Las obras de aeropuertos de Brasil están atrasadas
Las obras en los aeropuertos paulistas de Guarulhos y Viracopos y la capital Brasilia están atrasadas en relación con la previsión de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac), que está intensificando la fiscalización para garantizar que las mejoras estén completadas a tiempo para el Mundial de futbol.
Según el balance de fiscalización de la agencia en el aeropuerto internacional de Guarulhos, un 87.78% de las obras estaban concluidas para enero. La previsión inicial era que el 92.09% estaría listo para ese mes. La obra deber ser entregada el 11 de mayo.
En Viracopos, la Anac constató en enero un avance de obra del 81.90%, cuando la estimación para ese mes era del 85.36%.
En el aeropuerto de Brasilia, el 78.26% de las obras para el Mundial fueron ejecutadas hasta enero, mientras que la Anac esperaba un 87.89%. El contrato prevé que las obras para el torneo en la capital federal brasileña estén listas para el 24 de mayo.
Anac informó que desde enero intensificó las inspecciones a las empresas concesionarias.
Según el organismo, las obras en Viracopos, que involucran la construcción de una nueva terminal, son las más complejas, por lo que la fiscalización será más estricta.
De acuerdo al Anac, las obras estarían concluidas y operativas dentro de los plazos estipulados en el contrato. En caso contrario, las concesionarias podrían sufrir penalizaciones e incluso multas.
El atraso en las obras de los aeropuertos son uno de los tantos problemas de infraestructura que afronta Brasil para el Mundial, que se jugará de 12 de junio al 13 de julio, en el que la selección local buscará su sexto título.
Los preparativos de Brasil han estado plagados de retrasos y polémicas, y cinco de los 12 estadios mundialistas incumplieron el plazo de entrega del 31 de diciembre establecido originalmente por la FIFA.
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Un sondeo realizado en febrero mostró que el número de brasileños que favorece la realización del torneo en el país ha caído a un mínimo y muchos critican al evento como un desperdicio de dinero.
El respaldo al Mundial ha menguado desde que se desataron manifestaciones en junio del año pasado para protestar contra los malos servicios públicos y el alto costo de la construcción de los estadios.
Cinco ciudades han desechado o reducido planes de líneas de buses y tramos del tren subterráneo. Por el lado de las comunicaciones, las redes y centros de prensa sólo se podrán integrar cuando se termine la construcción de los estadios.
