Cero desperdicio

La visión de lean construction, o construcción sin desperdicio, incluye conceptos como la gestión, el asesoramiento y el control. La meta es eliminar el costo de lo que no da valor agregado y que, por lo tanto, supone pérdidas, y dejar exclusivamente el de las actividades contributivas.

“Radica en descubrir continuamente la oportunidad de mejora para la empresa, ya que siempre hay desperdicios susceptibles de ser eliminados”, señala Rómulo Munguía, director general de Educación y Desarrollo Tecnológico de la CMIC. Estas pérdidas son fruto de procesos improductivos, que generan fallos y sobrecostos.

El especialista apunta que el mercado cada vez está menos dispuesto a esperar, por lo que este proceso de mejora en la gestión debe lograrse de la manera más económica posible, sin derrochar recursos y sin esfuerzos innecesarios. La aplicación de los principios de la construcción sin desperdicio permite aumentar la productividad en 30%.

La planificación tradicional invierte mucho tiempo y dinero en la elaboración de presupuestos y planes de obra que una de cada tres veces no se cumplen durante la semana, advierte Munguía. De ahí que se apueste por un proceso de gestión en campo con un plazo de programación de siete días.

"La planificación tradicional invierte mucho tiempo y dinero en la elaboración de presupuestos y planes de obra, (...) pero la obra siempre se desvía de lo programado en los primeros días".

Para medir se usa el Porcentaje de Plan Cumplido (PPC), que evalúa eficiencias
y confiabilidad. “Cuando se seleccionan actividades que pueden llevarse con éxito, se crea un escudo a los factores externos, como la falta de materiales a tiempo o problemas con los proveedores”. La clave: no asignar tareas que no se pueden cumplir.