Fuente de los niños traviesos, un paseo obligado en la Plaza Tapatía
Rodeados por herrería negra tradicional, las cuatro estatuas de la fuente de los niños traviesos mejor conocida como la de los “miones”, es un divertido espacio que atrae a quienes visitan el Centro Histórico de Guadalajara, justo en la Plaza Tapatía.
Esta fuente que representa la alegría de la infancia es una de las muchas obras del escultor Miguel Miramontes colocada en 1982, se encuentra a un lado del “Rincón del Diablo”, callejón conocido así por una leyenda misteriosa y sobre la calle Morelos.
Las personas que transitan por el lugar se detienen y sonríen al ver estas cuatro esculturas de niños desnudos que juegan con agua que sale de diferentes partes del cuerpo.
La fuente de los “niños miones” están en uno de los paseos obligados en la Plaza Tapatía que empieza atrás del emblemático Teatro Degollado y concluye en el Instituto Cultural Cabañas, por lo que día con día alegra a quienes transitan por este espacio del corazón de la capital de Jalisco.
A pesar de que únicamente uno de los niños se encuentra orinando porque los otros tres les brota el agua por la boca, así como por una rana y tortuga que traen en las manos, esta singular fuente es conocida popularmente como la de los “niños miones”.
Los paseantes emiten diferentes expresiones pero el comentario más común es sobre el niño meón o “mion”, el más llamativo de estas cuatro estatuas que complementan el gusto de verlas con el sonido que emite el agua con la que juegan los protagonistas de la obra escultórica tallada en bronce.