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Existe más de un Hotel Budapest

FOTOGALERÍA: Castillos dotados de lujos e historias, regiones remotas del antiguo Europa y personalidades tan enigmáticas como la del 'Padre del Psicoanálisis' influyeron en la creación de la película.
jue 30 abril 2015 06:03 PM
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El Gran Hotel Budapest, estrella de la más reciente película homónima del director tejano Wes Anderson, que conquistó la pantalla grande el año pasado, está inspirado en dos de los más antiguos inmuebles de tipo "Spa" de Karlovy Vary en la República Checa: el Grandhotel Pupp y el Bristol Palace Hotel.

El palacio de Bristol fue construido a finales del siglo XIX (en 1890, para ser exactos) en una parte tranquila del pueblo llamada "West end". El Pupp cuenta con tres siglos de garantía que lo respaldan, así como un gran acervo histórico.

El staff del joven cineasta viajó a la ciudad europea, famosa por sus fuentes termales y balnearios, para visitar en persona algunos de los históricos hoteles y sus alrededores para el diseño artístico y arquitectónico de la película.

Cortesía Simone de Salvatore

"Al principio no sabíamos que nuestro hotel iba a ser básico para la producción de esta película. Fue una sorpresa muy placentera. De inmediato, noté que iban a tomar muchos de los elementos de nuestro pueblo Resort y, por supuesto, de otras edificaciones interesantes de la ciudad y de República Checa", indica para la revista Obras Petro Polonchak, Gerente de Ventas y Marketing del Bristol Hotel.

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"El Hotel Budapest tiene una gran similitud con el Bristol Hotel, diseñado por los arquitectos vieneses Hans Schidl y Alfred Bayer. Nuestro palacio lleva el peso de del historicismo de Viena, inspirado en la arquitectura de castillos".

Polonchak considera que para el diseño del Gran Hotel Budapest "se emplearon todos los elementos arquitectónicos del exterior del Bristol por sus enormes columnas, la impresionante entrada y las colosales puertas de madera y pocos internos como la recepción, sólo que el hotel de la película es más grandioso que el real".

Cortesía Bristol Palace Hotel

Por otro lado, Markusová Jitka, encargado del departamento de Ventas del Grandhotel Pupp, cree que el hotel del filme rescata la atmósfera verdadera su espacio, pues es más parecido en el interior al Pupp por "su hall festivo, sus techos altos, amplias estancias, así como los largos corredores".

Otro parecido que salta a la vista casi de manera instantánea es el precioso candelabro, junto con algunos minuciosos detalles de la estructura.

 

Cortesía Grandhotel Pupp 

"Claro que también encontrarías más detalles parecidos en el exterior del hotel, como el techo, la fachada o la entrada, pero el 'rosa' del edificio neobarroco está claramente inspirado por el hotel Bristol", explica.

Cortesía Bristol Palace Hotel

De igual forma, Jitka comenta que la estación del teleférico que aparece en el filme está situado detrás del Grandhotel, pero que también es visible desde el Bristol.

Sin duda, el creador de cintas como Moonrise Kingdom y The Royal Tenenbaums se dejó fascinar por la arquitectura tradicional de la región.

Dos palacios llenos de historia

Un encanto peculiar, y algo nostálgico, envuelve al Pupp, así como algunos relatos famosos que lo han acompañado a lo largo de los años, de generación en generación:

Se dice, por ejemplo, que Ludwig van Beethoven interpretó la Grand Sonata y algunas de sus fantasías corales en el hall del hotel en 1812, y que tocó tan "turbulentamente" que todas sus cuerdas se rompieron.

En 1904, el Emperador Francisco José I de Austria se quedó dormido en el lobby justo después de haber llegado al recinto; después lo hizo en el restaurante y, posteriormente, después del almuerzo. El Emperador, durante su estancia, descansó en  la suite más lujosa del hotel y partió la tarde siguiente en un tren. El Pupp utilizó durante mucho tiempo esta información a su favor y anunció al resto de Europa que el Emperador había dormido plácidamente tres veces seguidas en su hotel, algo nunca antes visto en los demás alojamientos. Sin duda, una excelente publicidad para la época.

En el año de 1907, el rey Eduardo VII de Reino Unido se hospedó en el Grandhotell Pupp. De acuerdo con una simpática historia, supuestamente inventó los pliegues de los pantalones, como hoy los conocemos, por error.

"… y la mayoría de las historias son ciertas", confiesa Jitka.

Cortesía Grandhotel Pupp

Sin quedarse atrás, el Bristol ha sido visitado por grandes personajes, aristócratas y artistas de todo el mundo a lo largo de los años.

"De todas las personas famosas que han pasado por aquí y han visitado el palacio, el Archiduque Alberto Francisco, la familia del Conde Kinsky y Sigmund Freud son los más recordados", afirma el gerente.

Nota: Un aficionado de Lego construye una réplica del 'Hotel Budapest' 

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