Santa Lucía es inviable; el NAIM no será infalible, dicen aeronáuticos
El 28 de octubre se llevará a cabo la consulta para decidir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Una de las alternativas es continuar con la construcción del NAIM en Texcoco, que ya tiene un 30% de avance físico. La otra es un aeropuerto en la base militar de Santa Lucía que complemente la operación del que ya existe en la Ciudad de México.
Según ingenieros en aeronáutica, pilotos, controladores aéreos y académicos, Santa Lucía no es una opción viable, aunque no por ello consideran que el NAIM solucionará completamente la saturación aérea de la Ciudad de México.
Los expertos coinciden en que la opción de Santa Lucía es inviable por varios factores: el uso ineficiente del espacio aéreo, la falta de permisos para operar en Santa Lucía, el tamaño insuficiente en la base militar para construir las pistas necesarias y la complejidad en el control aéreo. Además, no serviría para solucionar el problema de la saturación, que es la razón principal por la que se plantea la necesidad de un nuevo aeropuerto.
Un análisis realizado por la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), bajo premisas como seguridad, eficiencia y conectividad, concluyó que las mejores condiciones técnicas están en el aeropuerto de Texcoco, dijo Francisco Gómez, secretario de Asuntos Técnicos y del Exterior de ASPA, durante su participación en el foro Viabilidad del Nuevo Aeropuerto y la consulta.
"El aeropuerto del sitio de Texcoco es el que muestra las mejores condiciones técnico-aeronáuticas posibles dentro de las dos opciones. En un sitio (Texcoco), tienes un aeropuerto pensado como un aeropuerto de conexión multimodal con expansión de largo plazo, contra una opción que es el aeropuerto de la Ciudad de México, con una ampliación de capacidad en Santa Lucía", explicó.
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La opción de Santa Lucía es viable técnicamente, agregó, pero implicaría una operación poco eficiente, pues habría problemas de control aéreo para coordinar las aeronaves: el 85% de las operaciones que salen y entran al actual aeropuerto lo hacen desde el norte y pasan por encima de la base militar de Santa Lucía, desde donde los controladores comienzan a acomodar las aeronaves para su
llegada al aeropuerto capitalino, explicó Víctor David Anguiano, presidente del Colegio de Controladores de Tráfico Aéreo (Coctam).
"Santa Lucía es un punto importante y tiene una buena ubicación. Pero si ponemos los dos aeropuertos a funcionar, Santa Lucía al norte y el aeropuerto al suroeste, los despegues y llegadas deben pasar por encima de Santa Lucía, y ahí ya hay un cruce que nosotros debemos cuidar, porque no se puede utilizar todo ese espacio", explicó.
Otro tema será el espacio que se requerirá en Santa Lucía para pistas que sean de uso comercial, las cuales requerirían al menos una longitud de cinco kilómetros, por lo que se necesitaría más tierra para ampliarlo, agregó Rogelio Rodríguez, especialista en Derecho Constitucional y Aeronáutico. A esto se suman los permisos necesarios para operar la base militar como un aeropuerto, pues se deberá conseguir la concesión, los permisos de operación aérea y reubicar a militares.
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NAIM no es la panacea
Por otro lado, los expertos también señalan que el NAIM no es la solución mágica a la saturación del aeropuerto de la capital del país. Entre los problemas, señalan riesgos de hundimiento, obras no necesarias y falta de recursos. También destacan la necesidad de una mejor política aeronáutica.
"Construyamos donde construyamos el aeropuerto, necesitamos resolver desde hoy el problema de saturación y ello implica hablar de política aeronáutica, la cual nos llevará a ver cuál es la vocación y cómo va a impactar el transporte aéreo al desarrollo del país, así como a optimizar la operación de otros aeropuertos, pues ahora el AICM concentra las operaciones, dijo Rodríguez.
El académico de la UNAM añadió que las características del suelo en la zona donde se está construyendo el NAIM hace que los hundimientos sean recurrentes, lo que a su vez requerirá mantenimiento constante y causará cierres periódicos de pistas.
"Cuando vengan los hundimientos e inundaciones, es posible que la operación del nuevo aeropuerto vuelva a la que tenemos ahora, con una sola pista (mientras la otra está en mantenimiento). Será una paradoja que no podemos admitir", dijo.