Los tiempos en los que se podían comprar viviendas de menos de 500,000 pesos parecen haber acabado. Las vivienderas, caracterizadas por ofrecer productos de los segmentos social y económico, han migrado al medio y residencial.
Vivienderas desairan al segmento social; prefieren niveles medio y residenciales
Las empresas optaron por construir y comercializar inmuebles más rentables para sus ingresos. En algunos casos, solo 10% de la oferta tuvo un precio de 350,000 pesos a 500,000 pesos.
Foto de redes: iStock)
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Así lo muestran los resultados reportados a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en los que Javer, Vinte, Ara y Ruba informaron que incrementaron la venta de inmuebles más caros y tener planes para continuar en ese camino.
La estrategia ha sido la clave para combatir la inflación y tener, además de ingresos, mayor margen de ganancias a pesar de que se venden menos unidades.
Vinte lleva más de un año con esta estrategia que se consolidó durante el segundo trimestre de este año. En este periodo, sus ingresos crecieron 8.8% respecto a los del mismo periodo de 2021, a pesar de haberse escriturado 0.6% menos viviendas. Además, su EBITDA reportó un crecimiento de 15.2% en este lapso.
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Los buenos resultados se debieron a que el valor de las viviendas escrituradas incrementó 8.6% y pasó de 950.1 mil pesos contra un millón 032.1 mil pesos. Al contemplar el primer semestre de 2022 completo, el valor promedio creció 12.8%.
De enero a junio de este año, solo 10% de las viviendas vendidas tuvieron un precio de 350,000 pesos y 500,000 pesos. El resto, 90%, supera este valor.
Javer pasó por una situación similar. Aunque el valor de sus propiedades aún se mantiene por debajo del millón de pesos, la tendencia va al alza, “continuamos solidificando la mezcla de producto, lo que mantiene el crecimiento en el precio promedio de venta hasta los 633,000 pesos, 14.1% más a lo alcanzado en el mismo periodo del año anterior”, dijo la viviendera a la BMV.
Del total de unidades vendidas (3,045) 87.5% correspondieron al segmento medio y el restante al residencial. En el semestre completo sólo 0.1% fue de interés social. El aumento causó el crecimiento de la UAFIDA de 4.9%, a pesar de una caída de 4.4% en los ingresos.
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Ara, otra de las empresas que se identificaba por producir viviendas de bajo costo ha optado por darle mayor empuje a los segmentos más caros. En el segundo trimestre, los ingresos crecieron 16.5% en comparación con 2021.
“Los ingresos habitacionales fueron de 1,689.9 millones de pesos con un incremento de 16.3%, atribuible principalmente al segmento de tipo medio, seguido por residencial”, explica la compañía a la BMV.
El precio promedio de los inmuebles fue 13% superior al llegar a 1.06 millones de pesos. La vivienda con mayor crecimiento fue la media, que aumentó 44.6% sus ingresos,mientras que la residencial 9.6%. La social se mantuvo estable. La mezcla impulsó el EBITDA y la utilidad neta 35.5 y 28.3% respectivamente.
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Ruba también atribuyó sus buenos resultados al aumento en el valor de la vivienda vendida. Tuvo 22.1% más ingresos, 16.3% más EBITDA y 25.8% mayor utilidad neta. Igualmente, hubo un incremento de 18.4% en el precio promedio de los inmuebles.
En el segundo trimestre del año la comercialización de vivienda de interés social cayó 3.4%, en unidades, mientras que la media y residencial aumentó 12%.
“La vivienda media y residencial creció 12% en unidades y 28.3% en ingresos. En las mezclas de unidades e ingresos, tenemos que las unidades escrituradas en el segmento de interés social representaron 48% generando 23% de los ingresos, mientras que el segmento medio y residencial con 52% de las unidades generó 77% de los ingresos”.
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