El ajedrez de las antenas
Una nueva generación de desarrolladores de infraestructura se acerca. Son compañías que funcionan independientemente de las empresas tradicionales como América Móvil, Telefónica, Iusacell, Nextel, entre otras.
Mexico Tower Partners (MTP) cuenta con 600 torres para telecomunicaciones móviles repartidas en todo el país, apenas una fracción de las que ya existen, pero que serán explotadas en los próximos años de la mano de nuevos modelos de operación y administración de infraestructura en el sector.
“MTP surgió en octubre de 2011, tras la compra en México de un grupo de 199 torres de una compañía estadounidense llamada Global Tower Partners por parte del fondo de inversión Macquarie, al que se sumó este mayo un fondo de inversión especializado en el sector llamado Digital Bridge”, señala José Solá, director de MTP.
Hasta la llegada de MTP sólo había una empresa dedicada a la construcción de torres de telecomunicaciones: la estadounidense American Tower Corporation, que posee más de 8,200 torres en todo el país.
El resto del parque (de aproximadamente 13,200 radiobases) le pertenece a las compañías de telecomunicaciones que operan en el país: América Móvil (operadora de Telcel), Telefónica (que opera la marca Movistar), Iusacell y NII Holdings (dueña en el país de Nextel).
Cambio de modelo
Sin embargo, desde inicios de la presente década, una serie de movimientos en el sector ha abierto la puerta a empresas como MTP. “Uno de los primeros cambios fue el abandono de la idea de que un operador tenía que construir y gestionar por sí mismo sus torres de telecomunicaciones”, señala Solá.
Tradicionalmente, las empresas del ramo se encargaban de adquirir terrenos, construían la infraestructura y se responsabilizaban de su funcionamiento. Esto representaba una compleja operación logística y una inversión constante en construcción y mantenimiento.
Aunque las empresas no suelen informar sobre sus gastos en este rubro, hasta una quinta parte de su gasto de operación podría estar destinada al mismo, debido
a la complicación legal que implica colocar una antena y a la gestión con las autoridades.
“Los municipios son los encargados de dar permisos para la instalación de esta infraestructura, pero al no existir una legislación federal armonizada, cada uno resuelve este problema de manera diferente”, indica Solá.
Por esta razón, desde inicios de la década, empresas como Telefónica, NII Holdings y Axtel han vendido centenares de torres a American Tower. Incluso la existencia misma de MTP se debe a una de estas operaciones de adquisición, pues “originalmente, las torres adquiridas en 2011 por GTP, nuestro antecesor, se le compraron a Telefónica”, agrega Solá.
Tomado de steelintheair.com
Aprendiendo a compartir
Otro cambio que abre el camino a MTP (y que constituye el núcleo de su propuesta comercial) es la adopción del concepto de ‘compartición’ de infraestructura, es decir, “antes cada operador guardaba su infraestructura para sí; si alguien pedía espacio en sus torres simplemente se le decía que no era posible”, afirma Solá.
Sin embargo, empresas como American Tower y MTP tienen sus torres abiertas a cualquiera que quiera instalarse en ellas, sin importar quién sea el usuario.
Aunque este tipo de cohabitación en torres de telecomunicaciones no es nuevo (American Tower opera así desde inicios de la década pasada), en los últimos años se ha acrecentado al punto en que en junio de 2012 Telefónica y Iusacell firmaron un acuerdo para compartir su infraestructura.
“Esta operación permitió a Iusacell incrementar su huella de transmisión, especialmente en zonas de carreteras, donde la empresa tenía déficit de transmisión”, declara Gonzalo Rojón, socio en The CiU, consultora especializada en el sector telecomunicaciones.
Este modelo de ‘compartición’ de infraestructura tiene una ventaja adicional: “los sitios óptimos para colocar torres de transmisión están limitados por factores como el patrón de propagación de señal. Por ello, es muy probable que una empresa que coloca una antena y no deja que otros se instalen en ella, tendrá en el predio de junto otras antenas, haciendo sombra”, puntualiza el director de MTP.
MTP confía en el explosivo crecimiento de la demanda de capacidad en telecomunicaciones móviles que se espera para los próximos años.
De acuerdo con un análisis del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), hacia finales del año pasado el tráfico de datos en redes celulares era de 23 petabytes mensuales (equivalentes a aproximadamente 23,552 discos duros de un terabyte); pero se estima que el crecimiento de la demanda se multiplique por 11, hasta alcanzar 260 petabytes mensuales hacia el final de la presente dé-
cada (2020).
Urge infraestructura
Un estudio del IFT en 2013 indica que se requerirán aproximadamente 80,420 radiobases para cubrir la demanda en un futuro, es decir, alrededor de cuatro veces más de las que existen actualmente.
Esta demanda deberá ser balanceada y distribuida en aproximadamente 1,400 usuarios por cada torre de telecomunicaciones, con el fin de hacer el servicio más eficiente.
Para cubrir esta demanda, empresas como MTP serán clave. “Nuestro modelo de despliegue se denomina built to suit; consiste en que el operador elige el sitio que más le conviene y nosotros nos encargamos de la obtención del terreno, o de los derechos de uso del inmueble urbano y la construcción de la torre”, dice Solá.
A cambio de la ubicación del sitio, MTP construye y financia la instalación de la torre. “Retenemos la propiedad de
la instalación con el fin de permitir a otras empresas el uso de la infraestructura construida”, sostiene Solá, “las empresas saben que este tipo de arreglo es mejor para todos; se evitan las redundancias en el desarrollo de infraestructura y se logra dar un mejor servicio, aprovechando la mejor ubicación disponible”.
Este modelo (también llamado ‘acceso agnóstico’ a la infraestructura) es la base para otras empresas como Telecomm, que están incursionando en el sector.
Esta paraestatal, dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), fue designada el año pasado como administradora de la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en su tendido de alta tensión de aproximadamente 30,000 km de extensión.
“Nos encontramos en el proceso de transferencia de esta infraestructura, pero buscamos que esta red de fibra óptica esté disponible para cualquier operador”, comenta en entrevista Jorge Juraidini, director general de Telecomm.
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Oportunidades y sorpresas
Al crecimiento en la demanda de infraestructura se suman proyectos de telecomunicaciones que serán desplegados por el Estado mexicano (una novedad después del retiro de la inversión directa gubernamental en el sector durante la década de los noventa).
Uno de los proyectos es el despliegue de una red de telecomunicaciones móviles en la banda de los 700 Mhz, que deberá empezar a ser instalada este año y comenzar a operar en 2018.
De acuerdo con los análisis realizados por el IFT, tan sólo esta red necesitaría el uso de más de 19,200 torres de transmisión, que se suman a las más de 80,000 cuyo requerimiento ya está proyectado.
“Si sumas las necesidades de la industria y la de proyectos, como el de la banda de los 700 megahertz, tenemos un horizonte donde los operadores necesitarán crecer su cobertura en zonas rurales e incrementar su capacidad para atender la demanda de datos en zonas urbanas”, plantea Solá.
Pero MTP y American Tower no son los únicos que ya tienen los ojos puestos en este mercado. De acuerdo con fuentes del sector que solicitaron el anonimato, existen hasta cinco empresas que están buscando establecer en México operaciones de desarrollo de torres de transmisión.
Y es que compañías estadounidenses como Crown Castle (con operaciones en Puerto Rico y Australia) y SBA Communications Corporation (con operaciones en Brasil, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá) han manifestado interés en expandir sus operaciones internacionales.
“Creemos que podemos crear un valor sustancial al expandir nuestros servicios en mercados internacionales selectos, donde creemos que existe una industria de telecomunicaciones móviles dinámica”, detalla el último reporte anual de esta última empresa.
Más aún, la legislación secundaria (llamada Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión), aprobada recientemente, contiene apartados destinados a promover la llegada de operadores al mercado.
El Artículo 104 establece la figura del “arrendamiento de espectro radioeléctrico” (que permite a los competidores adquirir espectro de otros) lo que no está contemplado por la ley primaria. Además, el 139 establece por primera vez la figura de los mencionados convenios de ‘compartición de infraestructura’.
Igualmente, el Artículo 138 indica que la compañía preponderante está obligada a compartir su infraestructura pasiva (principalmente ductería y torres de telecomunicaciones).
En marzo de este año, el IFT declaró que América Móvil es la empresa preponderante en el sector, ya que posee 70% del mercado de móviles y 60% del de línea fija. Esto la obliga a poner una “oferta de referencia de acceso y uso compartido de infraestructura”, para poner la suya a disposición del mercado, así como un precio de referencia, aprobado por el IFT.
No obstante, en un giro de circunstancias, el Consejo Directivo de América Móvil presentó a mediados de julio un plan para vender activos y dejar de ser la mayor en el sector. De acuerdo con éste, el proceso sería llevado a cabo en un plazo no mayor a seis meses; sin embargo, el plan deberá ser aprobado por el IFT.
Slim aseguró en entrevista con la agencia Reuters que la venta podría llevarse
a cabo con una sola empresa, pero The CiU argumenta que esto no sería lo mejor para el país.
“El escenario ideal para el mercado mexicano sería que dichos sitios sean adquiridos por dos o más empresas para evitar concentraciones en el mercado de radiobases”, señala el reporte “Mercado de torres para Telecomunicaciones móviles en México”, escrito por Carlos Hernández y Carlos Eaton, investigadores de The CiU.
El documento agrega que, en caso de que la infraestructura fuese vendida a un comprador que ya posea torres en el país, éste “podría ser denominado inmediatamente con poder sustancial de mercado”.
Así, la entrada en el mercado de las torres de América Móvil podría desencadenar un descenso de precios en el arrendamiento de las torres.
Esto no preocupa a Mexico Tower Partners: “Aún no se hace público el tipo de infraestructura que se pondrá en el mercado, pero es posible que no pongan todas sus torres, debido a que, al ser uno de los operadores más antiguos de telecomunicaciones móviles en el país, quizá no todas sus torres estén diseñadas para recibir a más de un operador”, especifica Solá.
Su empresa no sólo está preparándose para servir a los cuatro operadores tradicionales de telecomunicaciones móviles, sino que está decidida a atraer clientes que quizá también tengan diferentes modelos de negocio.
“Es posible que operadores virtuales de telecomunicaciones móviles, dueños de redes privadas y otros servicios que aún no prevemos, requieran del uso de la infraestructura que ofrecemos, por lo que estamos preparándonos para hacer las inversiones necesarias en el tema”, asevera el directivo de MTP.
Mientras tanto, Solá espera que finalmente lleguen las inversiones que permitan a las radiobases florecer en México.
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