China mueve edificios históricos completos para salvarlos
Tras décadas de construcción desmesurada y sin control. China está viviendo en los últimos años una ola de concientización sobre la necesidad de proteger sus edificios históricos, una tendencia que está haciendo proliferar el uso de técnicas como la del traslado de inmuebles.
"En las ciudades hay cada vez más leyes que protegen los edificios históricos para que no puedan ser demolidos ni intervenidos, por lo que técnicas como la de mover edificios son cada vez más utilizadas", contó Xilin Lu, experto en Ingeniería Civil de la Universidad de Tongji de Shanghái.
Mientras que antes la demolición era la solución para la mayoría de los edificios que "estorbaban" en la construcción de nuevos rascacielos o carreteras, ahora "la mente de la gente está cambiando de acuerdo con el desarrollo del país" y se están buscando nuevas técnicas, explicó.
Además, añadió, gracias a la fortaleza de la economía china, cada vez "destinamos más dinero para proteger los edificios".
Lee: Así se construyó Torre Reforma, #ObradelAño 2016
Medio siglo después de que Egipto sorprendiera al mundo con la "locura" de cortar en cubos y trasladar los templos de Abu Simbel, los ingenieros chinos realizan con cada vez más frecuencia faraónicas obras de reubicación de edificios en las que, literalmente, los cortan desde los cimientos y los trasladan mediante sistemas como los raíles.
Hace unos días concluía con éxito en la ciudad de Shanghái el traslado de una villa centenaria ubicada en el distrito de Hongkou. En un movimiento planificado en zig-zag, el edificio fue desplazado casi 7,000 metros, girado 90 grados y elevado medio metro.
Un costoso trabajo de ingeniería que, según los expertos, fue el caso más complicado en décadas, pero que vale la pena.
"El giro se convirtió en la parte más difícil del proyecto, ya que requería habilidades de vanguardia para equilibrar las fuerzas ejercidas, de lo contrario la estructura se habría dañado", explicó a la prensa uno de los ingenieros participantes en el proyecto.
En opinión de Xilin, aunque es un proceso arriesgado y costoso, "en la mayoría de los casos sí vale la pena trasladar un edificio porque si lo desmontas para reconstruirlo costaría más y no podrías dejar el estilo original", cuenta.
El ingeniero ha participado como consultor en numerosos traslados de edificios, como el del famoso Templo de Jade de Shanghái, que concluyó el año pasado.
Construido en 1918, este turístico edificio budista se desplazó 30.66 metros hacia el norte junto con las tres enormes estatuas budistas para lograr ampliar su capacidad de recibir visitantes y también para reforzar su estructura.
"Lo movimos más rápido de lo normal, a un ritmo de un milímetro por minuto", apuntó el experto, quien destacó que lo más importante "es darle seguridad al edificio primero, reforzarlo bien, para que cuando lo cortes y lo muevas no se dañe".
Más información: La CDMX ya tiene un Consejo en pro de su patrimonio arquitectónico
También es muy importante la velocidad del movimiento y "hay que hacer cálculos muy precisos sobre cómo de rápido puedes moverlo", concluyó.
Según explica Xilin, hay tres razones para mover un edificio: para la reconstrucción de la ciudad, el replanteamiento de urbe; para proteger la seguridad de una construcción histórica y antigua que puede tener daños o también para aumentar su espacio interior y potenciar sus distintos usos.
Xilin no solo se considera un apasionado de su trabajo, sino que también como ingeniero civil, explica, siente que tiene "algo de responsabilidad de proteger los edificios históricos".
Actualmente, menciona, está participando en dos proyectos en las ciudades de Xiamen y Hainan, dos urbes turísticas en las que los gobiernos también están llevando a cabo planes que requieren que algunos edificios tengan que ser trasladados.