Sequía pone en alerta el servicio de agua en Sao Paulo
Es la mayor ciudad de Brasil y su corazón económico, pero Sao Paulo está con sed debido a una aguda sequía que amenaza con hacer colapsar el servicio de agua potable de millones de personas.
Las represas del sistema Cantareira, que abastecen a un 45% de la región metropolitana de Sao Paulo, donde viven 20 millones de personas, están en mínimos históricos de almacenamiento de agua. Y el nivel sigue cayendo, mientras otros sistemas comienzan a exhibir señales de fatiga.
El gobierno del estado de Sao Paulo encabezado por Geraldo Alckmin -que en octubre buscará la reelección- descartó racionar el agua en la capital y en los municipios que controla la empresa paulista de aguas, Sabesp, pese a que la fiscalía lo recomendó "para evitar un colapso" del sistema.
Sabesp garantiza el abastecimiento hasta marzo de 2015 y asegura que transferirá agua de otros sistemas de represas, que seguirá utilizando reservas de emergencia y que ampliará los estímulos para los clientes que usen menos agua.
¿Y el agua?
Sabesp asegura que no hay corte ni racionamiento de agua en ninguno de los 364 municipios de Sao Paulo que atiende (más de la mitad del total).
Pero muchos de los 41.2 millones de habitantes del estado de Sao Paulo dicen otra cosa.
"La semana pasada estuvimos cuatro días enteros sin agua. Fue muy difícil", contó a la AFP el comerciante Adilson Becerra, de 36 años, que vive en la periferia sur de Sao Paulo.
"De un día para otro nos quedamos sin agua, nadie nos avisó nada. De jueves a domingo, ni una gota de agua salió por el grifo", enfatizó.
Su prima Débora Becerra, de 38 años y vecina del oeste de Sao Paulo, contó que "cada mañana cae muchísimo la presión del agua".
En mayo pasado Sabesp comenzó a utilizar el agua más profunda de las represas o 'volumen muerto', pero la fiscalía alertó que puede ser dañina para la salud.
La escasez de lluvias también afecta la generación de energía hidroeléctrica, la principal matriz de Brasil, dando paso a las más caras y contaminantes termoeléctricas. Pero en un año de elecciones, el racionamiento también fue descartado por el gobierno brasileño.
"La situación es crítica para agua (potable) y energía. Hay que administrar mejor esta situación y lo ideal sería que la población baje su consumo, que se racione", dijo a la AFP Cristopher Vlavianos, presidente de la comercializadora independiente Comerc Energía.
El sistema hídrico de Sao Paulo demostró su fragilidad ante esta emergencia y la población debe adaptarse a esto, enfatizó.
Una encuesta del diario Folha de Sao Paulo señaló que, en agosto, un 46% de los habitantes de la capital dijo que el suministro se había interrumpido al menos una vez, contra un 35% en la encuesta anterior de mayo.
Poca lluvia
En algunos municipios que no atiende Sabesp el racionamiento ya es oficial, como en el municipio de Guarulhos, de 1.3 millones de habitantes, donde el servicio sufre interrupciones desde marzo.
"Uno tiene la idea de que en Brasil nunca podría faltar agua, pero entonces ¿cómo es que estamos sin agua?", comentó a la AFP Marco Aurelio Cardoso, directivo en la empresa de aguas de Guarulhos.
"En 2009 y 2010 hubo exceso de agua, pero se perdió porque no había dónde almacenarla", añadió.
"Es una situación muy complicada", afirmó Cardoso.
Las previsiones de lluvia para Sao Paulo son desalentadoras y los expertos advierten que en 2015 el verano austral (cuando es la temporada de lluvias, a partir de noviembre) será seco, tal como el de 2014.
"Durante años hemos estado al límite de las reservas sin que se hicieran avances en infraestructura", mientras "la población y la demanda por agua aumentaron", explicó el geógrafo Paulo Roberto Moraes, de la Universidad Católica de Sao Paulo.
El sistema resistía pero "ahora estamos con una sequía que nos tiene hace 15 meses con déficit de agua en las reservas", añadió.
Sao Paulo es la capital económica de Brasil y tiene un fuerte parque industrial: fábricas de vehículos, de aviones, producción agrícola, minera, petrolera, textil, química, empresas de construcción, entre otras.
"La escasez de agua tendrá un impacto económico, aunque no sabemos aún su magnitud. Pero lo peor es en el campo de la confianza y las expectativas, porque la lectura que se hace es de mala administración", comentó el economista André Perfeito, de la consultora Gradual Investimentos.
Sao Paulo aguarda ansioso la lluvia. "No sabemos qué pasará si persiste la sequía. Probablemente un colapso", advirtió el geógrafo Moraes.