La misión: construir 1,500 kilómetros de ruta para el Tren Maya antes del segundo semestre del 2023. ¿Los retos? Poco tiempo para su edificación y la controversia que rodea al proyecto.
Desde que se anunció la obra como una promesa para atender el rezago económico del sureste del país, ha estado envuelta en polémicas debido a su tamaño, complejidad y a la zona que atraviesa. A tres años de que comenzó la gestión para hacerlo realidad, las dudas no se han disipado.
Semana a semana se acumulan noticias sobre modificaciones a la ruta, amparos en su contra, expropiaciones de terreno y cambios en Fonatur, la dependencia a cargo. Aún así, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha prometido que “llueve, truene o relampaguee”, el tren será terminado a tiempo.
Uno de los primeros pasos para poner en marcha el Tren Maya fue decidir quién lo construiría, por lo que la obra se dividió en ocho tramos con licitaciones en cada uno, además del material rodante.
Ésta última fue una de las más comentadas debido al monto. El consorcio ganador (formado por Alstom, Bombardier, Gami y Construcciones Urales) ganó el concurso por 36,600 millones de pesos.
El contrato se firmó para no sólo diseñar, producir, probar y poner en marcha los trenes necesarios para el proyecto, sino también para construir los talleres en donde se fabrican.
La segunda licitación del Tren Maya que robó la atención de la opinión pública, fue la del Tramo 5, que correría de Cancún a Tulum. La zona es la de mayor consolidación turística de la ruta, pero al mismo tiempo era la que contemplaba más complejidades técnicas y constructivas (por la inestabilidad del suelo y llevarse a cabo en una zona urbana).
El fallo del concurso se pospuso dos veces, a pesar de haber tenido propuestas de 10 consorcios, luego de haber dividido el tramo en dos partes, la sur y la norte, y hacer más sencilla la construcción.
Finalmente, México Compañía Constructora se hizo acreedora del contrato para realizar la parte de Playa del Carmen a Tulum, mientras que se decidió que el de Cancún a Playa del Carmen fuera edificado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El proyecto del Tren Maya está en constante movimiento. A tres años de haber iniciado su planeación, aún hay modificaciones a la ruta por la que transitará. La última, en Quintana Roo, fue anunciada durante enero de este año.
Los cambios responden, principalmente, a facilitar las obras y reducir los tiempos y costos de construcción, así como a evitar conflictos jurídicos y sociales con comunidades que solicitan que se suspenda la edificación.
Hasta el momento han habido tres grandes variaciones. La primera, sacar al Tren Maya de ciudad Campeche. "Es una pena, porque con la anterior ruta se podía llegar caminando a la ciudad amurallada. Ahora se tendrá que pensar en otro transporte interno", dijo Rogelio Jiménez Pons en agosto, cuando era director de Fonatur.
"En donde estaba la parte fuerte de gasto era el viaducto elevado sobre la ciudad y todos los sistemas de paso, esa era la parte costosa. Si bien, el libramiento tiene características diferentes: tiene tres zonas de pendientes y el tren tiene un problema, no puede tener pendientes mayores al 1.5%, entonces debe ir prácticamente parejo y en donde el terreno cambia se debe hacer una especie de puente", agregó.
Además, en la zona, grupos de personas ganaron un amparo para detener las actividades del proyecto y evitar que las personas que habitaban sobre el derecho de vía fueran movilizadas.
En Mérida la ruta también cambió, “por el momento se ha decidido no dar inicio a la construcción de la estación La Plancha. Se contempla que la estación del sistema ferroviario para la ciudad se ubicara en la zona de la ex Hacienda de Teya”, comunicó Fonatur.
La dependencia agregó que la decisión fue tomada para evitar problemas en construcción y movilidad dentro de la ciudad. Sin embargo, meses antes también se dio a conocer que se había concedido un amparo de construcción de obra en el municipio.
La última modificación se realizó en la Riviera Maya. Se detuvo la construcción en Playa del Carmen para evitar tráfico en la zona y evitar la construcción de viaductos elevados que implican mayor tiempo de edificación.
Los cambios han provocado que el proyecto se encarezca casi 40,000 millones de pesos, por lo que su precio calculado ahora es de 200,000 millones de pesos.
La ruta del Tren Maya se desarrolla en una de las zonas más ricas en reservas naturales del país, por lo que desde su planteamiento ha sido observado de cerca por organismos de defensa del medioambiente.
Para la fase 1 del proyecto, de Palenque a Yucatán, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó la tala de 800 hectáreas de selva.
Por lo tanto, las comunidades que han interpuesto amparos contra el Tren Maya y han declarado que la edificación provocará daños al entorno, a su calidad de vida y a su salud.
Hasta octubre de 2021 se habían interpuesto 25 amparos respaldados por 327 personas, dio a conocer Fonatur.
A lo largo de la ruta del Tren Maya se identificaron a familias (aproximadamente 3,000) viviendo sobre el derecho de vía que con la construcción y operación del proyecto corrían riesgo, por lo que el gobierno federal ideó alternativas que se basaban en mover a la población de lugar.
A pesar de que Fonatur ha declarado que se han entablado conversaciones con las personas para llegar acuerdos sobre las opciones más convenientes (por ejemplo, reubicación a viviendas construidas por la Facultad de Arquitectura de la UNAM), hay comunidades que declararon que la movilización sería a través de desalojos forzosos.
Tal fue el caso de Campeche, con el Colectivo Tres Barrios, formado por 130 familias que pedían no ser removidos de la zona que habitaban.
La última actualización oficial dada por el gobierno federal fue en agosto del 2021, en la que informaron que en la coordinación con la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) se aprobó la ejecución de 173 acciones de vivienda.
Una de las últimas medidas tomadas por el Tren Maya para acelerar la construcción, fue la emisión de una declaratoria de expropiación de 198 predios en Quintana Roo.
Román Meyer Falcón, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) dijo que el anuncio, publicado en el DOF, era solo un procedimiento administrativo.
“Esto no quiere decir que los predios a los que se les notifique que en primera instancia se vayan a expropiar (...) en su gran mayoría son concertadas. Esto se debe a que muchos de los predios tienen gravámenes y la única manera de resolverlo de manera rápida y ágil es a través de un proceso de expropiación concertada”, comentó en conferencia de prensa.
Sin embargo, no se conocerá el resultado de las negociaciones hasta que termine el procedimiento en los siguientes meses.
Después de casi tres años de iniciado el proyecto, Rogelio Jiménez Pons dejó la dirección de Fonatur, la cuál fue tomada por Javier May, ex titular de la Secretaría del Bienestar.
Javier May será el director general de Fonatur, con lo que ello implica, que será coordinar los trabajos de uno de los grandes proyectos nacionales como lo es el Tren Maya, (para que) pueda continuar con su proceso de planeación, de construcción y desde luego de operación en todos los estados del sureste del país”, dijo Adán Augusto lópez, secretario de Gobernación.
El funcionario además comentó que May “no necesita ser ingeniero”, ya que se cuestionó que en su experiencia profesional no ha estado involucrado en proyectos de infraestructura del tipo.
