Nombres de mexicanos involucrados en caso Odebrecht, bajo reserva
A partir de este jueves termina la cláusula de confidencialidad que la Fiscalía General de la República de Brasil mantenía sobre el expediente del caso Odebrecht, con lo que las autoridades de los países involucrados, entre ellos México, ya podrán tener acceso a este documento sobre una red de corrupción que implicó el reparto de sobornos millonarios por parte de la constructora.
El 29 de mayo, la institución brasileña emitió un comunicado en el que recuerda que la cláusula de confidencialidad terminaría este 1 de junio, aunque pide a sus pares actuar "con sigilo" con esta información, con la finalidad de no afectar las investigaciones que aún están en marcha.
Esto significa que, aunque llegue a la Procuraduría General de la República (PGR), el documento con los nombres de los mexicanos implicados, el monto de las transacciones realizadas y su modus operandi no será revelado, cuando menos de manera inmediata.
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En una entrevista con Expansión y Obrasweb.mx realizada semanas atrás, el jefe de la Unidad de Cooperación Internacional de la fiscalía brasileña, Vladimir Aras, consideró que, para terminar con las redes de corrupción internacional, los gobiernos de la región deben trabajar de manera conjunta y deben hacerlo a través de fiscalías independientes.
Desde que en 2015 se destapó el caso Odebrecht —como parte de la operación Lava Jato (Lavado de autos), por la que se investigó el esquema de corrupción y lavado de dinero en Petrobras—, Aras ha sido el enlace con las autoridades de los 12 países que se han visto involucrados en la red de entrega de sobornos a funcionarios de alto nivel.
La investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, dada a conocer en diciembre pasado, reveló que la empresa brasileña pagó 788 millones de dólares a funcionarios de 10 países latinoamericanos, para asegurar contratos a su favor.
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De esa cifra, 10.5 millones de dólares llegaron a México entre 2010 y 2014, lo que coincidió con la firma de contratos para modernizar tres refinerías, construir el gasoducto Los Ramones y el proyecto Etileno XXI para el suministro de gas. Sin embargo, hasta ahora poco se sabe de las investigaciones en México.
"Es muy importante que podamos luchar contra la corrupción en Latinoamérica y es mejor si podemos hacerlo con los fiscales y jueces de otros países, porque la corrupción es como un cáncer que hace mal a toda la gente, todos los pueblos de Iberoamérica, especialmente de nuestro continente", señaló Aras vía telefónica desde su oficina en Brasilia.
En febrero pasado, procuradores y fiscales se reunieron en la capital brasileña para abordar el tema de los sobornos que el fundador de la empresa, Marcelo Odebrecht, aceptó haber entregado a funcionarios a cambio de contratos de obra pública.
Este acuerdo de colaboración es el punto de partida para esclarecer las redes de corrupción que operan no sólo en el continente, sino en el ámbito internacional.
Se necesita un mayor trabajo entre los países para desmembrar las redes internacionales de corrupción?
Necesitamos autonomía de las fiscalías, que los ministerios públicos sean independientes, que puedan hacer sus investigaciones sin cualquier tipo de influencia o de persecución contra ellos. Es importante que tengamos herramientas en toda la región para la prevención de la corrupción y también para su lucha, reforzar las leyes penales para que los culpables sean perseguidos, y también que el sector privado pueda colaborar, porque no es posible para el Estado, los fiscales, los jueces, los políticos, los parlamentarios, los jefes del poder Ejecutivo, hacerlo solos. Es importante también que tengamos la colaboración de las empresas, con su responsabilidad social corporativa, para que no paguen sobornos y no intenten obtener contratos con sobreprecio.
¿Qué implica la declaración firmada en febrero por los fiscales de los países?
La idea es que tengamos mejores condiciones de trabajar juntos, formar un equipo conjunto para que la investigación en cada uno de los países sea más rápida, eficiente, efectiva, y que tengamos mejores resultados para la idea de justicia criminal.
¿El objetivo es que estos países comiencen o aceleren sus investigaciones?
Por supuesto, y es por eso mismo que la fiscalía de Brasil propuso a sus colegas, magistrados y autoridades del Ministerio Público de la región que formemos un equipo conjunto de investigación, para que todo sea más rápido, efectivo y de provecho de todos en este caso.
¿Percibe que se la ha dado celeridad en este caso, desde que se destapó el caso Odebrecht?
Estados Unidos reveló las informaciones que tenía y con esta revelación es que los países empezaron todos como un conjunto de países a plantear la cooperación de Brasil en ese aspecto del caso Lava Jato, que es la arista Odebrecht. Me parece que las investigaciones empezaron después de diciembre del año pasado y se fortaleció este interés de investigar en todas partes.
Esta investigación le ha dado la vuelta al mundo, evidentemente con mayor trascendencia en América Latina. ¿Para ustedes qué significa todo esto y el éxito que han tenido en otras investigaciones?
Es muy importante que podamos luchar contra la corrupción en Latinoamérica y es mejor cuando podemos hacerlo con los fiscales, los jueces de otros países de la región, porque la corrupción es como un cáncer que hace mal a toda la gente, y a todos los pueblos.
A raíz de este caso, ¿usted creería que se podrían plantear acuerdos internacionales en América Latina de colaboración anticorrupción?
Ya tenemos de ese tipo, pero podemos avanzar en su implementación. El reto actual es avanzar en la lucha contra la corrupción porque tenemos el acuerdo de Caracas, de 1996, de la Comisión Interamericana Contra la Corrupción. Tenemos el Convenio de la OCDE, del que México es parte y que es un marco normativo internacional para la lucha contra la corrupción. Por último, tenemos el Convenio de las Naciones Unidas contra la Corrupción, del año 2003, la Convención de Mérida, que fue firmada en México. El reto es avanzar para que podamos implantar estas reglas que están en los tratados internacionales, y una de esas formas es la que intentamos ahora con la constitución de equipos conjuntos de investigación.