Las lecciones de resiliencia que deja el 19S en la CDMX
Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, ¿cómo te transportaste a tu casa? ¿Hubo daños en tu vivienda? ¿Cómo reaccionaste? Estas son algunas preguntas que ayudaron a organizaciones de la sociedad civil y al gobierno de la Ciudad de México a tomar nota de qué se hizo bien y qué no, y crear una estrategia de resiliencia —la capacidad de las personas para superar circunstancias traumáticas— frente a sucesos como los ocurridos el año pasado.
Entre las acciones está pensar en un protocolo de actuación ante situaciones como un sismo, pero también prever un plan de largo plazo para reforzar la infraestructura de la ciudad e identificar zonas de vulnerabilidad y riesgo, anticipándose a cualquier eventualidad.
"La ciudad aprendió y está aprendiendo. La ciudadanía tuvo un papel importante y se demostró que el poder y músculo del ciudadano para sobrevivir y salir adelante es inmenso", dice Eugene Zapata, director para América Latina de 100 Ciudades Resilientes.
La ciudadanía tuvo un papel importante y se demostró que el poder y músculo del ciudadano para sobrevivir y salir adelante es inmenso" cometa Eugene Zapata, director para América Latina de 100 Ciudades Resilientes.
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¿Se puede aprender del sismo?
100 Ciudades Resilientes participó junto con la Agencia de Resiliencia de la CDMX —que se creó justo un día antes del 19S— en el informe Aprender del sismo para ser más resilientes, un documento con diferentes líneas de trabajo para analizar vulnerabilidades y riesgos a los que está expuesta la CDMX.
Los ejes en los que se ha estado trabajando en el último año son: barrios resilientes, la construcción de resiliencia comunitaria, espacios públicos resilientes y seguridad humana, un protocolo de actuación para un sistema de movilidad resiliente, un programa para la resiliencia en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta; cooperación Internacional con ciudades en resiliencia sísmica y vivienda resiliente, un programa piloto de apoyo a la auto-reconstrucción.
Eugene Zapata explica que estos proyectos no son de corto plazo, pues la resiliencia implica todo un proceso. Por eso no puede asegurar que, si vuelve a haber un temblor, no pasará nada.
"Tenemos que entender que la resiliencia es un proceso que se construye todos los días porque las ciudades cambian. Hace 20 años no existía el segundo piso, no existía el Metrobús, el sistema Ecobici... Hoy la manera en la que la ciudad reacciona a un sismo no es la misma que en 1985", afirma.
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4 lecciones para garantizar la resiliencia
Con acciones de lo que se hizo bien y lo que puede mejorarse, el director para América Latina de 100 Ciudades Resilientes propone cuatro lecciones, señaladas sin orden de importancia, pues todas deben considerarse.
1. La ciudad tiene que prepararse mejor en movilidad. Señala que debe elaborarse un protocolo de movilidad para atender el desastre, pues en 2017 la gente caminaba por las calles, los vehículos no podían circular y la movilidad funcionó de manera caótica en las primeras horas después del temblor.
Para ello, están trabajando con el World Resources Institute (WRI) en un sistema de movilidad resiliente y para que haya un protocolo para regular la movilidad peatonal, motorizada y no motorizada en caso de sismos.
2. Anticipar el deterioro de la infraestructura hídrica. Zapata señala que un teremoto puede dejar a la ciudad sin agua por años. Es importante reforzar la infraestructura de agua, ya que por el tipo de suelo donde está ubicada la ciudad, quedarse sin agua puede tener efectos devastadores.
Para eso están trabajando con una empresa holandesa en identificar los riesgos para la infraestructura de agua y posibles soluciones.
3. Ayudar a las familias a entender la vulnerabilidad de su hogar. Una de las lecciones, sobretodo para familias de bajos recursos que construyen sus hogares con sus propias manos, es concientizarlos de las condiciones de su vivienda y enseñarles que hay técnicas sencillas para hacer sus techos más resistentes y menos dañinos.
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Zapata estima que 50% de la vivienda en la CDMX fue autoconstruida y el gobierno no está en posibilidad de reforzar todas las edificaciones en riesgo, por lo que están ayudando, junto con la UNAM, a desarrollar lineamientos para el fortalecimiento de vivienda en riesgo.
4. Importante el trabajo institucional. Ante eventos como el sismo del 19S, la participación del gobierno, de la iniciativa privada, la sociedad civil, la academia, los vecinos y las empresas es importantes porque genera espacios donde se vive la resiliencia.
El experto pone de ejemplo el caso de las empresas, pues es muy probable que los empleados vivan el temblor en horas laborales o los estudiantes en las escuelas, por eso es importante identificar todos estos factores para responder a la emergencia.
"La resiliencia no es facultad exclusiva del gobierno. Es de todos", dice.