La industria mexicana de la construcción creció 1.6% en promedio en agosto-septiembre, revelan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía publicados el viernes pasado.
En el tercer trimestre, el Producto Interno Bruto (PIB) del sector desaceleró con fuerza y registró un alza marginal de 0.9% anual. El dato del segundo trimestre fue de 1.2% anual.
En la comparación trimestral, la industria disminuyó 0.1% y acumuló dos trimestres a la baja. En abril-junio, el PIB cayó 1.8% trimestral.
El Centro de Estudios Económicos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción mantuvo su pronóstico para el cierre de 2018 de una expansión de entre 1 a 2% anual, de acuerdo con un comunicado del viernes pasado.
Agrega que se espera que en el cuarto trimestre "el desempeño de la actividad productiva de la construcción podría ubicarse en el rango de entre 0.5% a (-) 0.5%, debido a la previsible reducción en el volumen de obra".
Destaca también que la industria sigue sin posicionarse como uno de los sectores más importantes de la economía nacional.
Hacia 2019
Detalla, en ese sentido, que de 2013 a 2018 tuvo un crecimiento promedio anual de 1%, como resultado de una reducción en la inversión pública provocada por un entorno económico externo que jugó en contra de la economía nacional: reducción de precios del petróleo, inestabilidad financiera internacional e incertidumbre por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El reporte hace un llamado al Gobierno entrante, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, a "promover una mayor inversión local y foránea, en particular de obras de ingeniería civil u obra pesada" y a reactivar proyectos de obra pública con base en una correcta planeación y revisión de variables internas y externas.
El Centro de Estudios estima que en 2019 el sector crecerá 2.5% anual si se da un crecimiento en: construcción industrial, edificación residencial para estratos medios y altos, infraestructura turística, edificación comercial y de servicios y un Presupuesto de Egresos de la Federación que contenga un gasto en inversión física de alrededor de 700,000 millones de pesos, entre un 4 y 5% más en términos reales a lo que fue aprobado en 2018.