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Nuevo AICM, oportunidad para rehabilitar la zona: Conagua-Semarnat

No sólo se incorporarán diversas ecotecnias en su operación cotidiana, sino que permitirá triplicar la capacidad de regulación de agua de la zona y proteger a los habitantes de los municipios aledaños, aseguran autoridades.
vie 05 septiembre 2014 03:18 PM
aeropuerto capitalino
aeropuerto capitalino - (Foto: Tomado de Twitter / @PresidenciaMX)

La construcción del nuevo aeropuerto es la oportunidad de recuperar en términos ambientales la zona del Lago de Texcoco, afirman autoridades federales del tema.

El nuevo aeropuerto no sólo incorporará diversas ecotecnias en su operación cotidiana, sino que además permitirá triplicar la capacidad de regulación de agua de la zona y proteger a los habitantes de los municipios aledaños, de acuerdo con el director de Conagua, David Korenfeld, y el secretario de Medio Ambiente, Juan José Guerra Abud.

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El aeropuerto más verde

El nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México será el primero de sus dimensiones que aspira a obtener una certificación platino LEED, una de las más exigentes de esta certificadora, un sistema de puntuación que acredita diversos aspectos ambientales que puede tener una construcción.

“La máxima puntuación de LEED es de 110 puntos y la platino, que es muy difícil, se alcanza con 80. Incluye iluminación, ventilación natural, acceso a transporte público, uso de energía local y renovable, tratamiento y reúso del agua negra para riego y otros usos así como captación de agua de lluvia".

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"Adoptar estos criterios resulta económico, rentable, lógico ser amigable. Gracias al apoyo de SCT, incrementamos la eficiencia de energía y se usan materiales locales y reciclables en medida de lo posible”, explicó Guerra Abud.

Buscar la certificación LEED implica que habrá un certificador externo que garantice que las obras del proyecto cumplen con los estándares ambientales establecidos. La Semarnat busca que el proyecto alcance 88 puntos en la certificación.

Entre las características que incluirá el nuevo aeropuerto en términos de sustentabilidad ambiental están: generación de energía a través del biogás proveniente del Bordo Poniente y de fotoceldas integradas en la construcción, iluminación y ventilación natural, unidad de tratamiento de aire, recolección de agua de lluvia y tratamiento de aguas negras, tratamiento de residuos y huella neutral de carbono gracias al uso de energías limpias.

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“Un objetivo que nos fijamos es que tuviera cero emisiones de carbono la operación de la terminal. Esta huella no existe fuera de Europa, sería el primer aeropuerto en América que lo alcanza, es muy importante. Según expertos, para el 2020 el consumo de energía en la construcción sería de 442 Gw hora, que con el sistema que se va a instalar se reduciría en 47%, a 267 Gw por hora”, explicó Guerra Abud, cantidad de energía que se proveería con biogás y energía solar.

En términos de la demanda de agua en la instalación, se estima que para el 2020 y de forma convencional, el aeropuerto requeriría 8,000 metros cúblicos diarios, los cuales con un uso racional podrían reducirse a 5,400 metros cúbicos por día, de los que 3,700 metros cúbicos serían el agua tratada en las plantas de tratamiento que formarán parte del proyecto. Es decir, que al 2020 se utilizarían sólo 1,700 metros cúbicos de agua por día, “menos de la mitad de la que actualmente usa el aeropuerto”, asegura el secretario de medio ambiente.

Recuperar los alrededores

Más allá de la eficiencia del aeropuerto, la obra, aseguran las autoridades, permitirá rehabilitar una zona degradada y abandonada en la actualidad.

Para Guerra Abud, este proyecto llevará a “rescatar zonas desprovistas de vegetación para crear un conjunto de áreas verdes de unas 3,000 hectáreas. Va a generar un pulmón cuatro veces más grande que el Bosque de Chapultepec, el cual tiene 678 hectáreas. Será un pulmón para toda la capital. Para el suelo salitroso, expertos de la Conafor nos han recomendado especies como la tamaris plumosa o cedro salado”.

El nuevo aeropuerto “es la oportunidad de rehabilitar ambientalmente esta zona. Es una zona que se ha ido deteriorando cada vez más. Es una muy buena opción” asegura Guerra.

En lo que se refiere a la presencia de aves acuáticas en la zona, destaca la presencia de especies endémicas como la garza moreno, el chorlo nevado y el pato mexicano, además del pato tepalcate y el cucharón norteño, entre otras.

La región es considerada un área de importancia para la conservación de aves, por lo que la Semarnat informó la creación de un grupo científico asesor, en el que participan organizaciones e instituciones como: el Centro mexicano de derecho ambiental, el Colegio de biólogos, la Comisión nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad, Pronatura México, la World Wild Foundation y la Comisión nacional de áreas naturales protegidas, quienes darán asesoría para el manejo de las aves.

Con la rehabilitación de la zona se pretende duplicar la cantidad de humedales y sanear la zona zona forestal.

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Obras hídricas

La zona, originalmente un lago que a través de los siglos fue desecado y degradado, sufre periódicamente inundaciones por estar en la zona más baja de la ciudad. Esta situación amerita obras hidráulicas cotidianamente, mismas que ahora se intensificarán.

David Korenfel, director de la Conagua, informó que se harán obras para mantener espejos de aguas tratadas todo el año, en vez de las hoy habituales aguas negras y de lluvia.

“Incrementaremos sustancialmente la capacidad y velocidad de desalojo de la zona, además de evitar el escurrimiento residual a cielo abierto”, aseguró.

Las principales obras que la Conagua anunció son: eliminar la descarga de aguas negras de Casa Colorada; entubar el dren Chimalhuacan, construir un túner profundo para incrementar su desalojo, detalló.

Además, agregó, se mejorará la calidad de agua y la capacidad de regulación del Lago Nabor Carrillo, se construirán 145 km de colectores marginales que se dirigirán a 3 plantas nuevas de tratamiento, se construirán 24 nuevas plantas de tramiento de agua en la zona, se habilitarán 9 cuerpos de regulación de agua capaces de regular 38,000 metros cúbicos de agua, casi lo triple de la capacidad actual de regulación de la zona, que es de 13,000 metros cúblicos de agua.

“Culquier servidor público estaría deseoso de hacer las obras que se van a hacer esa obra”, concluyó Ruiz Esparza.

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