Imagen urbana: ¿'una manita de gato' para hacer la diferencia?
La Ciudad de México y Zona Metropolitana, así como otros sitios de la República, se caracterizan por su 'vista' a las montañas, que hace unas décadas fascinaba por su verdor, y hoy, por lo rápido que éste desaparece.
No es ningún secreto que la ocupación ilegal de los terrenos ejidales es un problema importante que está siendo ignorado y, entre otras muchas cosas, afecta directamente a la imagen urbana.
Nota: Proponen plan contra crecimiento urbano desordenado
Si bien de noche es verdaderamente apreciable voltear hacia los cerros plagados de luces, de día únicamente vemos construcciones grises con callecitas empinadas que apenas pueden notarse.
Pero lo hecho, hecho está. No queda más remedio que hacer algo por aquellas comunidades que crecieron sin planificación, desprovistas de cualquier tipo de servicio y de condiciones de verdadera habitabilidad. Los urbanistas han hecho notar su preocupación en distintos escritos académicos y de opinión, pero rara vez sus voces son escuchadas.
Afortunadamente se han puesto en práctica proyectos como el del Macromural Palmitas , Pachuca, realizado por Comex y Germen Nuevo Muralismo Mexicano con el fin de transformar las colonias a través del color y la participación de los vecinos.
En este caso, con el mural de 20,000 metros cuadrados, Germen transformó a Palmitas en el primer Barrio Mágico del país, de acuerdo con el video promocional del proyecto.
Otro ejemplo es el municipio de Naucalpan de Juárez, que gracias a las 'donaciones' de pintura poscampañas presidenciales (mayo-junio de 2015), mejoró notablemente su apariencia, a pesar de no tratarse de un programa organizado como el antes descrito. En este caso, la gente simplemente usó la pintura que recibió, y sin planeación alguna, resultaron cerros pintorescos y con más vida.
Nota: Sedatu hará plan de accesibilidad para ciudades incluyentes
La verdadera diferencia estaría en frenar el crecimiento inmoderado de la mancha urbana, tener una normativa clara al respecto, y en todo caso, que exista una planificación que involucre criterios de protección ecológica, pero por ahora, nos estamos conformando con darles “una manita de gato”.
