Por ello, dijo, su fracción parlamentaria votará a favor, pues la sostenibilidad energética es abordada de manera integral, analizando las condiciones presentes y la prospectiva de desarrollo y uso de energías renovables, con el propósito de que el país pueda transitar los próximos años hacia una matriz energética de bajo carbono en forma eficiente.
Durante la discusión, la diputada Aleida Alavez Ruiz (PRD) señaló que la estructura de la Estrategia es genérica, imprecisa y, en muchos casos, ambigua. “No visualiza el escenario final que se requiere alcanzar”, agregó.
Se percibe, dijo, falta de claridad y especificidad de las líneas de acción, ya que no cubren de manera suficiente los temas estratégicos, la mayoría de ellas son escuetas y sólo parecen acciones obvias cuya finalidad no queda clara.
En su turno, el diputado Germán Pacheco Díaz (PAN) subrayó que este documento es incompleto debido a que carece de información estadística y metas.
“Específicamente no se tiene claro hacia dónde se dirige el sector energético para el año 2027”. Por lo tanto, dijo, no existe certidumbre ni rumbo en las acciones a seguir en la materia.
La diputada Lilia Aguilar Gil (PT) dijo que las líneas estratégicas no tienen acciones específicas; “es en realidad una serie de planteamientos no solamente generales, sino que parecen de buena voluntad”, apuntó.
Opinó que no determina una verdadera estrategia de fortalecimiento del sector y las paraestatales; no plantea líneas de acción para la investigación y el desarrollo tecnológico en Pemex, y no plantea la creación de ninguna refinería, abundó.