En el mundo ya existen estadios que están totalmente acondicionados para que en su interior se lleven a cabo competencias de esports en donde centenares de personas compiten por millonarios premios. El más grande de Estados Unidos, por ejemplo, se ubica en Arlington, mide 100,000 pies y fue diseñado por el despacho Populus.
También, se han creado centrales de videojuegos, que se pueden encontrar incluso en la Ciudad de México, para que las personas asistan a practicar o solamente pasar un rato de recreación.
En estos sitios hay factores en común: iluminación potente y llamativa, pantallas grandes, consolas o computadoras, teclados y mouses con diseños hergonómicos, sillas altas y cómodas, además de internet de alta velocidad.
“Este público es muy exigente, busca que sean equipos periféricos que los hagan sentir cómodos, que no sean equipos pesados. Son de uso rudo porque a veces el tecleo es importante cuando están jugando. Los dispositivos deben sentirse ligeros y cómodos al usar”, dice Lourdes Baeza, marketing manager de Logitech México. Además, deben ayudar a que los gamers se sientan inmersos en los juegos y concentrados.
En su empresa entendieron el sector. En 1981 y 2006 lanzaron dos líneas para gamers: Astro Gaming para profesionales y Logitech para amateurs. Pero no se han limitado sólo a dispositivos: este 2020 anunciaron una alianza con Herman Miller, empresa diseñadora de muebles, para lanzar una línea de sillas especiales para e-sports, gamers y streamers.
Sus particularidades parten del tiempo que pasan sentados los jugadores, la inclinación que deben tener frente a las pantallas y la libertad de movimiento.
Para Sopa de Murloc, quien además ha trabajado en la industria de los videojuegos en la empresa Blizzard y, actualmente, como coach de un equipo profesional de Overwatch, este tipo de mobiliario no es totalmente necesario para dedicarse profesionalmente al sector. Sin embargo, considera que ayuda a dañar menos la salud.
“Debe ser un lugar en donde te sientas cómodo y en confianza, tener una buena iluminación, no es bueno jugar a oscuras. Eso puede dañar la vista. Tampoco pegarte mucho al monitor, por lo que hay que tener un buen escritorio. También una buena silla de gaming en donde puedas estar sentado varias horas porque te puedes lastimar la espalda”, explica.
Pero cree que en caso de que los jugadores que comienzan no tengan dinero para invertir en mobiliario o diseñar un espacio, pueden acudir a los centros de gaming.