(Obras) - “Lo que nos permite sobrevivir como especie no es la inteligencia ni la fuerza, sino nuestra capacidad de adaptación”: Natalia Gómez del Pozuelo.
El regreso de cientos de miles de empleados en México a sus espacios de trabajo es inminente. De forma paulatina pero sostenida, los colaboradores de empresas de diversos giros y sectores están reinsertándose a una realidad laboral similar a la que conocían previo a esta crisis de salud mundial.
Si bien en una primera etapa el cuestionamiento era si debían regresar o mantenerse en trabajo remoto, ahora la duda radica en conocer si las empresas han tenido el tiempo para readaptar sus espacios y con ello recibir a sus colaboradores, ¿están realmente listas para este regreso?
Para contestar esta pregunta, vale la pena mencionar que personalmente he recomendado desde el inicio de la pandemia no realizar en sus espacios de oficina modificaciones mayores porque, si algo se sabía con certeza, es que lo que privaba era la incertidumbre, y que los cambios tenían que ser paulatinos y adaptándose a lo que el escenario nos iba presentando.
Lo que sí es un hecho es que tenemos que partir de una verdad ineludible: la realidad nunca volverá a ser la misma, y el mundo laboral lo estará experimentando con fuerza en los próximos meses.
Ahora bien, en cuanto a la reconfiguración de espacios, algunas de las tendencias sobre las que el mundo empresarial está trabajando desde ya, ante este regreso de su fuerza laboral, están centradas en generar espacios abiertos, luminosos y compartidos, en los que se potencie la colaboración entre las personas y se genere el intercambio de ideas.
Además, ahora las oficinas están dando prioridad a la movilidad, así como la conectividad que permita realizar tareas a través del smartphone o tableta en cualquier parte de la oficina o fuera de ella. Las nuevas oficinas estarán basándose en inserciones tecnológicas y modelos sustentables, que generen un escenario que cuide la salud física y emocional de cada uno de los colaboradores y que los invite a desarrollar sus capacidades en un ambiente seguro.
Las llamadas “oficinas del futuro” (un futuro que se adelantó ante este periodo de pandemia) se caracterizan por ser flexibles, contar con herramientas de inteligencia artificial que automaticen la toma de decisiones básicas y que optimicen la experiencia de la gente, así como planificar los nuevos escenarios híbridos de trabajo.
Como podrán ver, si bien en una primera etapa de la pandemia, los espacios en los que se priorizara el distanciamiento social era la principal necesidad, ahora y conforme el porcentaje de inmunidad avance en México, el enfoque será generar espacios flexibles, modernos y con todas las herramientas digitales necesarias para la siguiente realidad del mundo laboral.
Los colaboradores no quieren regresar a oficinas para encerrarse, enviar correos y sentarse frente a su computadora ocho horas diarias. El entorno de las oficinas debe propiciar hoy más que nunca, que se conviertan en un vehículo para la interacción humana y que fomente la cultura de la participación y el trabajo en equipo.
También es importante señalar que ninguna solución funciona para todas las empresas. Los ejecutivos de cada empresa deberán idear su propio camino, en función del análisis de necesidades que encuentren de forma interna. Nunca será lo mismo adaptar espacios para una empresa del sector comercial, que una especializada en logística o enfocada al sector industrial. Cada empresa tiene sus características particulares.
Por eso, encontrar una respuesta general a la interrogante de si las empresas están listas para el regreso de sus colaboradores sería quizá un error. Cada una está encontrando respuestas en el camino, tomando decisiones sobre la marcha (prueba y error), adaptándose a lo que se les va presentando, y eso está bien.
En esta etapa, lo más importante, me parece, es que cuenten con una buena guía que los vaya orientando sobre los pasos a seguir durante este periodo de adaptación. Pero insisto, vayamos con calma, porque lo que más impera en estos días es justamente la incertidumbre.
Estamos expuestos a factores que los seres humanos no podemos controlar, al menos no totalmente, y creo que la pandemia nos dejó un claro aprendizaje de esta vulnerabilidad que tenemos ante eventos de esta naturaleza. Las empresas y sus colaboradores deberán trabajar codo a codo, para encontrar, de forma conjunta, el mejor camino para sus necesidades particulares y con ello, resurgir ante esta álgida etapa que aún vivimos como humanidad.
Nota del editor: Arturo Bañuelos es Director Ejecutivo de la División de Administración de Proyectos y Desarrollos de JLL México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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