Industrial del calzado financia la restauración del Coliseo Romano
Las arcadas del célebre Coliseo de Roma recuperaron su esplendor después de tres años de una compleja restauración financiada en parte por un famoso industrial, un esquema que el gobierno italiano quiere aplicar a otros monumentos históricos.
Iniciada en septiembre del 2013 gracias a los aportes del industrial del calzado de lujo Tod's, la restauración se centró por ahora en la limpieza de las imponentes arcadas de la fachada, afectadas por el polvo y la contaminación de los automóviles que circulan a su alrededor.
Siguiendo criterios científicos rigorosos, las arcadas del lado norte y sur fueron reforzadas también para impedir su degradación tras casi 2,000 años de su construcción.
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El grupo Tod's, del industrial Diego Della Valle aportó 25 millones de euros para la restauración, un presupuesto que será dividido en tres partes y que incluye sucesivamente la reconstrucción de los subterráneos y la creación de un centro de servicios, para lo cual se necesitarán más años y más fondos.
El grupo Tod's, del industrial Diego Della Valle (en la foto) busca dar el ejemplo para que otros industriales se comprometan a financiar la recuperación de otros monumentos en Roma. FOTO: EFE.
El popular monumento, entre los más visitados del mundo, es "el verdadero símbolo histórico de Italia", comentó orgulloso Della Valle, quien quiso dar el ejemplo para que otros industriales se comprometan a financiar tanto el mantenimiento como la recuperación de importantes monumentos y obras artísticas de la capital, deterioradas por el tiempo y el turismo.
Es el caso de la céntrica Fuente de Trevi, limpiada con aportes de la casa de moda Fendi , y de las escaleras de la Plaza de España, renovadas gracias al joyero Bulgari.
Mantener en buen estado el inmenso patrimonio artístico de Italia es una labor titánica, sobre todo debido a la crisis económica y al aumento de un turismo con menos recursos.
"No hay tiempo para quejarse de que no hay dinero para la cultura. Hay que unir recursos públicos y privados", reconoció el primer ministro Matteo Renzi durante la presentación de las labores.
El gobierno prometió que aportará 18 millones de euros para completar las otras fases de la restauración, que incluye también la creación de un palco, como el que existía en el pasado, para conciertos y eventos culturales, tal como ocurría en la Roma antigua.
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"Si hay un esfuerzo, una inversión también en el ámbito social, será positivo porque hará crecer la belleza de nuestra comunidad. (...) Debemos garantizar que aquellos que quieran dar ejemplo, puedan estar en condiciones de hacerlo", sostuvo Renzi.
El proceso de restauración
La primera fase de restauración del monumento símbolo de Roma ha contado con técnicas de lavado con agua pulverizada, alternando la acción del vapor del agua y el cepillado con cepillo de sorgo, para eliminar progresivamente los depósitos de suciedad y revelar las grietas del monumento, salvaguardando al mismo tiempo la pátina del tiempo.
Posteriormente, se ha procedido a la readhesión de las escamas de travertino, mediante mortero de cal e inyecciones de cal hidráulica líquida.
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Además, se ha llevado a cabo la extracción mecánica del estucado no idóneo mediante micropinceles y la eliminación de los depósitos no pertenecientes a la superficie original mediante tratamientos localizados con microchorros de precisión.
Finalmente, el hasta ahora sistema de cierres ha sido sustituido por cancelas de hierro forjado.
En concreto, se han restaurado 10,150 metros cuadrados de superficie de travertino, 1,200 metros cuadrados de cierres, marcos y rejas de hierro, y se han censado 81,895 elementos en la fachada norte y sur.
El proyecto, además de devolverle a este imponente anfiteatro romano su brillo original, ha permitido descubrir algunos elementos de valor histórico que habían quedado ocultos bajo materiales como polvo, guano o tierra acumulados por el paso del tiempo.
Así, por ejemplo, ahora se puede ver un bajorrelieve de cerca de 60 centímetros de alto que desvela un gladiador, o filigranas como encajes que se alternan con rosetones en la fachada norte, a lo largo de la cornisa inferior.
Durante la restauración, también se han evidenciado bajorrelieves del año 1300 que representan a Cristo en el altar flanqueado por dos candelabros ardiendo, o clavos de hierro cuya posición y forma son atribuibles a los trabajos de levantamiento arquitectónico efectuados en el siglo XIX.