“Hacemos un análisis en el que intentamos entender la problemática y dificultades que puede estar enfrentando una organización. Hacemos sugerencias de cómo podemos resolverlo a través del espacio (...) una vez que tenemos el proyecto terminado, generamos una cotización que trabajamos con alianzas con empresas financieras que nos dan el servicio de arrendamiento”, explica Ricardo Horst, customer success director de Steelcase México.
Es decir, la compañía interesada en el servicio tiene contacto de manera directa con Steelcase, quien consigue una forma flexible en el que la empresa puede ocupar las herramientas.
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Dentro de la nueva modalidad de la empresa, hay dos vertientes: el arrendamiento puro y el financiero. El primero es similar al leasing de los automóviles, en el que el cliente paga una renta en la que se ofrece un derecho temporal por el bien durante un plazo determinado. Al final, se tiene la opción de renovar el contrato, comprar los productos (con el pago de un remanente especificado en el contrato) o devolverlos.
En la última opción, Ricardo Host cuenta que se analiza el estado del mobiliario, para determinar si se puede realizar donaciones a organizaciones sociales o si se volver a utilizar, a través de darle una segunda vida con certificados de calidad.