Ronaldo y Bebeto, por los primeros goles del nuevo Maracaná
El estadio Maracaná, situado en Río de Janeiro, Brasil, reabrirá sus puertas este sábado, en medio de diversos retrasos en la obra, protestas y una inundación.
El primer partido de la nueva era enfrentará a los equipos integrados por los amigos de Ronaldo con los de Bebeto. Asistirá Dilma Rousseff, presidenta del país sudamericano, y aproximadamente 27,000 invitados.
El recinto es el quinto estadio mundialista concluido. Sin embargo, la construcción tuvo un retraso de cuatro meses, debido a que no fue inaugurado en diciembre pasado, como estaba propuesto en el calendario original de la FIFA.
De acuerdo con la prensa brasileña, sólo el interior del inmueble está totalmente terminado, ya que los trabajos de pavimentación y del área colindante continúan. Está previsto que terminen el 2 de junio de este año, fecha en que se jugará el primer partido oficial amistoso, entre Brasil e Inglaterra.
De acuerdo con las cifras publicadas este mes por el gobierno brasileño, las obras que comenzaron en agosto de 2010, han costado aproximadamente 400 millones de dólares (mdd), cifra que ha experimentado numerosas revisiones, debido a los cambios hechos sobre la marcha del proyecto.
Los aplazamientos también se debieron a varias huelgas que demandaban mejorías en las condiciones laborales y a los problemas dentro del consorcio, integrado por las constructoras Andrade Gutiérrez, Odebrecht y Delta, la cual abandonó las obras en 2012, en medio de una situación de corrupción.
El proyecto ha registrado protestas constantes de indígenas y grupos sociales que se oponen a la demolición de varios edificios aledaños, para la construcción de un estacionamiento que debería estar terminado a tiempo para el Mundial.
Getty Images
El viejo estadio
La remodelación hizo del Maracaná -cuyo nombre oficial es Jornalista Mario Filho-, uno de los estadios más modernos del mundo, aunque sólo se conservó intacta la fachada original del coliseo, el cual albergó a 200,000 espectadores en la final del Mundial de 1950.
Los dos antiguos pisos de gradas ovaladas cedieron su lugar a una tribuna continua, más cercana al césped y sin puntos ciegos, pero esto obligó a reducir el aforo hasta a 78,838 localidades y 76,935 en competiciones organizadas por la FIFA.
Los espectadores tendrán a su disposición 60 bares, 231 aseos, 78 altavoces, 360 cámaras de seguridad, cuatro pantallas gigantes de 98 m2 y aire acondicionado en una zona de 36,000 m2, incluyendo los 110 palcos vip.
Los toques verdes
El Maracaná aspira a la certificación LEED, por su nueva cubierta de membrana de fibra de vidrio y teflón, que mide 47,000 m2 y está preparada para captar el agua de lluvia. Después de ser filtrada en unos tanques ubicados en el sótano, el agua pluvial será utilizada en los retretes y para regar el césped, lo que conllevará un ahorro de agua de 30%.
En la cobertura también han sido instaladas placas solares fotovoltaicas que generarán 400 KW/h y alimentarán en parte al sistema de iluminación de bajo consumo, compuesto por 396 reflectores de 2,000 vatios y 23,500 bombillas de led en total.
El césped es nuevo, del tipo bermuda celebration, resistente a cambios de temperatura, el cual fue cultivado desde el pasado octubre en un vivero de la ciudad de Saquarema y trasladado a Río en 360 piezas de 18 metros de largo por 1.2 de ancho.
Getty Images
El sistema de drenaje también fue mejorado y ahora podrá aguantar trombas de agua de 230 milímetros de lluvia por hora, una cifra que dobla los volúmenes normales de precipitación de los meses más lluviosos en Río, diciembre y enero.
Los responsables de la obra pusieron cuidado hasta en reforzar el cemento, puesto que 100 pilares estaban corroídos por la orina, ya que durante décadas los aficionados tenían la costumbre de orinar en los pasillos.
(Con información de EFE)