De los argumentos a favor y del funcionamiento de la preventa
Ahora, la propuesta hecha al Congreso de la Ciudad de México busca evitar que se comercialicen propiedades en desarrollos que no han concluido su construcción, y por obvias razones aún no cuenten con los permisos de ocupación y de terminación de obra correspondientes, bajo el argumento de que los desarrolladores han abusado en la construcción de unidades adicionales o de una mayor superficie de construcción que la autorizada.
Esta postura claramente demuestra que hay un desconocimiento de las dinámicas financieras involucradas en los inmuebles comercializados en preventa y en el proceso de inversión per se, porque si bien es cierto que hay algunos abusos, estos son contados y por ningún motivo son relevantes, caso contrario a los cientos de miles de personas que han comprado sus casas o departamentos mediante la preventa con enormes beneficios patrimoniales para sus familias.
Una casa o departamento en construcción puede costar de 20 a 30% menos que una recién construida, además, la preventa no solo brinda liquidez, sino también certeza a los desarrolladores para continuar con el proceso subyacente a la construcción y entrega de unidades.
El proponer que deje de existir la preventa implicaría que las personas que comúnmente compran su departamento en preventas tendrían que hacer transacciones de contado a precios mucho mayores una vez terminado el desarrollo.
La preventa permite al comprador ahorrar, tener una buena calidad de vida en su proceso de compra y gozar de la apreciación del valor de su inmueble a través del tiempo de la construcción. Prohibirla no es hacer un bien o enterrar una fuente de abusos, es generar un efecto patrimonial negativo en la vida de muchos compradores potenciales en la capital.