El diccionario de la Real Academia de la Lengua define el descarrilamiento como “Salir fuera del carril. Salida o desacoplamiento de un vehículo del carril por el que circula.” El portal academia-lab describe que, en el transporte ferroviario, un descarrilamiento ocurre cuando un vehículo ferroviario, como un tren, se sale de sus rieles. Pero para efectos de México, la Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-004-ARTF-2019 , Sistema Ferroviario-Seguridad-Notificación de Siniestros-Metodología, define el descarrilamiento como “Efecto producido en el equipo ferroviario cuando una o más ruedas abandonan el riel o rieles por los cuales circula.”
Según el general Lozano, “cada uno de los trenes tiene 2 bogies; el coche 1, 2, 3, 4, tienen 2 bogies. De los 8 bogies, solamente uno se salió de la vía”, por lo que, conforme a a la NOM, se trata de un descarrilamiento. El concepto “percance de vía” no aparece en la NOM.
En el primer párrafo hablo del “cuestionado tren maya”, no sólo por todas las controversias que desató su proyecto y construcción, sino por los problemas que ha enfrentado desde su inauguración en diciembre de 2023.
Al de agosto pasado se agrega a la contabilidad de eventos que ha enfrentado este tren en diversos puntos clave de su extensa ruta. El año pasado, el 25 de marzo, uno de sus vagones se descarriló; en ese entonces la empresa informó que “el cuarto vagón del tren D006 experimentó una interrupción del flujo sobre la vía en la estación Tixkokob…” concepto que tampoco aparece en la NOM y, curiosamente, ambos eventos se dan al aproximarse a una estación, a baja velocidad.
El 18 de septiembre de 2024 sufrió una falla mecánica, que obligó a detener el servicio por más de cuatro horas en la estación Candelaria, en el estado de Campeche. La supuesta causa se debió a una fisura en una de las ruedas en uno de los vagones.
El pasado 30 de enero un tren de carga que transportaba balasto para el propio tren se descarriló cerca de la estación Limones, en Quintana Roo. El evento fue reportado inicialmente en redes sociales, aparentemente con algunos lesionados, pero no se supo de algún reporte oficial sobre lo ocurrido.
Una pregunta que muchos se han hecho a raíz de tantos eventos tan parecidos es si en la operación del Tren Maya interviene la Inteligencia Artificial. La respuesta es afirmativa, aunque el tren en sí no es autónomo ni operado directamente por IA.
La forma en que este proyecto ha integrado la IA ha sido en temas de infraestructura y capacitación. Por un lado, se emplearon drones con fotogrametría y software BIM (Modelado de Información de Construcción) para mapear terrenos, crear modelos 3D y coordinar las distintas fases del proyecto; por el otro, se ha empleado en la capacitación a los operadores del tren a través de cabinas virtuales para entrenarlos en situaciones que podrían ocurrir. Quizá por ello los percances hasta ahora sólo se han limitado a daños materiales.
Sin embargo, me parece que podría ampliarse el uso de la moderna tecnología, como sucede en otros países en donde se ha logrado mejorar la eficiencia, la seguridad y la experiencia del usuario de ferrocarril. Algunas de las aplicaciones clave de la IA en la industria ferroviaria son en el mantenimiento predictivo, el monitoreo continuo de vías y vagones para detectar anomalías que podrían representar riesgos potenciales, y la optimización del ciclo de vida de componentes críticos, asegurando un funcionamiento más eficiente y prolongado de los equipos.