Starwood abre el primer hotel estadounidense en Cuba
La cadena hotelera Starwood inauguró este martes el hotel Four Points by Sheraton La Habana, marcando el regreso a la isla comunista de las multinacionales estadounidenses después de más de medio siglo.
"Éste es un momento único, un momento especial", pues "con esta inauguración Starwood se convierte en la primera empresa, con sede en Estados Unidos, en operar en Cuba después de más de 55 años", dijo durante la ceremonia su jefe de operaciones para Latinoamérica, Jorge Giannattasio.
Esta apertura "está haciendo historia el día de hoy", destacó el ejecutivo de Starwood, que es propietaria de Meridien, W Hotels, Westin y Sheraton.
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La cadena estadounidense gestionará el antes conocido hotel Quinta Avenida, de 186 habitaciones, propiedad del grupo cubano Gaviota, otro gigante administrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, con más de 60 hoteles y villas en la isla.
"Este momento significa un nuevo capítulo en la historia de la hotelería cubana" y marca "el inicio de una larga relación de trabajo", dijo el presidente de Gaviota, Carlos Latuff.
En marzo pasado, en vísperas de la histórica visita a Cuba del presidente Barack Obama, Starwood anunció que había cerrado acuerdos con autoridades cubanas para gestionar dos hoteles en La Habana. El segundo sería el Inglaterra, con 83 habitaciones, inaugurado en 1875 y que sumaría a su oferta de hoteles de lujo.
Esos acuerdos, que implican una inversión de varios millones de dólares, sellaron las primeras grandes negociaciones concluidas por compañías estadounidenses desde la decisión de Obama de normalizar las relaciones con la isla, anunciada en diciembre de 2014, tras medio siglo de ruptura y confrontación política.
Asimismo, fueron los primeros grandes contratos suscritos por un grupo de Estados Unidos en la isla desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959, tras la cual fueron nacionalizados los bienes estadounidenses.
Washington y La Habana restablecieron en julio pasado sus nexos diplomáticos y ahora avanzan en el largo y difícil proceso de normalización de sus relaciones.
Para poder utilizar sus marcas en Cuba, las empresas estadounidenses deben pedir una licencia al departamento del Tesoro, encargado de vigilar el cumplimiento del embargo económico que Washington aplica contra la isla desde 1962.
Tras el histórico deshielo, el turismo se ha disparado en Cuba: 3.5 millones de turistas visitaron la isla en 2015, 17% más que el año anterior.
Debido al embargo, los viajes de turismo de ciudadanos estadounidenses a Cuba continúan prohibidos, aunque el departamento del Tesoro creó 12 categorías específicas de viajeros a los que puede extender permisos excepcionales.
Solo las visitas desde Estados Unidos habían aumentado un 93% hasta el último abril, con respecto al mismo periodo de 2015, y alcanzado los 94,000 norteamericanos, según el ministerio del Turismo.