Bacheo: problema (y negocio) que no se acaba en el DF
De enero a agosto de 2015, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) dio mantenimiento por bacheo a 54,383 metros cuadrados de las vías primarias de la ciudad, pero esto no fue suficiente.
El mal estado de las vialidades de la Ciudad de México es evidente para los ciudadanos capitalinos y se expresa en el área total de 2 millones 89,968 metros cuadrados −equivalentes a casi 45 veces el Zócalo capitalino− donde se detectó a principios de este año la necesidad de mantenimiento correctivo, según datos del GDF.
De 2010 a 2014, el GDF otorgó 75 contratos a 32 empresas para bachear las vías primarias de la capital, trabajos en los cuales la administración capitalina invirtió un total de 689.72 millones de pesos , de acuerdo con información obtenida por Obrasweb.mx a través de solicitudes de información pública.
Las empresas que ganaron más procesos en ese lapso fueron Multiservicios de Construcción Ambiental y Restauración, JM Constructora y Supervisión, Green Patcher México, Consorcio R&G y Proyectos y Construcciones Advance.
Para 2015, el GDF tuvo un presupuesto asignado de 217 millones 198,000 pesos, según reportó la Dirección de Mantenimiento e Infraestructura Vial de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) mediante otra solicitud de transparencia.
La Agencia de Gestión Urbana del GDF, a su vez, indicó que de enero al 20 de octubre pasado registró un total de 16,423 reportes de baches hechos por ciudadanos, de los cuales 6,526 (39.7%) fueron atendidos y el resto quedaba pendiente.
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Las calles secundarias son responsabilidad de las delegaciones, donde la inversión presupuestada en 2015 para reparar baches en 15 de las 16 demarcaciones asciende a 164 millones 740,000 pesos, de acuerdo con datos de dichas instancias, proporcionadas por transparencia. La delegación Benito Juárez se rehusó a entregar información.
La delegación que contó con más dinero para bachear fue Cuajimalpa, con más de 33 millones de pesos; esto es uno de cada cinco pesos destinados a reparar las vías secundarias capitalinas. Le sigue en presupuesto Iztacalco, con 12% (19 y medio millones de pesos); en tanto que a Iztapalapa, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero se programó 9% del gasto (cada una tuvo entre 14 y 15 millones de pesos para este rubro).
Del otro lado, las demarcaciones con menos recursos para atender esta problemática fueron Cuauhtémoc, con 2% del total destinado a las demarcaciones (2.7 millones de pesos); seguida de Milpa Alta y Tláhuac, cada una con 3% (cerca de 4 millones y medio de pesos); mientras que Coyoacán, Azcapotzalco, La Magdalena Contreras y Miguel Hidalgo recibieron 4% (entre 6 y 7 millones de pesos).
Cuesta salir del bache
Además de los pendientes, muchos de los baches ya atendidos vuelven a abrirse debido a factores climatológicos o del tipo de suelo en el DF, pero también a que los trabajos no se realizan con la calidad adecuada y se realizan "de forma muy artesanal e improvisada", según el ingeniero Daniel Dámazo Juárez.
"Tenemos normas, reglamentos, procedimientos, pero no se aplican. Estoy casi seguro que los materiales no están cumpliendo con lo que indica la norma. Hay un desconocimiento de parte de la gente que opera (...) Muchas veces, el equipo se ve improvisadísimo", puntualiza el ingeniero civil, quien ha encabezado organizaciones especializadas como el Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto y el Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE).
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Aunque el GDF contrata a empresas de supervisión que se encargan de revisar que la labor y los materiales sean los adecuados para la rehabilitación de la carpeta asfáltica, en ocasiones éstas no cuentan con el nivel de especialización necesario. Dámazo Juárez afirma que los supervisores suelen hacer únicamente "funciones de reloj checador" y revisar que los obreros estén trabajando.
"No sabemos si el supervisor en verdad conozca todos estos procesos", indica.
El ingeniero José Antonio Velasco, director de JM Constructora y Supervisión —el segundo mayor contratista del GDF para bacheo—, asegura que, en su experiencia, las empresas de supervisión no le dan la debida seriedad a estos trabajos ni asignan a ellos a gente con suficiente experiencia, en parte porque son mal pagados.
"Las supervisiones necesitan tener mayor capacidad técnica y experiencia que el contratista, que vamos a realizar el trabajo, y no es así", explica el empresario, cuya familia tiene dos generaciones en el negocio.
Mariana Campos, especialista de la organización México Evalúa, señala que podemos calificar la obra pública como "de mala calidad", cuando ésta no cumple con su función. Desde la perspectiva de la experta en rendición de cuentas, tal parece ser el caso del bacheo en el DF.
"Es evidente que tenemos un problema de calidad en términos de todas nuestras avenidas. En las ciudades, las calles están en mala situación", comenta.
Corrupción, un riesgo
Mariana Campos, maestra en Políticas Públicas, advierte que, a nivel mundial, "el sector de obra pública es el más corrupto" y que además es difícil de monitorear para la sociedad civil debido a que requiere un nivel de conocimiento técnico que en ocasiones no tienen ni los funcionarios encargados de los procesos de compra.
"El contratista tiene la tentación de diluir la calidad para obtener mayor beneficio", asevera, y agrega que este tipo de prácticas pueden resultar a que incluso entre competidores amañen los procesos para repartirse los contratos.
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Estos riesgos se incrementan en procesos de contratación menos competitivos, como las adjudicaciones—que se dan directamente a una empresa— o las invitaciones restringidas —en las que se invita a sólo tres proveedores.
En el caso del bacheo implementado por el GDF entre 2010 y 2014, 76% se otorgó a través de invitaciones restringidas y las adjudicaciones directas representaron el 9.3 por ciento.
Daniel Osorio contribuyó con este reporte.
Consulta la infografía completa de este tema en la edición 516 de la Revista Obras, pág. 16. Adquiérela.