Chiapas insiste en la producción de bioenergéticos
Tras una inversión de 117.5 millones de pesos (mdp) en el sexenio anterior para la producción de bioenergéticos, el gobierno de Chiapas opta por la reorientación del programa.
La decisión obedece a que no existe una producción 'significativa' ni una rentabilidad económica, indica el Centro Biodiesel Chiapas. Las plantas productoras y los centros de distribución permanecen cerrados; incluso algunos nunca operaron.
El proyecto nació en 2007, cuando el ahora exgobernador, Juan Sabines Guerrero, planteó que a fin de prescindir de los combustibles pétreos y contaminantes, Chiapas produciría combustible a partir de la siembra de piñol mexicano.
Según Sabines Guerrero, la inversión sería recuperada con la venta de biocombustible para el transporte público, y de bioturbosina para vehículos aéreos.
Luis Aguilar, nuevo director del centro Biodisel Chiapas, explica que si bien existe el interés en la "generación de energías renovables", el mecanismo de operación "necesita ser revisado y reorientado".
Agrega que "era una mínima cantidad de biodiesel la que se obtenía, y la mayoría de reciclar aceite de desecho recopilado en restaurantes".
Por su parte, a unos 2,300 campesinos que cambiaron sus cultivos para sembrar piñol, se les adeudan más de 100 mdp.
"Los primeros dos años nos pagaron a través de subsidios, pero desde finales de 2010 suspendieron los recursos", dice Gustavo Farrera, representante de los productores en la zona costa.
En esta condición se encuentran las cooperativas de transporte de Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, quienes en coinversión con el gobierno estatal compraron unidades para usar biodiesel.
Gilberto Camas, concesionario del Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla, detalla que utilizaron un aditivo con 8% de biodiesel, "nunca fue 100% como dijo el gobierno". Ahora, usan diesel tradicional.
El gobierno estatal asegura que en el segundo semestre de 2013 presentará
un nuevo plan para reactivar la producción de biocombustibles.
