Convierten matadero en centro de arte cinematográfico
Las distintas naves y espacios públicos del antiguo Matadero Municipal, en Madrid, con una superficie de 150,000 metros cuadrados, ahora dan cobijo al Centro de Arte Cinematográfico, diseñado por Churtichaga+Quadra-Salcedo arquitectos, quienes hicieron de la iluminación el acento primordial de su diseño.
El gran acierto fue dar vida a un lugar oscuro en el que la luz artificial, más allá de iluminar, es un mecanismo de creación atmosférica. La conservación de el gris oscuro de la madera que recorre paredes, suelos y techos como un fondo en sombra, y la presencia de grandes cestas tejidas con manguera de riego que flotan y se iluminan en la penumbra, definen los espacios principales, explica la arquitecta Cayetana de la Quadra-Salcedo.
En este escenario "la iluminación no es un simple telón de fondo, sino que luz, sombra y contraste articulan la manera de entender el espacio, generando, al igual que sucede en el cine, percepciones espaciales confusas que habitan entre lo real y lo imaginario", agrega.
Distribuido en archivo documental, plató, cine, cantina y administración, esta cineteca se enciende y se regula como una gran lámpara. En el cine, por ejemplo, con un aforo de 236 butacas, las cestas son matices de negro; el fondo naranja hace flotar la cesta iluminada hasta que suavemente, al empezar la película, el fondo desaparece y queda una superficie en sombra. En los espacios secundarios de la cineteca, "la iluminación se desordena deliberadamente con agrupaciones de bombillas vistas o proyectores", comenta de la Quadra-Salcedo.
Así, la penumbra dominante en el antiguo edificio se conserva como hilo conector con el pasado.
Cortesía Cineteca Matadero