Los arquitectos deben incidir en la administración pública
Los arquitectos deben participar en el desarrollo de las ciudades, por ello deben tener presencia en la administración pública como ocurrió en las décadas de los cincuenta y sesenta, opinó Enrique Xavier de Anda, quien escribió La historia de la arquitectura mexicana.
El autor del libro, reeditado por la editorial Gustavo Gili con un capítulo que amplia la revisión hasta 2012, indicó que también deben vincularse más con las humanidades y el patrimonio arquitectónico.
La ciudad es la gran empresa de la arquitectura, porque ahí se ponen en juego todos los talentos y habilidades de un arquitecto, pero hoy la "estamos padeciendo", pues "todo está fragilísimo", además de que lluvias y marchas provocan caos, explicó.
Por este motivo, en entrevista con Obras, pidió que haya una mejor organización gremial que incida en el desarrollo de la ciudades.
"Los arquitectos hoy pareciera que están en sus gabinetes de trabajo, frente a sus computadoras, haciendo negocios nada más", dijo.
Ahondó en que hubo etapas donde tuvieron una presencia muy importante en el asesoramiento y toma de decisiones para el desarrollo.
De Anda mencionó a José Luis Cuevas, Carlos Contreras, Carlos Lazo y Pedro Ramírez Vázquez como arquitectos "involucrados con las luchas gremiales, defendiendo siempre la importancia de que hubiera arquitectos en las tomas de decisiones, en los ministerios que tenían que ver con asuntos de arquitectura".
Agregó que hoy "no se hacen presentes", y cuando lo hicieron en el periodo pasado "las corruptelas a las que dieron lugar fueron monumentales". Citó como ejemplo el otorgamiento de autorizaciones para redensificar zonas de la ciudad que no tienen capacidad para más vehículos ni más usuarios, o las 'soluciones' de los segundos pisos.
El arquitecto alertó sobre la "falta de presencia social, falta de ética y de responsabilidad" que muchísimos arquitectos siguen manifestando,
Para De Anda, uno de los grandes problemas en cuanto a la formación de los arquitectos es su alejamiento de las humanidades y que no están conscientes de que son parte de un colectivo, de una comunidad, donde hay toda una cultura.
Sin dejar de reconocer que hay avances, logros e innovaciones, dijo que es preciso "volver a entender que no somos aislados, que las obras que hacen los arquitectos no van a cambiar por sí mismas la realidad de los entornos; tenemos que comparecer ante una serie de circunstancias que ameritan profundas discusiones, cosa que ahora no hay".
