El paso del huracán Beryl a las costas de Quintana Roo puso en alerta a tres importantes ciudades: Chetumal, Playa del Carmen y Tulum.
Cada una de ellas enfrenta vulnerabilidades específicas ante este tipo de fenómenos naturales, pero debido a su naturaleza, son diferentes. Estas van desde riesgos por inundaciones, hasta problemas en la infraestructura.
Chetumal, la capital del estado, se encuentra en una situación particularmente delicada. El estudio Diagnóstico de ciudades costeras ante huracanes para la construcción de resiliencia, hecho por la Universidad de Quintana Roo en 2018, señala que el 70% del territorio de la ciudad se ubica en una zona de alto peligro ante huracanes.
Uno de los principales riesgos que enfrenta Chetumal es la inundación por marea de tormenta. Según el documento, "la superficie afectada por marea de tormenta en Chetumal (15% del área total la ciudad) corresponde al registro histórico del nivel máximo alcanzado durante el huracán Janet en el año 1955".
Esto implica que 23 colonias podrían verse afectadas con la presencia de fenómenos como tormentas y huracanes, 13 de ellas con posibilidad de inundarse en su totalidad.
Además, la ciudad es propensa a inundaciones pluviales. "Once por ciento del territorio que comprende la ciudad de Chetumal se inunda a causa de las precipitaciones, afectando a 61 colonias que suman en promedio 362 hectáreas inundadas", indica el estudio.
Esta situación se agrava por la presencia de hundimientos en la zona baja de la ciudad, atribuidos a las condiciones geológicas y edafológicas, particularmente en áreas compuestas por cavernas.
En Playa del Carmen, perteneciente al municipio de Solidaridad, los riesgos se concentran en la infraestructura urbana y la erosión costera.
El estudio señala que "la pérdida de cobertura vegetal es en gradiente, de sur a norte, mayor y menor, pero ya es de un nivel de importancia porque sobre todo estamos hablando de humedales costeros". Esta situación aumenta la vulnerabilidad de la ciudad ante los embates de huracanes.
Un problema crítico en Playa del Carmen es la falta de un sistema de drenaje pluvial adecuado. Según el documento, "al no tener drenaje pluvial tenemos un problema, que el drenaje sanitario es el único sistema de absorción de la, de captación de agua". Esto implica que, ante la llegada de un huracán, existe el riesgo de que la población se inunde con aguas negras, aumentando significativamente el peligro de enfermedades.
Además, la rápida expansión urbana ha superado la capacidad de la infraestructura existente. El estudio menciona que "la infraestructura actual, que fue proyectada para un número determinado de población y el crecimiento explosivo de la ciudad rebasa la capacidad hoy en día".
Tulum, el más joven de los tres municipios analizados, enfrenta riesgos particulares debido a su ubicación y su perfil turístico.
"Tulum es una de los municipios que se encuentra expuesto al riesgo de desastres por su cercanía a las costas donde los huracanes y ciclones han impactado", dice el análisis de la Universidad de Quintana Roo.
Una de las principales preocupaciones en Tulum es la erosión costera ya que se ha perdido manglar, arrecifes y suelos de costa, lo que ayuda a absorber el agua para regresarla al mar.
Otro factor de riesgo en Tulum es la presencia de una significativa población flotante, compuesta tanto por turistas como por trabajadores temporales.
El estudio menciona que "se considera que existen cerca de 100 mil personas flotantes en la ciudad, casi todos nacionales y sin antecedentes de saber qué hacer en caso de huracán, ya que en sus lugares de origen, ese fenómeno natural no sucede o no afecta como en costa".
Ante estos riesgos, las autoridades de los tres municipios han implementado diversas medidas de prevención y respuesta ante los fenómenos.
En Chetumal, se han identificado 25 refugios temporales con capacidad para atender hasta 3,680 personas. En Playa del Carmen, se ha establecido un fideicomiso denominado Derecho de Saneamiento Ambiental, que destina recursos para el manejo integral costero y la mitigación de riesgos.
En Tulum, se ha fortalecido la comunicación con embajadas y la coordinación con el sector hotelero para la protección de turistas.
Sin embargo, el estudio señala que aún existen áreas de mejora en la gestión del riesgo de desastres. Se destaca la necesidad de una mayor coordinación entre los tres niveles de gobierno, la actualización constante de atlas de riesgos y planes de desarrollo urbano, y el fortalecimiento de la cultura de prevención entre la población.
