Macrocentro Comunitario, Cultural y Deportivo San Bernabé
Ubicación: Nuevo León.
Tipología: Administración, seguridad y servicios públicos
Categoría: Equipamiento Urbano y urbanismo
Fechas de inicio y terminación de la obra: de agosto de 2013 a octubre de 2014
Inversión por m2: 2,682 pesos
Costo final: 73,900,000 pesos
Memoria descriptiva:
Función de la obra:
El barrio de San Bernabé se estructura mediante un entramado ortogonal de calles, en las que las vías longitudinales distribuyen el tráfico, en tanto que las transversales, más domésticas, concentran los accesos vecinales a las viviendas, esta configuración urbana hace de esas calles domésticas, un espacio propicio para la convivencia entre vecinos. No es tan sólo la vía de acceso para todos los portales, sino también un espacio comunitario como extensión de la particularidad de cada casa, con una importante dimensión social. Esta calle vecinal es la verdadera columna vertebral en la que se apoya la comunidad del barrio de San Bernabé.
Durante la concepción del proyecto, existían fuertes tensiones adversas en la región que acabaron anidando en el propio barrio desbaratando la cohesión social y sometiéndolo a una dinámica desestructuradora y subversiva. Es dentro de este contexto que se propone el proyecto del Macrocentro Comunitario de San Bernabé, que forma parte de un amplio programa público para la construcción de edificios asistenciales en las comunidades más frágiles, como instrumentos capaces de defender y fortalecer los valores de cohesión y capacitación que harán progresar a esas mismas comunidades.
Descripción general de las áreas-espacios que integran el proyecto: El proyecto para el Macrocentro Comunitario San Bernabé propone un Edificio-Calle, que ensaye y transmita los valores cívicos inherentes a la estructura urbana del propio barrio. De este modo, los usos específicos del programa funcional se ubican en volúmenes disgregados, dispuestos a lo largo de una directriz, configurando así una calle que funciona como tal y que es realmente el corazón del proyecto. Dado que existe un cercado perimetral para obtener un contexto protegido, los vecinos que acuden al centro comunitario pueden experimentar los valores de ese espacio compartido y las posibilidades de su gestión cívica cuando no se producen violencias externas, con la esperanza de que sabrán trasladarlos al entorno de su propia casa y a sus vecinos.
Ese Edificio-Calle se concibe como un marco para la relación y la expresión de los individuos y la comunidad, de tal modo que tomará fuerza a medida que los ciudadanos lo vayan descubriendo y viviendo libremente. A su vez, sus trazas procuran enlazar con la trama de calles del barrio existente, prolongando así sus recorridos más habituales y dando prioridad al transeúnte frente al tráfico rodado.
Esa calle interior vertebra los cuerpos edificados que albergan el programa funcional del centro comunitario y responde a una visión urbana en su conjunto, en este sentido su recorrido queda pautado por tres espacios de cierta amplitud que podríamos llamar plazas, vinculada cada una de ellas a una actividad colindante. Primero tenemos la Plaza de Acogida, pensada como un cancel de entrada y donde pueden desarrollarse todo tipo de actos y representaciones multitudinarias. A continuación se abre la Plaza del Mercado, que es un amplio espacio situado cerca del cuerpo de locales del área comercial prolongando y dando soporte a esa actividad. Finalmente llegamos a la Plaza del Gimnasio, un lugar arbolado y tranquilo donde sentarse a la sombra, como preámbulo al graderío del gimnasio. Y por último, la Plaza de las Artes, otra plaza porchada donde se concentran las actividades de talleres artísticos, culturales y sociales, así como la ludoteca del centro.
Algunas superficies de los volúmenes edificados actuarán como soporte para la expresión plástica de grafiteros y artistas murales dando pie a una apropiación y a un estímulo, dentro de un marco cívico de autogestión comunitario.
La arquitectura del Macrocentro Comunitario de san Bernabé explora una apariencia que sea capaz de transmitir la dignidad del compromiso cívico que el propio edificio representa a la vez que su presencia en medio de la ciudad debe contribuir a la difusión de los valores que lo impulsan.
En este sentido, se propone el desarrollo de ciertos elementos especiales cuyas prestaciones potencian la arquitectura y para los cuales fue precisa la implicación de la industria local. A su vez, el desarrollo de nuevos componentes constructivos industrializados permitió aprovechar la edificación del centro comunitario como una oportunidad para impulsar la innovación en el sector, orientándolo hacia los objetivos medioambientales de nuestra sociedad contemporánea.
Por otro lado, el conjunto del proyecto fue pensado como una infraestructura bioclimática que trate de obtener sus niveles de confort combinando los recursos naturales locales–tanto climáticos como materiales. Los niveles de confort no son solo un requisito de las estancias interiores, también los espacios exteriores deben ser confortables y de ese modo se establece una fluencia entre exterior e interior que permite alcanzar los niveles térmicos requeridos de un modo natural, dejando la contribución de la maquinaria convencional como una dotación complementaria tan solo para atender las puntas térmicas más extremas a lo largo del año.
Materiales destacados:
El proyecto en su totalidad está construido en concreto o derivados del cemento, siendo un ejemplo de soluciones constructivas en concreto que pueden ayudar a un buen comportamiento térmico.
Los 15 edificios que conforman el proyecto se construyen a partir de un sistema racionalizado de blocks de concreto reduciendo tiempos de ejecución y aprovechando ventajas como la inercia térmica del concreto.
Los muros son aislados con un sistema de concreto celular que garantiza un buen aislamiento térmico y una correcta adherencia del acabado exterior. Además se aprovecha la inercia térmica de estos edificios masivos para compensar los saltos térmicos durante el día y almacenando la radiación solar para cederla durante la noche.
Las principales plazas del proyecto están cubiertas por jácenas activas de 21,5m de longitud que funcionan como umbráculo. Estas jácenas de hormigón fueron prefabricadas por un industrial de vigas puente e instaladas mediante una grúa agilizando la ejecución. En proyecto, el trasdós de la jácena es utilizado como un cuenco para almacenar agua de lluvia. Ese cuenco está tapado por una pieza de hormigón poroso, una lámina geotextil y una capa de 10cm de tierra vegetal con plantas. El resultado es una franja de cubierta vegetal autorregada por capilaridad, en adaptación del sistema Intemper. En otros casos, se ubica un sistema horizontal de captadores de tubos al vacío, bien orientados y conectados en serie. El espacio libre inferior alberga un depósito intercambiador lineal para la producción in situ del agua caliente requerida. El trasdós de las jácenas del gimnasio, en su vertiente sur, tiene una franja continua de placas fotovoltaicas simples con sus circuitos conectados en serie. La electricidad producida alimenta la red de iluminación exterior de bajo consumo.
El primer reto fue el de trabajar en un programa social definido, con unas necesidades funcionales específicas, pero con un intangible más allá de su función. El edificio debía servir a la comunidad a quien iba dirigido. El proyecto no solo tenía el reto de dar un servicio público, sino que debía acoger a los ciudadanos del barrio en donde se ubica el edificio, así pues el Edificio-Calle se concibe como un marco para la relación y la expresión de los individuos y la comunidad, con la voluntad que los ciudadanos lo fueran descubriendo y viviendo libremente. A su vez, sus trazas debían poder enlazar con la trama de calles del barrio existente, prolongando así sus recorridos más habituales y dando prioridad al transeúnte frente al tráfico rodado.
La innovación constructiva también supuso un reto teniendo en cuenta las limitantes económicas del proyecto. Sin embargo, se consiguió desarrollar un elemento arquitectónico prefabricado en concreto que pudiera ser producido por la industria local y que pudiera resolver a la vez las necesidades de protección solar, captación de agua pluvial e incorporación de paneles solares fotovoltaicos y térmicos. Son las llamadas jácenas activas.
Las limitantes económicas del proyecto no fueron el único reto a enfrentar sino que por la enorme complejidad del proyecto había multitud de interlocutores, desde las diferentes dependencias de gobierno que iban a ser beneficiarias del proyecto y que lo financiaban, pasando por el instituto de gobierno que a su vez coordinaba las diferentes constructoras que trabajaban simultáneamente en la obra.
Innovación
Tecnología:
El proyecto contemplaba la instalación de un sistema prototipo de climatización mediante muros radiantes en un edificio tipo en colaboración con el MIT (Massachusetts Institute of Technology). El sistema consiste en hacer circular agua a través de un serpentín embebido en los muros logrando así reducir la temperatura del muro y climatizar el interior por radiación.
Este nuevo software desarrollado por el MIT se avanza a la inercia del muro, ya que entra en funcionamiento horas antes teniendo en cuenta la ocupación del edificio y la predicción meteorológica para tener el espacio a temperatura de confort a la hora de entrar en uso.
Diseño:
El proyecto es innovador desde el punto de vista urbano, pues lejos de agrupar todas sus funciones en un solo equipamiento genera un espacio urbano a través de la disposiciónde los distintos elementos que conforman el programa en diferentes edificios generando una calle. Además, el equipamiento tiene una clara intención de ejercer de polo de transformación urbana como espacio público para la comunidad, que transforma la forma de entender la calle.
Técnicas de construcción:
El proyecto en su totalidad está construido en concreto o derivados del cemento, siendo un ejemplo de soluciones constructivas en concreto que pueden ayudar a un buen comportamiento térmico.
Los 15 edificios que conforman el proyecto se construyen a partir de un sistema racionalizado de blocks de concreto reduciendo tiempos de ejecución y aprovechando ventajas como la inercia térmica del concreto y el know-how de la empresa Cemex.
Los muros son aislados con un sistema de concreto celular que garantiza un buen aislamiento térmico y una correcta adherencia del acabado exterior. Además se aprovecha la inercia térmica de estos edificios masivos para compensar los saltos térmicos durante el día y almacenando la radiación solar para cederla durante la noche.
Las tres plazas y el gimnasio están cubiertas mediante un sistema de jácenas pretensadas de concreto en forma de V y 21,5m de claro que se produjeron en fábrica por la industria local y se colocaron en obra mediante una grúa, facilitando la ejecución. El trasdós de la jácena es utilizado como un cuenco para almacenar agua de lluvia. Ese cuenco está tapado por una pieza de concreto poroso, una lámina geotextil y una capa de 10cm de tierra vegetal con plantas. El resultado es una franja de cubierta vegetal autorregada por capilaridad. En otras jácenas, se ubica un sistema horizontal de captadores solares de tubos al vacío, bien orientados y conectados en serie. El espacio libre inferior alberga un depósito intercambiador lineal para la producción in situ del agua caliente requerida. En otros casos, el trasdós de la jácena tiene una franja continua de placas fotovoltaicas que alimenta la red de iluminación exterior de bajo consumo.
Accesibilidad: Como proyecto social y destinado a las comunidades menos desarrolladas, es un proyecto totalmente accesible para personas discapacitadas. El proyecto se organiza en una sola planta para permitir la total movilidad sin el uso de elementos mecánicos. Las tres plataformas que conforman el proyecto están conectadas por rampas concebidas especialmente para gente con movilidad reducida.
Mantenimiento: Debido a las características del proyecto, el centro debe funcionar como refugio en caso de catástrofes de cualquier tipo. Eso hizo que la arquitectura debiera responder con gran resistencia a las inclemencias y el paso del tiempo con un mantenimiento mínimo y sin influir en el coste de la obra.
Impacto
El sector San Bernabé, al norponiente de la ciudad de Monterrey, está constituido por alrededor de 20 colonias y alberga a más de 100,000 habitantes. A pesar de contar con una alta población joven, es uno de los sectores más rezagados y marginados del área metropolitana, pues carece de servicios de educación, salud y espacios de esparcimiento.
En busca de fortalecer el desarrollo de esta zona, el Gobierno del Estado, con la participación del Gobierno de la República, el Consejo Ciudadano y empresas socialmente responsables desarrolló el Macrocentro Comunitario Cultural y Deportivo San Bernabé.
El Macrocentro Comunitario San Bernabé es un equipamiento con características únicas a nivel nacional. Tiene como principal objetivo impulsar y fortalecer el desarrollo social a través de talleres y espacios educativos, artísticos y deportivos que fomenten la convivencia y la unión entre los vecinos del sector. Consta de 15 edificios con un total de 6,200 m2 de construcción además de una hectárea en canchas deportivas.
En sus instalaciones se imparten más de 90 talleres, cursos y diplomados de oficio, culturales artísticos y deportivos. Además, como parte del compromiso de diferentes empresas socialmente responsables se han establecido convenios de colaboración con empresas que brindarán capacitación, cursos e incluso donación de productos para la impartición de talleres. Adicionalmente, se mantiene una vinculación directa con dependencias estatales y tienen módulos de inscripción a los programas de asistencia social. El proyecto será generador de mayor seguridad y desarrollo para las familias de Nuevo León.
Ambiental:
El conjunto del proyecto fue pensado como una infraestructura bioclimática que trate de obtener sus niveles de confort combinando los recursos naturales locales, tanto climáticos como materiales. Los niveles de confort no son sólo un requisito de las estancias interiores, también los espacios exteriores deben ser confortables y de ese modo se establece una fluencia entre exterior e interior que permite alcanzar los niveles térmicos requeridos de un modo natural, dejando la contribución de la maquinaria convencional como una dotación complementaria tan solo para atender las puntas térmicas más extremas a lo largo del año.
En ese sentido el espacio urbano cuenta con un conjunto de sistemas sencillos tales como pérgolas, porches, celosías, vegetación y una lámina de agua evaporativa, todo ello con el fin de obtener ese clima envolvente del entorno urbano. Los espacios interiores a su vez, cuentan con protecciones solares y con la contribución de la inercia térmica de los cerramientos mediante un sistema de aislamiento continuo por la cara exterior. Todo ello para poder reservar finalmente el uso convencional de fan coils eléctricos como último recurso.
Por último, el proyecto prevé una dotación para la producción de energía renovable, integrada en la arquitectura a partir del sistema de “jácenas solares” que conforman los umbráculos de las plazas. Con este sistema podemos llegar a obtener el agua caliente que precisan los vestuarios del centro así como la electricidad necesaria para una iluminación nocturna básica del conjunto.
Ciclo de vida: Si hablamos de ciclo de vida del edificio y sus materiales podemos hablar de la durabilidad del proyecto, pues al ser un centro social debe ejercer de refugio en catástrofes de todo tipo, siendo un proyecto muy resistente al paso del tiempo y las inclemencias con un mantenimiento mínimo. Finalmente cabe destacar el compromiso con el medio ambiente durante el proceso de construcción pues se establecieron estrategias de separación y reciclaje de residuos, así como un plan de control de sedimentación y erosión del lugar, dando lugar a una obra más limpia.
Este proyecto debe ser la Obra del Año:
El presente proyecto es un referente desde el punto de vista urbano, de impacto social y ambiental. Es el centro comunitario más grande construido en México, beneficiando a más de 100,000 habitantes. Esta infraestructura está transformando la comunidad a través de la cultura y el deporte. Ambientalmente también es un referente, pues el conjunto del proyecto fue pensado como una infraestructura bioclimática que trate de obtener sus niveles de confort combinando los recursos naturales locales.
FOTOS: Archivo de Obrasweb