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Prácticas para reducir el impacto ambiental en la edificación

OPINIÓN: Se ha calculado que los edificios construidos consumen más de 15% de la energía no renovable.
vie 10 octubre 2014 10:42 AM
Edificio Verde/Columna Mariana Villavicencio
Edificio Verde/Columna Mariana Villavicencio - (Foto: Tomado de Flickr/)

Sin duda alguna la construcción es una de las actividades más agresivas al medio ambiente por todos los procesos que implica (40% de las emisiones mundiales de carbono, 40% de los recursos naturales consumidos y 40% de los residuos generados en todo el mundo[1]).

En principio, los materiales de construcción representan el mayor producto mineral extraído de la tierra (en m³), el cual representa una huella de carbono similar a la de la minería, que como sabemos, es de las industrias más contaminantes y dañinas.

Eso sin contar el resto de la cadena de producción para la obra, que implica recursos energéticos, naturales, humanos y económicos; y sin embargo, la huella ecológica de un edificio no termina al finalizar la construcción del mismo. 

Se ha calculado que los edificios construidos consumen más de 15% de la energía no renovable. Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, el consumo de un edificio (sumada la energía total para satisfacer todas las necesidades del mismo) representa en España 20% del consumo de energía final, porcentaje que en ocasiones, tiende a incrementarse.

En la actualidad se ha hablado de tomar acciones que reduzcan las emisiones de CO2 (y otros gases), que aumenten la eficiencia energética y que la energía consumida proceda de fuentes renovables, todos los puntos ajustados a un 20% mínimo, según el protocolo de Kioto.

Como refuerzo e incentivo de lo anterior, están las certificaciones de sustentabilidad como BREEAM y LEED.

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Nota relacionada:  México introduce la certificación sustentable BREEAM

Desafortunadamente, la visión de sustentabilidad de estos organismos (y otros alternativos como PCES para la Ciudad de México), va ligada a la “inteligencia” constructiva y arquitectónica, que básicamente se refiere a la aplicación de ecotecnias que en ocasiones son inaccesibles, especialmente para países en vías de desarrollo.

Es necesario tener en cuenta que el impacto ambiental provocado durante la vida útil de una edificación dependerá completamente de su diseño arquitectónico. En lugar de intentar producir el 100% (en los casos más ambiciosos) de la energía demandada por un complejo, deberíamos reducir dicha demanda al mínimo. Ya después podemos plantear que la energía que se requiera, provenga de fuentes renovables. Pero no al revés.

Algunos puntos clave para lograrlo, son:

  • Usar materiales naturales con propiedades térmicas y acústicas, que funcionen como material portante y a la vez, como aislantes ecológicos.
  • Preferir insumos reciclados y reciclables.
  • Contar con elementos de ventilación e iluminación natural óptimos para el tamaño y uso de la edificación.
  • Manejar el agua correctamente, con muebles de bajo consumo y métodos de captación y reciclaje.
  • Reducir la generación de residuos y promover el reciclaje.
  • Establecer cadenas de abasto de bajo consumo de combustibles.
  • Incentivar el uso de medios de transporte alternos al automóvil (que seguramente implicará intervenciones urbanas, pero vale la pena hacer la propuesta siempre que sea posible).

Todas estas acciones, en conjunto, deben ayudar a la realización integral de edificios, que sean sustentables ambiental, económica y socialmente, con un costo inicial viable, eficientes en su desempeño y con la menor incidencia ambiental posible.

_______________
[1] Jacques Lair, Presidente del subcomité de ISO.org

* Directora de Proyectotal (proyectotal.com) y arquitecta por el Tecnológico de Monterrey.

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Materiales de construcción

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