Dragado de río Magdalena explora oportunidad económica para Colombia
El fuerte brazo de la excavadora penetra la superficie del turbio río Magdalena, dragando las rocas y los sedimentos de las aguas poco profundas, un primer paso para transformarlo en un importante motor de crecimiento económico para Colombia.
La retroexcavadora trabaja un tramo aislado del río que está bordeado por una espesa vegetación cerca del puerto fluvial Barrancabermeja, como parte de un proyecto del Gobierno con inversiones por 600 millones de dólares (mdd) para recuperar la navegabilidad del Magdalena, que fue la principal ruta de transporte de Colombia hace un siglo.
El dragado busca permitir que los barcos de carga puedan navegar un afluente de 900 kilómetros y facilitar el transporte de carbón, acero y otros productos desde Puerto Salgar, cerca de Bogotá, la capital colombiana, hasta Barranquilla, en el Mar Caribe. Actualmente sólo barcos pequeños pueden navegar entre Barranquilla y Barrancabermeja, un recorrido de 650 kilómetros.
El proyecto, que será completado en seis años, podría estimular la inversión de los fabricantes y productores de materias primas deseosos de cosechar los beneficios del nuevo transporte fluvial después de soportar décadas de costosas, ineficientes y peligrosas carreteras.
El presidente Juan Manuel Santos busca facilitar la ruta y reducir los costos de los fletes en un intento por cambiar la dependencia que tiene la economía de Colombia, actualmente en fase de desaceleración, del petróleo, el carbón y otros productos tradicionales, golpeados por una caída de los precios internacionales.
El Gobierno espera quintuplicar el transporte fluvial, a 10 millones de toneladas anuales para 2029, y que la industria a lo largo de las orillas del río Magdalena impulse el crecimiento de la cuarta mayor economía de América Latina hasta en un punto porcentual al año para ayudar a conquistar nuevos mercados como China.
"El río Magdalena va a transformar a Colombia", dijo Carlos Núñez, director de Cormagdalena, la agencia gubernamental que supervisa el dragado que comenzó en junio. "Este proyecto es la salvación del país".
Los exportadores usan actualmente congestionadas, estrechas y empinadas carreteras atravesadas por pesados camiones de hasta 18 ruedas, que con frecuencia quedan bloqueados por derrumbes.
Carreteras peligrosas
Cinco décadas de un violento conflicto con guerrilleros izquierdistas hace que los desplazamientos por carretera sean peligrosos. Los rebeldes interceptan los camiones, obligan a los conductores a derramar petróleo y roban otras mercancías.
El turbio río atraviesa a Colombia desde las montañas del suroeste hasta el Océano Atlántico, incluyendo las zonas más pobladas en donde operan varias industrias que pueden utilizarlo para exportar sus productos a Estados Unidos y Europa.
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Aunque el ambicioso proyecto puede enfrentar la oposición de los poderosos sindicatos de camioneros y de los ambientalistas, el Gobierno espera que el río se convierta en una especie de autopista para movilizar petróleo pesado, productos químicos industriales, flores y hasta papel higiénico.
"El atractivo especial es que es mucho más económico por las grandes cantidades que puedes movilizar", dijo Núñez. "Un solo viaje puede movilizar 7,200 toneladas garantizadas. Para movilizar 7,200 toneladas por carretera necesitas 240 tractomulas".
"Los ahorros en logística pueden llegar entre el 30 y el 50%, lo que haría mucho más competitivo a los productos nacionales de exportación", agregó.
Actualmente se necesitan seis días para cubrir los 652 kilómetros entre Barrancabermeja y Barranquilla, además de entre tres y cuatro días adicionales por carretera para llegar a destinos del interior del país.
Pero con el dragado del río sólo se necesitarían seis días en total para mover la carga.
"El tiempo se va a reducir a la mitad y lo importante es de que ya no hay que desarmar el convoy", dijo Jorge Barragán, director del consorcio Navelena, que ganó el contrato para realizar el proyecto.
Navelena, con un 87% de su propiedad en manos de la brasileña Odebrecht, financiará la mayor parte del proyecto y a cambio se beneficiará de las tarifas de peaje.
Aunque el Gobierno hace hincapié en las oportunidades para todas las industrias, un transporte fluvial más rápido podría reducir los costos para la decaída industria petrolera, incluida la estatal Ecopetrol, que proporciona casi una cuarta parte de los ingresos del Estado.
Ahorros para la industria petrolera
El transporte de crudo por el río en vez de carretera podría ahorrar a las empresas 13 dólares por barril, aseguró Núñez de Cormagdalena.
"En un barril a 100 dólares no importa, 13 dólares no representa allí nada, pero con un barril de petróleo a 50 o a 40 dólares, 13 dólares son mucho", argumentó.
Ecopetrol, en la que el Gobierno tiene un 88 por ciento de la propiedad, ha aportado con 25 mdd al proyecto.
Impala, una filial de Trafigura, está invirtiendo más de 300 mdd y emplea a cientos de personas en el puerto de Barrancabermeja para expandir su negocio de petróleo y granos.
"El proyecto de dragado del río Magdalena es una iniciativa del Gobierno que, sin duda, va a permitir que esa arteria fluvial sea esa autopista que le hace falta a Colombia para ser más competitiva", dijo el gerente local de Impala, Alejandro Costa.
Por su parte, la siderúrgica Acesco ve un ahorro de un 30% en el transporte, dijo un ejecutivo de la empresa.
Aunque es popular, el proyecto también traerá problemas. Los sindicatos de transporte por carretera, que en el pasado bloquearon las vías del país durante protestas, se resisten a la nueva competencia.
Colombia no produce suficiente como para garantizar una mayor capacidad de carga, de acuerdo con Jairo Herrera, jefe de Asecarga, un influyente gremio de camioneros.
"La carga que produce el país está estática, los camiones en abundancia, hasta están sobrando camiones y le metemos otros modos más competitivos, pues la situación para nosotros, para carga en estos momentos, se va a volver muy crítica", afirmó.
Para Ekaterina Cuellar, analista económica de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, la demanda de camiones disminuyó en los últimos años debido a la caída de la producción de petróleo y a la entrada en operación de nuevos oleoductos.
Por eso, el proyecto del río aumentará las preocupaciones de los camioneros. "Si así no más ha habido huelgas, claramente pueden haber más", sostuvo.
El proyecto fluvial también preocupa a ambientalistas. El dragado secará humedales y pone en riesgo la vida silvestre, advirtió Thomas Walschburger de The Nature Conservancy.