Los espacios que cambian el aprendizaje en México
Nota del editor: Este artículo puedes consultarlo completo en la edición 523 de la revista Obras , 'Las 100 empresas más grandes de la construcción en México', correspondiente a julio de 2016.
(Obras) — En México, los nuevos escenarios educativos deben considerar fundamentos pedagógicos y nuevos lineamientos para integrar las Tecnologías de Información y Comunicación al ambiente del aprendizaje, afirma Laura Fernández Torrisi, psicóloga y maestra en educación y nuevas tecnologías. Es necesario replantear conjuntamente estructura, diseño, espacio y mobiliario, para construir conocimiento y conectar a los participantes, estima.
La inversión inicial que puede significar ha limitado la intervención al sector privado pero, según el arquitecto Miguel Montor, en lugar de centrarse en la tecnología hay que "dar valor a la experiencia y la vivencia del alumnado". Agrega que "la arquitectura bien pensada siempre será mucho más económica" y augura que la renovación de las escuelas públicas es viable "siempre y cuando haya estudios previos y una racionalización correcta de los recursos".
Lee: 30,000 escuelas mexicanas serán mejoradas hacia 2018
Israel Tovar, arquitecto y catedrático-investigador de la UAM, señala que el modelo educativo debe ser proactivo y las aulas, responder con un esquema de taller. Recalca que es importante mantener un diseño equilibrado para “no caer en las 'escuelas Disneylandia' ni repetir los esquemas tradicionales.
Estos tres proyectos tratan de poner en práctica esas ideas.
Montessori Alberi (2014)
El punto de partida de esta escuela fue adaptarse a la filosofía de los Montessori, donde todo gira en torno a la formación de los niños. Para esto, la arquitectura se planteó como una herramienta educativa, donde es posible descubrir el espacio mediante el juego y la exploración.
Antonio García, director de operación en Ludens, el estudio de arquitectura a cargo de proyectar y de construir el centro, comparte que el costo fue de 8,000 pesos por metro cuadrado, en gran parte gracias al uso de materiales sin recubrimientos, un gesto que principalmente se realizó para darle el aspecto "lúdico al proyecto", ya que los muros aparentes y bordes de caminos con grava le dan una cualidad táctil a la arquitectura.
Cortesía de las escuelas
El confort dentro de los salones se logró con la creación de microclimas en los patios interiores que se forman entre los pasillos, los cuales permiten que cada sección tenga iluminación y ventilación naturales.
Kokokali (2014)
Julio Amezcua y Francisco Pardo, de AT103, diseñaron Kokokali, una escuela rural sustentable con alineación pedagógica en la comunidad de San Andrés Payuca, Puebla. El proyecto, realizado en colaboración con Ariel Rojo y Héctor Esrawe, entre otros, buscó crear un modelo de educación alternativo para mejorar la calidad de vida y el futuro de su comunidad.
Lee: Escuelas rurales de México, muy lejos de estar al 100
La 'casa de los niños' (del náhuatl kokone, niños, y kali, casa) fue la ganadora del bronce en los Holcim Awards 2014. Francisco Pardo dice que "el modelo contemporáneo de educación está enseñando a la gente a abandonar sus capacidades creativas a temprana edad", y esto se pretende evitar con la flexibilidad arquitectónica: en los salones ningún mueble es fijo, de modo que es posible adaptar los espacios a distintas necesidades e incluso conectarlos con los jardines interiores o con la plaza principal.
La forma circular de la planta responde a la necesidad de un espacio de igualdad y confianza. Ariel Rojo explica que los bancos X-Y de los salones, con base curva, que hacen la función de pelotas de yoga, donde el usuario tiene que estar en un punto de equilibrio, favorece al aprendizaje porque permite que los niños, "que no son nada estáticos", desahoguen energía y puedan estar más focalizados en las clases.
Primaria Nuevo Continente, Querétaro (2014)
El tema central fue la integración de los espacios exteriores con los interiores. No existen delimitaciones físicas entre los jardines y las aulas, por lo que los alumnos tienen mayor conciencia del entorno, explica Miguel Montor, creador del proyecto. "Pueden elegir hacia dónde quieren ir y esto les forja como futuros tomadores de decisiones. Adicionalmente, esta libertad les da un sentido de apropiación, así que cuidan y respetan su escuela".
OPINIÓN: Psicología y experiencia de usuario en el diseño de escuelas
La construcción se realizó con un presupuesto no mayor a 8,000 pesos por metro cuadrado, gracias a los procesos constructivos y el uso de prefabricados de concreto.
Las dos intenciones principales fueron restar jerarquía en las aulas y llevar la educación fuera de ellas: se proyectaron salones cuadrados en los que el profesor se mueve alrededor de los grupos de niños. Los salones tienen mesas trapezoidales para poder aplicar distintas metodologías de clase. Se aplicó el acento de color (rojo quemado) en los pisos epóxicos porque "es el plano donde el color es cuestión de percepción, tanto por la luz cambiante, como por el movimiento del mobiliario, pero sobre todo porque los ojos ven hacia arriba la mayor parte del tiempo", aclara el arquitecto.