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El diseño en Cuba crea, renueva y reutiliza, dice el creador Luis Ramírez

El diseñador cubano habla sobre la influencia, aportes y comercialización del diseño en su país. Su obra forma parte de la muestra Cuba: la singularidad del diseño, en el Museo de Arte Moderno.
mié 09 octubre 2019 01:08 PM
DESIGN WEEK 2019
El diseñador cubano Luis Ramírez participa con su obra en la exhibición que Design Week México presenta en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

CIUDAD DE MÉXICO. Este año Cuba es el país invitado en Design Week México. Su presencia se verá en diversas actividades y una de ellas es la exposición Cuba: la singularidad del diseño, curada por Jimena Acosta e Inbal Miller.

Para Marco Coello, uno de los fundadores y organizadores de Design Week, realizar esta exhibición fue una labor "titánica", empezando por la comunicación y la cantidad de permisos que han debido gestionarse para poder traer piezas originales que muestran “propuestas con discursos y conceptos increíbles”.

Entre las casi 100 piezas expuestas, se verá la maqueta original de la Escuela de las Artes, con las bóvedas de madera tropical, así como las sillas originales de Clara Porset y Gonzálo Córdoba, entre muchas piezas más.

Con pretexto de esta muestra, inaugurada el 5 de octubre pasado, el diseñador cubano Luis Ramírez, cuya obra forma parte de esta exhibición, aceptó charlar con Obras.

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Obras (O): ¿Qué influencias existen hoy en el diseño cubano?

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Luis Ramírez (LR): El diseño cubano actual ha recibido un legado de excelencia a partir de la labor realizada por los selectos creadores cubanos que nos precedieron y cuyas obras mantienen total vigencia. Esas referencias, junto a lo mejor del diseño internacional y las nuevas condiciones que forman parte de nuestras vidas en Cuba, influyen de diversas maneras en el resultado de nuestro trabajo.

Ésta ha sido una condición que signa la creatividad en la isla, nuestra capacidad para asimilar lo mejor de la tradición autóctona, reformular las corrientes foráneas y atemperar nuestras producciones a las particularidades del contexto.

O: ¿Qué búsquedas revela el diseño de la isla?

LR: El diseño de nuestra isla intenta resolver problemas inmediatos con el mínimo de recursos, a partir de tecnologías básicas. Los vestigios que quedan de los buenos oficios que durante muchos años se fueron enriqueciendo a partir de la labor de los negocios familiares y artesanales, revelan para nosotros el renacer de posibilidades productivas que una industria no podría garantizar en tan poco tiempo, ni a un costo asequible.

Se trata básicamente de responder a los imperativos de una sociedad que cada día eleva sus niveles de exigencia, que está bien informada y tiene buen gusto. Toda la creatividad que esos altos estándares demanda, debe sincronizarse en soluciones audaces, que zanjen limitaciones organizativas, tecnológicas y de materiales.

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O: ¿Qué materiales son los dominantes en la producción de mobiliario?

LR: Los materiales utilizados hoy en la producción de mobiliario hecho en Cuba son diversos. Se mantiene como material fundamental el uso de la madera nacional o importada, pero también se utiliza la fibra natural, el henequén, el guaniquique y el yarey. Los tubos y barras de acero son ampliamente empleados, así como la fibra de vidrio en el mobiliario de exterior.

O: ¿Cómo ocurre la producción de mobiliario de diseño de autor?

LR: Gracias a la existencia de tantos pequeños talleres artesanales, tenemos la posibilidad de crear diseños propios, originales, nutridos de lo mejor de nuestras tradiciones y que respondan a necesidades puntuales. Todo ello les aporta generalmente un carácter más cálido, personal y humano.

Las particulares condiciones de la isla, con una industria insuficiente, de alguna manera ha favorecido ese posicionamiento de producciones en pequeñas escalas, experimentales, donde el diseñador se involucra directamente en el proceso productivo. Ello vehiculiza (sic) el asentamiento de prácticas muy específicas, donde prima la sinergia entre una inventiva pertinaz y el empleo consciente de lo mejor de la propia herencia de la manufactura.

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O: ¿Cómo se comercializa el diseño?

LR: El diseño se comercializa generalmente en forma de servicio, cuando solo incide la labor del diseñador. También, en otras ocasiones, se incorpora el precio del diseño a la producción del objeto, en previo acuerdo con el productor.

En un futuro cercano, y a partir de que ya existen productores privados, deberá implementarse la opción práctica e internacionalmente utilizada que es el pago por medio de royalties (regalías).

O: ¿Qué aportes significativos valora en el diseño cubano?

LR: El diseño cubano es mutante. A lo largo de las últimas décadas, el diseño cubano ha tenido la capacidad de adaptarse a las diversas condicionantes económicas, políticas y sociales, resolviendo problemas de inmediatez en circunstancias nada favorables.

Los cubanos vivimos creando, innovando y reutilizando lo que ya tenemos. Es una capacidad de inventiva que se desarrollada de forma natural, genera propuestas indiscutiblemente novedosas, sencillas, prácticas, reutilizables y duraderas.

Don Fernando Ortiz, considerado el tercer descubridor de Cuba por sus inestimables estudios de nuestras raíces étnico-culturales, introduce el término de transculturación para explicar ese complejo proceso en que los cubanos hemos sido capaces de asimilar y transfigurar influencias, necesidades y tradiciones diversas, generando a partir de todo ello una identidad propia y auténtica. Podría responder a tu pregunta a partir de su metáfora de que nuestra cultura es como un gran ajiaco que mixtura aportaciones de disímiles procedencias y las transmuta en praxis originales. La isla como una gran vasija donde se cuece y se reinventa el mundo.

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