AMLO alista el banderazo de salida de Dos Bocas con un permiso aún incierto
CIUDAD DE MÉXICO. El presidente Andrés Manuel López Obrador se prepara para viajar al puerto de Dos Bocas, en Tabasco, y dar el banderazo de salida el domingo 2 de junio a las tareas para construir uno de los pilares de su plan para lograr su deseada soberanía energética. Pero un grupo proambientalista asegura que no es posible iniciar los trabajos en la zona porque nadie en el gobierno, ni la Secretaría de Energía (Sener) ni Pemex ha recibido permisos en materia ambiental para iniciar las actividades.
"La preocupación que tenemos sobre Dos Bocas es que ni siquiera se ha sometido el proyecto de refinería como tal al procedimiento del Impacto Ambiental", explica Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).
Esta organización denunció a finales del año pasado ante la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) que una empresa ya había iniciado el desmonte de vegetación en la zona sin tener los permisos. La compañía, de la que no se mencionó el nombre, fue multada.
El Centro advierte que todavía no se pueden iniciar las labores como el dragado de la costa que rodea el perímetro donde se quiere construir la refinería, ni la remediación del suelo, porque no se ha presentado el Manifiesto de Impacto Ambienta (MIA) referente a estos trabajos, como tampoco se tiene la autorización de cambio de uso de suelo, que ahora es forestal en ese lugar.
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"Lo del domingo sería, si es que va el presidente, un simbolismo de poner la primera piedra, pero formalmente hablando, desde el punto de vista de legislación ambiental, no pueden empezar la obra de la refinería como tal", señala Alanís.
El gobierno adjudicó el primer contrato para la construcción de la refinería de Dos Bocas al consorcio conformado por la holandesa Van Oord de México y la mexicana Grupo Huerta por casi 5,000 millones de pesos.
La Sener cuenta con los permisos tanto del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) como de impacto social, y espera que la MIA salga en unos días, asegura un vocero de la dependencia, sin dar más detalles sobre cómo se conseguirá esta aprobación.
La manifestación otorgada para la API del puerto de Dos Bocas puede permitirles que inicien trabajos como el dragado y disposición de los materiales, mientras que el proyecto cuenta con las exenciones por parte de las autoridades en materia ambiental para realizar pruebas sobre las características donde se construirá el complejo, dijeron fuentes con conocimiento de estos permisos, que hablaron bajo condición de anonimato.
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"Las MIAs, cualquiera de ellas, están basadas en riesgos ambientales no en proyectos. En riesgos inherentes a actividades u obras a realizarse en un proyecto particular o en una región de influencia económica, ambiental o industrial, de las características previstas en ley", señaló Neus Peniche Sala, coordinadora de prácticas regulatorias en Sener.
"Si se usa alguna otra autorización en materia de impacto ambiental para hacer la refinería, eso sería torcer la ley, porque lo que se tiene que evaluar es la ley, no un proyecto que tenga que ver con pozos petroleros o con dragaos, sino con la refinería", dice el representante de CEMDA.
El gobierno espera que con la construcción de la refinería, que según el plan de la administración costará 8,000 millones de dólares y se terminará en tres años, Pemex pueda refinar toda la demanda de combustibles que se consuman en el país, en conjunto con las inversiones que realizarán para el mantenimiento de las seis plantas que tiene la petrolera nacional.
