4 edificios coloniales imperdibles de Tepeaca
Al acercarse el periodo de vacaciones de Semana Santa, las familias comienzan a elegir los sitios a visitar próximamente y este municipio, que cuenta con diversas joyas arquitectónicas, representa un lugar ideal para conocer.
Esta localidad, ubicada en la zona centro oriente del estado, a 30 minutos de la capital poblana, ofrece una gran variedad gastronómica a precios módicos e importantes sitios históricos para visitar, pues hay que recordar que en cuatro años más ésta celebrará 500 años de fundación como ciudad.
1. El Rollo
En entrevista con Notimex, Gerardo González Tlatelpa, director de Turismo municipal, recomendó conocer El Rollo, que es una construcción que data del año 1559 y que fue utilizada como torre de vigilancia y picota, pues allí purgaban condenas quienes cometían todo tipo de delitos.
Por fuera, la construcción de estilo mudéjar está pintada en color amarillo oro; en su interior cuenta con una escalera de piedra en forma de caracol con 40 escalones. Tiene 21 metros de alto hasta la punta y siete metros de diámetro. Desde la parte más alta se puede admirar la belleza natural y arquitectónica de Tepeaca.
Este símbolo de la esclavitud y castigo después tuvo la función de reloj, y fue el primero en toda Latinoamérica, por lo que en su parte interna aún se conserva la maquinaria de origen alemán, la cual por falta de mantenimiento no funciona pero años atrás hacía escuchar las notas musicales de Las Mañanitas, El Himno Guadalupano y El Ave María, pues ahí aún se conservan sus carillones.
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2. El Templo del Niño Doctor
A unos cuantos pasos de ahí se encuentra el templo donde se venera la imagen del Niño Doctor de los Enfermos, el cual ya cuenta con tres etapas de construcción, siendo la más reciente de hace tres años, cuando se levantó la capilla de visitas con las cooperaciones de los feligreses y el apoyo de autoridades civiles y eclesiásticas.
“El Niño Doctor llegó a Tepeaca en el año de 1942 por manos de la madre María del Carmen Barrios Páez, de la orden de las josefinas. Esta imagen llegó de Europa a México, pero antes de instalarse en Tepeaca estuvo en Tecamachalco”, relató.
Mucha gente considera esta imagen, hecha de madera y con 50 centímetros de largo, muy milagrosa. Hay quienes aseguran que seguido tienen que cambiarle sus zapatos porque creen que la imagen por la noche visita a los enfermos del municipio.
El Templo del Niño Doctor. Foto: Notimex
“La gente llega enferma o sana y pide por sus familiares enfermos, hacen su pedimento, encienden sus veladoras, pueden tomar del agua bendita, hacen sus oraciones y contemplan la imagen que desde que se conoce porta vestiduras blancas, un pequeño maletín y su estetoscopio.
“El día de fiesta es el 30 de abril y es cuando se reciben miles de visitantes de varias partes del país y también del extranjero”, comentó.
Al respecto, David Huerta Ruiz, presidente municipal de Tepeaca, informó que al año se reciben cerca de 700,000 visitantes en este templo, lo que coloca a este municipio en el décimo lugar nacional en visitantes religiosos, siendo el Día del Niño el más importante, al recibir en promedio 300,000 feligreses.
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3. Ex Convento San Francisco de Asís
Por su parte, González Tlatelpa también recomendó visitar el Ex Convento de San Francisco de Asís, el cual se ubica a un costado del parque. Indicó que los municipios de Tepeaca, Tecali de Herrera y Cuauhtinchan poseen los ex conventos más hermosos y milenarios del país.
En el año 2000 inició el rescate de interiores y su fachada, la cual muestra vestigios de sus decorados conocidos como 3 pasos de ronda y perlas isabelinas. En su interior, el rescate fue sobre los óleos de las imágenes originales de San Francisco de Asís y figuras en madera.
Ex Convento de San Francisco de Asís. Foto: Notimex
“Este inmueble también cuenta con la Capilla de la Tercera Orden y el Portal del Peregrino. Además, del portal principal que antes se permitía el ingreso de la clase privilegiada por la puerta de en medio y las puertas laterales para los indígenas”, mencionó.
En el parque, frente a la puerta del Ex Convento de San Francisco de Asís, se encuentra erguido el monumento en bronce de Miguel Negrete Novoa, un general que participó en la Batalla del 5 de Mayo y de quien se recuerda su frase "Primero tengo Patria antes que partido".
4. Casa de Virreyes
En un extremo de esta plaza de armas se halla un busto de Sor Juan Inés de la Cruz, quien pernoctó en la Casa de Virreyes, un inmueble que fungía como hotel para la gente privilegiada.
Ahí, Sor Juana Inés de la Cruz compuso sonatas para Tepeaca, de la que únicamente no soportaba que en pleno centro del municipio se encontrara El Rollo, porque para ella era demasiado cruel exhibir a la gente cuando era maltratada.
A decir de Gerardo González, estos edificios del siglo XVI; El Rollo, el Ex Convento de San Francisco de Asís y la Casa de Virreyes, se unen a través de túneles que culminan en un cerro que se localiza a la entrada de la ciudad, donde se cree están las cuevas de Santa María Oxtotipan y Barranca del Águila, por lo que este año comenzarán la exploración de éstas últimas.
Datos históricos de Tepeaca refieren que fue conquistada por los aztecas en 1466 y fundada por Hernán Cortés bajo el nombre de Villa de Segura de la Frontera, el 4 de septiembre de 1520, lo que la convirtió en la segunda ciudad más importante hasta ese entonces, sólo después de la Villa Rica de la Veracruz.
Por lo mismo, poca gente sabe que Tepeaca fue el auténtico primer ayuntamiento que Cortés estableció tierra adentro. La ciudad fue diseñada para albergar al gigantesco tianguis, y de ahí la enormidad del espacio.
Una de las tradiciones milenarias que aún conserva el municipio es el tianguis prehispánico, que se instala los viernes durante todo el año de 07:00 a 14:00 horas en el antiguo camino a San Pablo Actipan.
Se trata de un mercado tradicional, donde prevalece el trueque como único medio para hacerse de semillas, vegetales, cazuelas, hortalizas hasta animales domésticos o de carga, sin la presencia del dinero.
El director de Turismo Municipal subrayó la participación de las mujeres con sus hijos en este intercambio de bienes, lo que contribuye a preservar esta tradición, donde la medida es una pequeña jícara.
A un costado de este tianguis, los compradores pueden adquirir mercancía a cambio de dinero, pues la compra y venta se extiende en cerca de ocho hectáreas, lo que convierte este mercado en uno de los más grandes de la zona centro del país.