El Gobierno explica el plan hidráulico del NAIM ante alerta de AMLO
Mientras que el equipo del candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO) alerta que el talón de Aquiles del Nuevo Aeropuerto es el control del agua, al estar ubicado sobre el vaso regulador del Lago de Texcoco, el gobierno federal asegura que hay una inversión de 20,000 millones de pesos para obras hidráulicas que mantendrán a salvo de inundaciones a la terminal aérea y las poblaciones cercanas.
"El día que haya una tormenta, ya no digamos un huracán, una tormenta, nos vamos a quedar sin aeropuerto, se va a inundar toda la zona de Ecatepec, la de Los Reyes, etcétera, y la Ciudad de México", dijo el jueves Javier Jiménez Espriú, asesor de López Obrador en comunicaciones y transportes, en el noticiario Despierta de Televisa, donde sostuvo un debate con Federico Patiño, director de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México.
Jiménez Espriú fue designado por el candidato de Morena como secretario de Comunicaciones y Transportes, en caso de ganar las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio.
Federico Patiño respondió durante el programa que a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se invierten 20,000 millones de pesos en obras hidráulicas ligadas al proyecto de la terminal.
Explicó que a la fecha ya está terminado un gran canal que depositará en vasos reguladores cercanos al Lago Nabor Carrillo.
Luego, el líquido será bombeado al Dren General del Valle con el objetivo de sacar el flujo de agua que, de manera natural, corre hacia esta zona por ser la parte más baja de toda la cuenca.
Ingenieros de la UNAM explicaron a Obras en días pasados que el terreno donde se construye la nueva terminal se seguirá hundiendo en la misma medida en que se sigan sobreexplotando los mantos acuíferos del Valle de México.
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En ese sentido, detallaron que, aunque se ha aplicado un proceso de precarga en el terreno de la obra para acelerar el hundimiento y llevarlo a terrenos manejables y ya calculados, no hay verdadera certeza de cuánto más se asentará debido a la sobreextracción de agua.
Debido a ese hundimiento, la infraestructura hídrica que se construye en la zona tendría una vida útil de solo cinco años, lo que obligará a dar un mantenimiento periódico y costoso.
Habrá mayor capacidad de regulación: Conagua
El mismo jueves, Roberto Ramírez de la Parra, director general de la Conagua, dijo en conferencia de prensa que con el proyecto hidráulico que se desarrolla en la zona oriente del Valle de México se busca casi triplicar la capacidad de regulación del agua en comparación con la que se tenía al inicio de la admnistración federal actual.
En ese sentido, las obras garantizarán la captación de agua con un volumen de regulación de hasta 29.4 millones de metros cúbicos.
Detalló que hasta antes de 1994, la capacidad de regulación de lo que era el Vaso del Lago de Texcoco fue de 13 millones de metros cúbicos de agua, gracias a dos sitios en el área donde hoy se construye el NAIM, y de los que el primero era la laguna de Casa Colorada, que almacenaba excedentes del Dren General.
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El segundo sitio es el que corresponde a la parte de la Laguna de Texcoco Norte y la Laguna Xalapango, pegado a los ríos del oriente, y cuyos cuerpos son los responsables de almacenar el agua de cuatro o cinco ríos de la zona oriente del Valle de México.
"Al final del camino, estamos usando exactamente los mismos lugares en cuanto a cómo conducir el agua, nada más que lo que ahora hicimos es cambiar, en un lugar, donde almacenamos el agua, y aumentar la capacidad de extracción, por el otro", aseguró el funcionario.
Ramírez de la Parra dijo que el proyecto está basado en el Plan Maestro de Drenaje de Zona Oriente de 1994, el cual fue evaluado y modernizado por especialistas de Conagua y del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Agregó que gracias a este plan, hoy se tiene la capacidad de regulación de hasta 24.5 millones de metros cúbicos de agua, y la cual se prevé que aumente a 29.4 millones para los próximos cuatro meses, una vez que se consoliden las licitaciones de por lo menos tres lagunas para manejar el agua.
Rechazó además que las obras del Nuevo Aeropuerto vayan a perjudicar los procesos de recarga de los mantos acuíferos del Valle de México, ya que el mismo suelo donde se llevan a cabo estas obras es impermeable, por lo que el agua que se almacena en los lagos aledaños difícilmente permea a capas subterráneas.
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Explicó que el proyecto hidráulico que se lleva a cabo y la construcción del Túnel Emisor Oriente (TEO) permitirán precisamente el desagüe de las lluvias en el Valle de México.
El terreno es mejor, asegura
El director de Conagua también aseguró que el suelo lacustre donde se construye el Nuevo Aeropuerto es mejor que el terreno donde se asienta la actual terminal aérea de la Ciudad de México.
Precisó que ambos aeropuertos están en el mismo suelo, con la diferencia de que el terreno donde está la actual terminal aérea se hunde 50 centímetros cada 18 meses y el predio donde se edifica la nueva infraestructura se hunde 21 centímetros en el mismo lapso.
Recordó que para garantizar que la nueva terminal no tenga que enfrentar graves problemas de hundimiento, los procesos de construcción aplicados se basan en la misma tecnología que se utilizó para la edificación de la Torre Mayor, ubicada en Paseo de la Reforma, y que consiste en un proceso de precarga que genera uh hundimiento acelerado.
Esto se logra agregando un peso adicional de suelo al día de hoy para hacer que el piso se hunda lo que tardaría los próximos 20 o 25 años. Luego se aplica el encarpetado de las pistas de aterrizaje. Es un proceso similar al que se aplicó en el actual aeropuerto internacional hace 50 años, sólo que con mejor tecnología, afirmó.
Explicó que es por ello que las metas de concluir las pistas 2, 3 y 6 para este año se ha pospuesto, ya que lo que se busca es acabar con el proceso de precarga para garantizar que las pistas de aterrizaje no presenten ningún problema serio de hundimiento.