El BID financia modelo mexicano de riesgos por inundaciones
Uno de los nuevos retos de la ingeniería es diseñar modelos de estudio para identificar los riesgos latentes que enfrentará cada obra, lo que ayudará a postergar futuros daños, reducir costos en reparaciones y disminuir la contaminación, declaró Mario Gustavo Ordaz Schroeder, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al presentar su ponencia Vulnerabilidad y riesgo por inundaciones, expuesta en una sesión del Grupo Visión Prospectiva México 2030 del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), el también presidente de ERN Ingenieros Consultores explicó que cada vez es más frecuente que las estructuras sufran daños por los embates de la naturaleza y muestra de esta situación es que el Gobierno Federal destina cerca de 10 mil millones de pesos anuales al Fondo de Desastres Naturales.
Luego de presentar el texto también titulado Vulnerabilidad y riesgo por inundaciones, el expositor presentó un modelo de medición que permite identificar los riesgos a los que se enfrentan las nuevas y viejas estructuras.
Enseguida mostró un ejemplo que simuló la existencia de una presa cercana al municipio de Cazones, en Veracruz, sobre el río que lleva el mismo nombre, donde gracias a esta metodología se determinó el riesgo, probabilidad y frecuencia en que podría inundarse el poblado.
El estudio, que recibió fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se creó en conjunto con Marco Antonio Torres y Ramón Domínguez, documenta los daños a cada tipo de estructura, vivienda, edificio, escuela, entre otros y expone la probabilidad de que eventos de esta naturaleza vuelvan a ocurrir, además de calcular costo para construir de nuevo o arreglar los daños y el tiempo en que se recuperaría la inversión, entre otros.
Las cifras básicas se pueden obtener a mano, otras más precisas requieren la ejecución del programa CAPRA (Probabilistic Risk Assessment Program), diseñado para este fin y se puede descargar de forma gratuita en la página de internet: http://www.ecapra.org/es/software
Si bien el propósito de la medición considera sólo las inundaciones, es necesario que la ingeniería estructural analice los efectos de la naturaleza sobre las estructuras para minimizar los riesgos y daños, aun con el paso del tiempo, reiteró Mario Ordaz.
Este estudio servirá para revisar 150 presas en el país que serán sujeto de revisión para determinar el porcentaje de riesgo que representan para las comunidades cercanas, sin embargo, se requiere que las autoridades y los gobiernos tomen cartas en el asunto para evitar que asentamientos humanos estén cerca de zonas que comprometan su seguridad, destacó el ingeniero.
Mario Ordaz Schroeder autor de textos relacionados con los efectos de la naturaleza en las estructuras, explicó que aun cuando no se ha determinado si el cambio climático influirá en el daño que sufren las construcciones, resaltó que este factor debe tomarse en cuenta para mejorar los estudios de vulnerabilidad, de ahí la importancia para que la ingeniería estructural perciba el estudio de estos elementos como una necesidad imprescindible.
El estudio de riesgos no sólo beneficia a los ingenieros, por ejemplo, el Centro Nacional de Prevención de Desastres se puede apoyar en sus datos para la toma de decisiones en planes de protección civil o para realizar pruebas de estrés de sus sistemas de respuesta ante emergencias, expuso el ponente.
Éste es el primer modelo de análisis de vulnerabilidad dirigido a inundaciones, sin embargo, para los riesgos de sismo empresas como la Comisión Federal de Electricidad han usado mediciones similares desde 1970, datos que se incluyen en sus manuales de operación.
De forma similar, las empresas aseguradoras utilizan su propio método para determinar el costo de las pólizas en caso de sismo, a su vez la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas toma sus propios datos para verificar que la aseguradora disponga de recursos suficientes para afrontar una catástrofe de gran magnitud.
"Desde el 2008 se utilizan los mismos estándares para evaluar a las compañías aseguradoras que venden pólizas por riesgos hidrometeorológicos, los cuales incluyen granizo, lluvia e incluso tsunami", puntualizó Ordaz Schroeder.