JLo 'enseña' el ABC del negocio inmobiliario a estudiantes del Bronx
Amasar de la nada una fortuna en el negocio inmobiliario pese a los disparatados precios de Nueva York: ése es el sueño de jóvenes del Bronx que desafían su código postal con la ayuda de Jennifer López y su novio, la leyenda del béisbol, Alex Rodríguez.
Unos 50 estudiantes del distrito más pobre de la ciudad, la mayoría negros y latinos, fueron seleccionados por la fundación Project Destined, que cuenta con estos dos famosos padrinos, para aprender el ABC del negocio inmobiliario en cursos intensivos con abogados, banqueros, empresas de hipotecas y expertos del sector.
Pero esto no es solo práctica, sino realidad: el equipo ganador de la competencia comprará un edificio de 1 millón y medio de dólares en el Bronx.
En la meca del capitalismo, en constante construcción y cuyo magnate inmobiliario más famoso, Donald Trump, se convirtió en presidente de Estados Unidos, los buenos contactos abren puertas impensadas.
Así lo aseguran Fred Greene y Cedric Bobo, exitosos empresarios inmobiliarios negros y fundadores de esta ONG que busca ayudar a chicos de origen humilde, como lo fueron ellos en sus inicios.
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"Lo que estamos haciendo es dar a estos chicos la oportunidad de trabajar con nosotros casi como aprendices. Vienen, analizan propiedades, luego las compramos y compartimos una parte de las ganancias", explicó Bobo.
"Queremos que sean propietarios y accionistas en las comunidades donde viven, trabajan y juegan", dijo este exejecutivo del Carlyle Group, conocido como uno de los inversores negros más poderosos de Wall Street.
Antes del Bronx, donde más de 35% de los habitantes vive en la pobreza, el programa fue implementado en los dos últimos años entre estudiantes de bajos recursos de Detroit, Memphis y Miami.
Escapar del gueto gracias a los bienes raíces
En el estadio de los Yankees en el Bronx, divididos en seis grupos, los adolescentes presentan sus estrategias para la compra de un pequeño edificio a un panel integrado por varios expertos, entre ellos el jefe financiero del grupo Blackstone, Jonathan Gray, y la cantante J.Lo, que se crió en el Bronx y recientemente puso en venta su apartamento de Manhattan por 27 millones de dólares.
El ganador es el equipo que ofrezca una mayor rentabilidad, con la estrategia más persuasiva. Los estudiantes se convertirán en accionistas minoritarios del edificio y tendrán dividendos que ayudarán a pagar sus estudios universitarios si se mantienen en el programa, participando en más cursos en línea.
Durante la formación previa a la competencia, Alex A-Rod Rodríguez charla mano a mano con los jóvenes en una impresionante terraza sobre Times Square.
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"El negocio inmobiliario es donde puedes enriquecerte (...) sin importar si tienes dinero, sin importar dónde estés", dice a los adolescentes, que se han vestido con sus mejores ropas. "El negocio inmobiliario es una manera de escapar del gueto".
El expelotero de los Yankees es la prueba: empezó comprando un dúplex en el sur de Florida en 2003, y hoy es propietario de más de 10,000 apartamentos con su compañía Monument Capital Management.
"Me entusiasma mucho aprender cómo funciona el negocio inmobiliario: ¡De aquí viene el dinero!", confesó Jovani Amaxtal, un estudiante de filosofía de 18 años, cuya madre mexicana trabaja cortando panes que luego serán utilizados por vendedores callejeros.
"No se conformen con menos"
"Yo vengo de orígenes muy humildes. Mi madre tenía dos empleos. Pero yo sabía que sería el líder de mi familia y que haría la diferencia. No se conformen con menos. Éste es el sueño americano", les dice A-Rod, que creció en el barrio dominicano de Nueva York, Washington Heights.
El precio promedio del metro cuadrado en el Bronx: 3,081 dólares. El ingreso promedio anual de una familia: 35,176 dólares.
En Nueva York un solo apartamento puede costar más de 100 millones de dólares. Pero "uno no precisa enormes cantidades de dinero para hacer esto. Se puede empezar pequeño" y conseguir inversionistas y pedir préstamos, aseguró un profesor del programa, Charles Wu, frecuente conferencista de la Universidad de Harvard.
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"Ya le dije a mi amiga que en 10 años, seré la dueña de mi edificio", comentó riendo Andrea Alarcón, una estudiante de 17 años nacida en Ecuador, cuya madre trabaja largos turnos como mesera en un restaurante para mantener a toda la familia.
"¿Convertirme en propietario? ¡Me encantaría, estoy listo!", exclamó Ruben Germosen, de 18 años, que la semana pasada quedó boquiabierto al visitar Harvard con Cedric Bobo. Piensa aplicar el año que viene, pero si es aceptado, aún no sabe cómo va a pagarla.